
El aumento en el gasto en Defensa desde que Pedro Sánchez asumió el cargo en junio de 2018 ha crecido un 62,4%, pasando de 10.283 millones de euros anuales a 16.474 millones después de la última asignación.
No obstante España tiene un presupuesto en Defensa más bajo que otras naciones y aún está lejos del 2% del PIB comprometido para 2029. El gobierno dedica solo el 1,24% del PIB a defensa, lo que la sitúa como el tercer país que menos gasta en este ámbito, superando únicamente a Bélgica y Luxemburgo. Según la OTAN, este porcentaje equivaldría a un gasto de 18.045 millones de euros el año pasado, una cifra que difiere de los datos reflejados en el presupuesto del Ministerio de Defensa. La OTAN considera otros gastos como pensiones, misiones, armamento y actividades adicionales, mientras que el presupuesto ministerial se amplía mes a mes con créditos extraordinarios, lo que hace que las cifras varíen considerablemente a lo largo del año. Por ejemplo, en 2023, el presupuesto inicial del Ministerio de Defensa fue de alrededor de 12.800 millones, pero terminó gastando más de 15.200 millones debido a estos créditos extraordinarios.
Hoy, solo 11 países han cumplido ya y otros tres están muy cerca de lograrlo. Ante la amenaza "total y absoluta" de una guerra a mayor escala, según ha dicho la ministra de Defensa, Margarita Robles, el Consejo de Ministros dio luz verde a un gasto de 1.129 millones de euros para la adquisición de nuevo material militar destinado a "reforzar" las capacidades de las Fuerzas Armadas españolas. Una decisión marcada por la guerra en Ucrania y otros conflictos geopolíticos.
La decisión del Gobierno ha generado críticas por parte de algunos sectores, que consideran que este gasto es excesivo e innecesario. En particular, Sumar, liderada por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha expresado su rechazo a la medida, argumentando que se deberían destinar más recursos a otras áreas como la sanidad o la educación.
A pesar de este incremento presupuestario, España se mantiene en el 1,3% del PIB, frente al 1,8% de los países de nuestro entorno. De hecho, si se observa la inversión con respecto al año pasado, el gasto militar ha aumentado en un 9,8%, según un informe publicado por el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI). España se sitúa en el puesto 17 en el mundo en gasto militar y se encuentra por delante de países como Brasil y por detrás de otros como Canadá, cuya inversión supone el 1% del gasto total en el mundo.
Robles ha reiterado en múltiples ocasiones que el objetivo del Gobierno es contar con unas Fuerzas Armadas modernas, y para lograrlo es necesario mejorar sus capacidades tecnológicas. Ha enfatizado que la única vía para alcanzar este objetivo es a través de la inversión en tecnología militar.
Programas clave
En los últimos cinco años, se han impulsado programas cruciales para las Fuerzas Armadas y la industria nacional entre los que se incluyen las fragatas F-110, el submarino S-80 (con el primer submarino, el 'Isaac Peral' S-81, recientemente entregado a la Armada), el vehículo de combate sobre ruedas (VCR) 8x8 y la segunda fase del programa de los blindados Pizarro. Asimismo, se han abordado programas adicionales, como la adquisición del Vehículo de Apoyo en Cadenas (VAC), el Sistema de Lanzacohetes de Alta Movilidad (SILAM), la construcción de dos buques hidrográficos costeros (BAM-IS), aviones entrenadores PC Pilatus-21 y los NH-90 de la Armada, entre otros proyectos relevantes.
Igualmente, España también sigue comprometida con su participación y apoyo al desarrollo del FCAS (Future Combat Air System), el futuro avión de combate europeo, así como al EUROMALE (European Medium Altitude Long Endurance Remotely Piloted Aircraft System), un sistema europeo de aeronaves pilotadas a distancia.
En esta línea, también se prevé un aumento en la estrategia industrial de la defensa, con un plan en proceso de elaboración que abarca 33 líneas de actuación. En el ámbito de la Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i), se llevará a cabo una revisión de la Estrategia de Tecnología e Innovación de la Defensa.
El presupuesto de Defensa aprobado por el Ministerio para el año 2023 fue de 12.316 millones de euros. De este total, aproximadamente 5.000 millones se destinaron a programas especiales de modernización, seguido por 2.500 millones para administración y servicios generales de Defensa, 2.300 millones para gastos operativos de las Fuerzas Armadas, y 1.000 millones para apoyo logístico.
Más de 220.000 puestos de trabajo
La industria de Defensa crea directa o indirectamente 220.000 puestos de trabajo en España, sobre todo en Ferrol, Cartagena, Asturias y Andalucia, donde la inversión en Defensa es considerable. Y es que la apuesta del Ejecutivo por la modernización de blindados y fragatas ha posicionado a esta industria como un motor económico crucial. Según la Memoria de la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (Tedae), el sector experimentó un notable crecimiento en 2022, con una facturación de 12.135 millones de euros, un 4,6% más que en el año anterior. Estas cifras se acercan ya a los niveles prepandemia. Con más de 210.000 empleados y la generación de más de 53.000 puestos de trabajo directos, el sector se consolida como un pilar esencial de la economía nacional.
El sector de la Defensa registró el año pasado una facturación de 7.139 millones, siendo la aeronáutica militar líder con 5.050 millones, seguida por la defensa naval con 1.210 millones. Esto representa el 4,9% del PIB industrial.
El mundo, más armado que nunca
El gasto militar ha alcanzado un máximo histórico, con un aumento del 6,8% respecto al año 2022, lo que representa el mayor incremento desde 2009. El último informe del SIPRI indica que por noveno año consecutivo, el gasto militar mundial ha aumentado, alcanzando la cifra récord de 2,44 billones de dólares (aproximadamente 22.200 millones de euros). Este aumento se ha registrado en todos los continentes por primera vez desde 2009, con incrementos significativos en Europa, Asia, Oceanía y Oriente Medio.
El aumento del gasto militar se ha visto influenciado por varios conflictos, incluyendo las guerras en Ucrania y en Gaza, esta última con ramificaciones en la región del Oriente Medio. Estos conflictos han generado presiones adicionales en el ámbito militar y de defensa a nivel global.