Economía

El PIB per cápita español será inferior al promedio europeo todavía en 2026

  • El Banco de España avisa de la dificultad de borrar la brecha de 15 puntos con respecto a la eurozona
  • Pese a ser líder en crecimiento, la riqueza por habitante de nuestro país avanza con lentitud 
La riqueza de los hogares se estanca tras el estallido de la crisis inmobiliaria | EP

El Banco de España advierte de que España seguirá perdiendo el pulso en PIB per cápita con la eurozona en los próximos años, aun cuando estima que la economía española continuará creciendo por encima de los registros del resto de países comunitarios. Pese al vigor del PIB de nuestro país, el regulador considera que el avance de la riqueza por habitante en nuestro país será, como mínimo, un punto inferior al incremento medio de esa variable en la UE aún en 2026. Y esa perspectiva preocupa en la institución. Hasta el punto de que, en su carta de despedida, Pablo Hernández de Cos, alertó de que nuestra economía "enfrenta retos estructurales que nos impiden alcanzar la renta per cápita de nuestros socios europeos". En esas condiciones, no es posible, borrar la brecha actual de unos 15 puntos porcentuales en riqueza por habitante con respecto a la media comunitaria.

El estallido de la crisis de 2007 supuso un punto de inflexión. Hasta entonces, la convergencia entre la renta per cápita europea y española avanzaba, llegando a recortar distancias un año antes, cuando se alcanzó una diferencia entre ambas de apenas 1.300 euros. Sin embargo, la irrupción de la tormenta financiera hizo tropezar esa evolución. En 2009, el PIB per cápita de los europeos comenzó de nuevo a despegar, pero el español siguió cayendo hasta 2014. Esos cuatro años, pesan con fuerza hoy en día. La brecha se ha multiplicado por cuatro, hasta los 5.800 euros registrados en 2023, según Eurostat.

No obstante, la ventaja que la economía española ha tomado durante los últimos meses, podría revertir esa tendencia. La eurozona continúa –en este segundo trimestre de año– tratando de remontar el vuelo, tras contraerse un 0,1% hasta marzo. Según el Banco de España, el crecimiento de la renta per cápita española convergerá con la europea el año que viene, para empezar a despegarse –de nuevo– en 2026. Pero en términos reales, la brecha se mantendrá.

El motivo, apunta el regulador en su informe anual, tiene que ver con el incremento de los flujos de inmigración. El análisis desvela que, en términos per cápita, el PIB se situaba en 2023 apenas un 0,3% por encima de su nivel marcado a finales de 2019. En contraste, la eurozona registró un PIB per cápita un 2% superior al alcanzado en prepandemia. El diagnóstico, lo apuntaló el pasado martes el director general de Economía y Estadística. Ángel Gavilán detalló que la atonía ha venido marcada por "una baja productividad y una tasa de empleo reducida".

Los periodos de expansión económica, el más evidente desde 1995 a 2007, se han asentado sobre la incorporación masiva de mano de obra. Han sido los extranjeros que llegaban, quienes han impulsado el crecimiento de la economía española. Por un lado, esto permitió reducir una tasa de desempleo muy elevada. Pero con la llegada la crisis, muchos de los empleos creados fueron el eslabón más débil. Los síntomas son claros: una elevada tasa de paro y la paradoja de que la productividad solo crece cuando hay una gran destrucción de empleo, tal y como sucedió en 2007. Pese a tener más población en edad de trabajar respecto al total y dedicar más horas que la eurozona, España desaprovecha esta cualidad: tiene una tasa de empleo del 70%, inferior a la de los grandes del euro (75%), salvo Italia. El PIB real por hora trabajada, también está a años luz de lo que pudo ser. El PIB per cápita de España está en el mismo punto, en términos comparativos, que en los años 70 o a mitad de los 90's.

La tensión del mercado inmobiliario

El salto entre la situación de los ciudadanos españoles y europeos oculta –además– varios factores añadidos. Al incremento de la población, la elevada tasa de paro o la pérdida del pulso de la productiva, se suman el endurecimiento de las condiciones de financiación –mayores en España con respecto a la UE– y el incremento exagerado que el precio de la vivienda ha experimentado durante los últimos tres años. De hecho, el PIB per cápita creció en 2021 con mucha más fuerza en países como Grecia, Eslovenia o Lituania, donde el precio de los inmuebles estaba en equilibrio, según BBVA Research.

En contra, España y Alemania registraron las menores tasas de evolución con respecto a 2016. Un periodo de cinco años, en los que ambos países sufrieron una sobrevaloración de la vivienda.De hecho, a pesar de que la renta per cápita ha crecido en casi 5.000 euros entre los años 2019 y 2023, el incremento de los costes de financiación y por la persistencia del crecimiento de los precios de la vivienda, según el Banco de España. En su Informe Anual, el regulador destaca que el peso sobre la renta per cápita de los españoles se agudizó a partir del estallido de la pandemia y, en el caso de la renta real, también durante el repunte de la inflación entre la segunda mitad de 2021 y la primera de 2022.

En concreto, el documento demuestra que el encarecimiento de las hipotecas restó más de 10 puntos de renta per cápita, solo en 2023, el año en el que la subida de los tipos de interés generó mayor impacto entre los hogares. A ello, se sumó con mayor fuerza el alza del precio de la vivienda, que llevó a las familias a dedicar buena parte de sus ingresos disponibles. Es más, por comunidades autónomas, el mayor crecimiento del PIB per cápita se dio en aquellas regiones en las que el sector inmobiliario estuvo menos expuesto a las tensiones. Entre ellas, destaca Galicia, Extremadura, Aragón, Cantabria y Castilla y León, según detalla el departamento de análisis de BBVA. En las regiones donde la desviación positiva fue mayor -Baleares, Madrid, Canarias y Cataluña-el PIB per cápita creció menos.

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