Economía

El PIB de EEUU afloja a un 1,6% anualizado tras trimestres de fortaleza mientras la inflación sigue dando disgustos

  • La lectura se debilita claramente con respecto al 3,4% del anterior trimestre
  • El consumo desacelera, aunque sigue resistiendo con un meritorio 2,5% anualizado
  • El mercado se fija en el repunte de la inflación recogido en el PCE subyacente
Vista de la ciudad de Nueva York. Foto: Alamy

La economía de EEUU ha mostrado su primer gran síntoma de agotamiento tras la fuerza con la salió de la pandemia en la lectura preliminar de producto interior bruto (PIB) del primer trimestre de este año. El 1,6% intertrimestral anualizado registrado por la Oficina de Análisis Económico (BEA) queda notoriamente por debajo del 3,4% del último cuarto de 2023 y de las previsiones del 2,5% de unos expertos que ya esperaban cierta desaceleración. La cifra también palidece ante la sorprendente lectura del 4,9% anualizado del tercer trimestre del año pasado y es la primera por debajo del 2% desde el segundo cuarto de 2022. Sin embargo, más que el decepcionante dato, lo que ha causado más preocupación entre los expertos es el enquistamiento de la inflación confirmado de nuevo en el deflactor del consumo de esta lectura de PIB. Esta consideración estará por delante de cualquier otra en la agenda de la Reserva Federal para su política monetaria y compromete el deseado aterrizaje suave de la economía.

Dentro del desglose de PIB, el dato tradicionalmente más observado, por ser el verdadero motor de la economía de EEUU (dos tercios de la misma), el gasto de los consumidores, avanzó entre enero y marzo un todavía fuerte 2,5% anualizado. Aunque la cifra todavía es sólida y muestra que los ciudadanos estadounidenses siguen consumiendo pese al daño que han hecho a sus bolsillos la elevada inflación y unos tipos de interés por encima del 5%, supone una destacada rebaja desde las dos lecturas por encima del 3% del segundo semestre del año pasado.

"Aunque el aumento del 1,6% estuvo muy por debajo del consenso y de nuestra propia estimación del 2,5%, la diferencia se debió principalmente a un mayor lastre de las exportaciones netas y los inventarios. Las exportaciones acabaron aumentando sólo un 0,9%, lo que ilustra el impacto de la débil demanda mundial, mientras que las importaciones se dispararon un 7,2%. En conjunto, las exportaciones netas restaron casi 0,9% puntos al crecimiento del PIB, y las existencias generaron un lastre adicional de casi 0,4% puntos. Además, el crecimiento del gasto público se ralentizó hasta sólo el 1,2%, ya que el retroceso del año pasado de los ingresos de las administraciones estatales y locales empezó a hacerse sentir debido a las disposiciones de equilibrio presupuestario", explica Paul Ashworth, analista de Capital Economics.

El economista resalta que, por lo demás, se trata de un informe muy alentador, con un destacable aumento del 3,1% de las ventas finales a compradores domésticos privados. "El crecimiento del consumo fue de un sólido 2,5%, aunque la ralentización del crecimiento real de la renta personal disponible a solo el 1,1% sugiere que podría ralentizarse aún más, especialmente con una tasa de ahorro de sólo el 3,6%. No obstante, también se registró un aumento del 2,9% en la inversión empresarial, mientras que la inversión residencial repuntó un fuerte 13,9%", remata.

"La economía estadounidense ha perdido impulso tras el fuerte crecimiento registrado en la segunda mitad de 2023. Sin embargo, dado el impacto negativo de la política monetaria restrictiva, es destacable que el ritmo siga siendo cercano al crecimiento tendencial que la Fed ve en el 1,8%", explican Christoph Balz y Bernd Weidensteiner, de Commerzbank.

Aunque pudiera parecer que el principal titular de la lectura de PIB es el debilitamiento de la economía, la atención de los mercados se ha centrado en el dato de inflación que lleva aparejada la lectura. El deflactor del consumo personal (PCE) subyacente (ni energía ni alimentos) se aceleró hasta el 3,7% anualizado en el primer trimestre respecto al 2% de cada uno de los dos anteriores. Aunque el dato no es con el trimestre cerrado, se entiende que llevará al alza al PCE de marzo, que se publicará este viernes y concitará gran atención, al ser el PCE subyacente el indicador fetiche de la Fed. Los analistas de ING estiman que la lectura intermensual del PCE subyacente de marzo será del 0,4%, por encima del 0,3% esperado, lo que tendrá impacto en el mercado.

"El PIB estadounidense es volátil y está sujeto a grandes revisiones, por lo que el aumento más débil de lo previsto en el primer trimestre no es preocupante. Lo que nos ha llamado la atención, y podría asustar un poco a la Reserva Federal, es el aumento del deflactor del PCE subyacente", apunta Ryan Sweet, de Oxford Economics.

Los bonos del Tesoro han caído y sus rendimientos han avanzado toda la vez que los inversores se han centrado en estas señales de duras presiones sobre los precios, oscureciendo aún más las perspectivas sobre el ritmo de los recortes de tipos de la Fed este año. Los operadores de swaps ahora ven solo alrededor de 35 puntos básicos de bajadas de tipos de la Fed para todo 2024, muy por debajo de las seis bajadas de 25 puntos básicos previstas a inicios de 2024 y con algunos analistas hablando incluso de posibles subidas nuevamente.

"Actualmente, la Reserva Federal no debería preocuparse mucho por la economía real; al fin y al cabo, los detalles de las cifras del PIB de hoy han sido mejores de lo que sugiere la decepcionante cifra global. Es la inflación lo que está empeorando notablemente", inciden desde Commerzbank. "Estas cifras no dan a la Fed la confianza necesaria en que la inflación se suavizará pronto hacia el objetivo del 2%. El presidente de la Fed, Jerome Powell, siempre ha citado esto como un requisito previo para un recorte de tipos. Consideramos que esto confirma nuestra previsión de que la Fed no recortará los tipos de interés hasta diciembre", sentencian.

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