
El servicio de estudios de CaixaBank ha actualizado sus previsiones macroeconómicas, a las que ha tenido acceso en adelanto elEconomista.es. Las sorpresas económicas de 2023 establecen un punto de partida positivo para el crecimiento de 2024, que se apoyará en el desvanecimiento de la inflación y el fin del impacto negativo de los tipos de interés. El PIB español crecerá un 1,9% en este contexto, una lectura que se modera desde el 2,5% registrado en 2023, pero que se mantendrá constante durante los próximos ejercicios.
"La economía española ha superado nuestras expectativas en el tramo final de 2023", explican en la nota, en la que destacan la resistencia de la economía española y de su mercado laboral. "Este éxito se atribuye al notable repunte del consumo privado en el tercer trimestre, impulsado por la fortaleza del mercado laboral y la moderación de la inflación".
El 'viento de cola' labrado en 2023 arrastra parte de la inercia del crecimiento a 2024, pero no es el único motivo sobre el que se apoya CaixaBank Research para proyectar el crecimiento del presente curso. La entidad encaja varias piezas: el impacto de los tipos de interés sobre la economía real se diluirá en este arranque de curso, mientras se confirma el proceso de desinflación y el 'adiós' a la crisis de precios, con el debilitamiento (para mal) del sector exterior.
El análisis de Oriol Carreras, economista sénior en el departamento de Economía Española, apunta a que el núcleo de la inflación (la tasa subyacente, aquella que excluye la volatilidad energética y de los alimentos sin elaborar) están en "dinámica de moderación". El bolsillo de los ciudadanos aun sufrirá el retorno a la 'normalidad' con una subida fiscal del IVA en electricidad, gas y alimentos, recuerdan.
"Si bien prevemos que la inflación general baje del 3,5% en 2023 al 3% en 2024, la núcleo caerá con mayor intensidad, desde el 4,4% en 2023 al 2,5% en 2024", explican, observando un "agotamiento" del traslado del aumento de costes a los precios de productos y servicios finales y debido al escaso impacto de los denominados efectos de segunda ronda.
"A medida que el impacto de los mayores tipos de interés se vaya desvaneciendo, la economía se beneficie de unas menores tasas de inflación, nos adentremos en la fase bajista del ciclo de política monetaria y el impacto de la ejecución de los fondos Next Generation EU vaya cogiendo más tracción, el ritmo de crecimiento de nuestra economía debería coger más fuerza. En su conjunto, prevemos que el PIB crezca un 1,9% en 2024 (1,4% según previsión anterior) y que acelere hasta el 2,2% en 2025 (2,0% según previsión anterior)", argumentan en el informe.
Desde la entidad avisan de la "fuerte dependencia" del consumo público para avivar el crecimiento (0,8 puntos de 2,5 el pasado año). Para el próximo curso, el consumo privado supondrá la mayor parte de la mejora (1,3 puntos) ante el presumible 'ajuste' que debe abordar el Gobierno con las cuentas públicas. El consumo público pasará a suponer 0,6 puntos del crecimiento total y será suplido por el consumo privado, que crecerá un 2,4%.
"La convergencia gradual de la inflación al objetivo del 2% y el desvanecimiento del impacto de la subida de los tipos de interés deberían dar un impulso a nuestra economía. Sin embargo, más allá de estos vientos de cola temporales, será necesario volver la mirada hacia los retos estructurales de nuestra economía, fundamentalmente el bajo nivel de inversión y la falta de crecimiento de la productividad", explican.