
El crecimiento de la actividad manufacturera en España se moderó en junio, de acuerdo con el índice PMI de S&P Global, que registró una bajada a 52,3 puntos desde los 54 puntos de mayo. Este descenso indica un ritmo de expansión más lento, aunque el sector sigue mostrando mejora en las condiciones operativas por quinto mes consecutivo.
Este índice bajó de los 54 puntos de mayo a los 52,3 puntos de junio, con un ritmo de expansión más lento y modesto, pero manteniendo por quinto mes consecutivo la mejora de las condiciones operativas.

En junio, la producción y los nuevos pedidos en el sector manufacturero español aumentaron, aunque a un ritmo más lento, debido a campañas comerciales positivas. Sin embargo, la incertidumbre política y económica limitó la captación de nuevos pedidos y redujo la confianza de los fabricantes. A pesar de ello, las empresas mantuvieron pronósticos positivos y contrataron más trabajadores, registrando un crecimiento del empleo por quinto mes consecutivo, aunque más lento que en mayo. Se observó un aumento marginal en las existencias de productos terminados, mientras que los "stocks" de compra cayeron por primera vez en tres meses.
Jonas Feldhusen, economista de Hamburg Commercial Bank, señaló que "la incertidumbre tras las elecciones europeas está ejerciendo presión en los fabricantes españoles". A pesar de esta presión, España aún se encuentra en una zona de crecimiento, aunque débil, a diferencia de otras economías del euro que enfrentan contracción.

En junio, el PMI reflejó aumentos simultáneos pero más lentos tanto en la producción como en los nuevos pedidos, alcanzando mínimos de tres meses. Sin embargo, la incertidumbre política y económica limitó la captación de nuevos pedidos y afectó las expectativas de los fabricantes, reduciendo la confianza a su nivel más bajo en lo que va del año.
El informe también reveló un fuerte y acelerado aumento en los precios de los insumos, alcanzando máximos desde noviembre de 2022. Aunque los precios de venta aumentaron modestamente, las empresas sólo pudieron repercutir parcialmente el aumento de los costes a los consumidores debido a la competencia en el mercado. Feldhusen destacó que los costes de los transportes marítimos y diversas materias primas fueron especialmente responsables de este incremento.
A pesar de estas dificultades, las empresas mantuvieron pronósticos positivos para la producción y contrataron trabajadores adicionales para satisfacer las necesidades de producción actuales y futuras, registrando un crecimiento del empleo por quinto mes consecutivo, aunque a un ritmo más lento que en mayo.
Comparación con la Eurozona
La situación en España contrasta con la de la zona euro, donde la actividad manufacturera se contrajo aún más en junio. El índice PMI de la eurozona bajó a 45,8 puntos desde los 47,3 de mayo, marcando la lectura más baja en dos meses. La producción, los nuevos pedidos, la actividad de compra y el empleo disminuyeron a un ritmo más rápido, aunque las perspectivas de producción a doce meses siguieron siendo positivas.
Entre los países de la eurozona, Grecia mantuvo su posición a la cabeza de la clasificación con 54 puntos, seguida por España con 52,3 puntos y Países Bajos con 50,7 puntos. Alemania, en cambio, presentó la peor lectura con 43,5 puntos, debido a su exposición a la situación global de la industria automovilística.
Cyrus de la Rubia, economista jefe de Hamburg Commercial Bank, señaló que "el débil resultado de Alemania se debe a su mayor exposición a la industria automovilística, que está sufriendo a escala mundial".