
Las previsiones económicas de primavera que presenta este miércoles la Comisión Europea son la antesala de lo que sucederá en los próximos meses, con la aplicación de las reglas fiscales de nuevo y la apertura de procedimientos sancionadores por déficit excesivo. Bruselas, no obstante, se muestra optimista con los datos de España y alinea sus estimaciones de déficit con las previsiones que arrojaba el Gobierno: un 3% para el 2024 y un 2,8% para 2025.
Las cifras, además de mejorar la previsión del pasado otoño del propio Ejecutivo comunitario, son ajustadas. Tras los años de manga ancha de gasto que propició la pandemia, las reglas fiscales se han vuelto a aplicar este 2024. La Comisión Europea ya advirtió que tendría en cuenta los datos de 2023 a la hora de valorar la apertura de procedimientos por déficit excesivo este junio. Un ejercicio que España cerró con un déficit del 3,6%.
Es así que, esa previsión de 3% para este 2024 no solo se ajusta a los límites que marca la gobernanza económica, sino que salvaría a España de entrar en ese grupo de países a los que Bruselas abriría el expediente sancionador el próximo mes. Las reglas fiscales fijan un techo de déficit sobre el PIB del 3%. Si bien el umbral se habría superado en el pasado ejercicio, la desviación podría leerse como temporal atendiendo a las estimaciones arrojadas este miércoles. No será hasta junio que se conozca la decisión definitiva de la Comisión Europea.
Preguntado por si Bruselas abrirá un procedimiento por déficit excesivo a España, el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, ha indicado: "el 19 de junio presentaremos nuestro informe sobre los países que incumplieron el umbral del 3% del PIB en 2023. En el caso de España en 2023 fue el 3,6%, para ir cayendo al 3% este año y al 2,8% el que viene. Prepararemos el documento para todos los países que estaban por encima del 3% en 2023, los once, evaluando todos los objetivos y factores relevantes. No puedo prejuzgar la conclusión de esa evaluación para ninguno".
La previsión es que la Comisión Europea abra procedimientos por déficit excesivo a unos 11 o 13 Estados miembro el próximo junio. Está por ver cuáles estarán incluidos finalmente, aunque será difícil justificar desde Bruselas que no se aplique a países como Francia o Italia cuyos déficits lejos se recorrer la senda descendente que requería Bruselas, han escalado al 5,5% y al 7,4% el pasado año, respectivamente. La previsión de Bruselas apunta a que el déficit galo caiga al 5,3% este año y el italiano al 4,4%, pero en todo caso estarían por encima de ese umbral del 3% del PIB.
Una situación similar a estas dos grandes economías del euro se aplicaría a Bélgica, país cuyo déficit se situará en el 4,4% este ejercicio, igual que en 2023, y aumentará al 4,7% en 2025, según las estimaciones de la Comisión Europea. El caso de Polonia es particular. Bruselas estima un previsible rebote del déficit al 5,1% en 2023 y al 5,4% en 2024. No obstante, Varsovia podría verse exenta de este procedimiento considerando que el vertiginoso incremento del gasto en defensa se tendría amparo como causas excepcionales por la guerra de Ucrania.
El contexto es un tanto anodino para los países y el propio entramado comunitario y deja muchas puertas abiertas a la incertidumbre. Influye que las reglas fiscales hayan estado suspendidas tras la pandemia para poder hacer frente al golpe económico que supuso. Pero también hay que considerar que se ha ejecutado una reforma de la gobernanza económica que entró en vigor este mismo mayo, aunque su aplicación estricta no se prevé hasta 2025.
Las nuevas reglas fiscales dejan un horizonte con algunas incógnitas. Por lo pronto, septiembre es la fecha prevista para que los países presenten sus planes de ajuste fiscal para los próximos cuatro años, extensibles a siete si se incluyen reformas e inversiones que se justifique. Lo que no está claro es si, ante la convocatoria de elecciones europeas será esta Comisión o la próxima, que quizás no se forme hasta final de año, la que evalúe los planes presentados por los países.
Se desalinea la previsión de deuda en 2025 respecto al Gobierno
En lo que respecta a la deuda, la previsión del Ejecutivo comunitario es que España cierre el año en niveles del 105,5% sobre el PIB para que caiga en 2025 al 104,8%. La cifra del presente año se alinea con la que manejaba el Gobierno en su previsión, sin embargo, la del próximo año rebasa las expectativas del Ejecutivo español, que apuntaba al 104,1%.
La deuda española continuará siendo de las más elevadas de la UE y superando con creces ese umbral del 60% que fijan las reglas fiscales. Si la zona euro registrará una deuda media del 90%, el dato de España solo se verá superado por Grecia, Italia y Francia. El país helénico cerrará el 2024 con un pasivo del 153,9% y del 149,3% en 2025.
Francia, por su parte, tendrá que lidiar con una deuda más elevada que la española. La Comisión Europea estima que el pasivo aumente del 110,6% de 2023 al 112,4% de 2024 para escalar al 113,8% en 2025. Otra que irá en aumento es la deuda italiana. Registrará un rebote desde el 137,3% de 2023, al 138,6% de 2024 y 141,7% de 2025, según las estimaciones del Ejecutivo comunitario.