
Los Estados de la Unión Europea y la Eurocámara votarán mañana para elegir la futura sede de la nueva Autoridad Europea contra el Blanqueo de Capitales y la Financiación del Terrorismo (AMLA), a la que es candidata Madrid junto a otras ocho ciudades europeas.
Madrid, París, Fráncfort, Roma, Dublín, Bruselas, Viena, Riga y Vilna compiten por acoger la nueva agencia europea, que se encargará de vigilar directamente el riesgo de blanqueo en las mayores entidades de crédito de la UE y tendrá unos 400 empleados.
Gobierno central, Comunidad de Madrid y Ayuntamiento han defendido ante las instituciones europeas la fortaleza de la candidatura de la capital, tanto por el marco regulatorio español de lucha contra el blanqueo, que ha inspirado el de la AMLA, como por las buenas conexiones y servicios de Madrid, que ofrece oficinas en la Torre de Cristal para albergar la futura agencia.
"Seguimos trabajando hasta el último momento y creo que estamos compitiendo entre las mejores", apuntan desde el Ministerio de Economía. Fuentes europeas confirman que España se ha movilizado especialmente en las últimas semanas para recabar apoyos y ponen en valor el interés mostrado.
La semana pasada, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, reivindicaron en una carta a la Eurocámara el reconocimiento de las instituciones internacionales al marco regulador español, la tradición de cooperación con terceros países, en particular Latinoamérica, o la disponibilidad de numeroso personal cualificado.
Madrid, que no acoge ninguna agencia de la UE, tiene unas pocas opciones frente a las dos grandes favoritas, París y Fráncfort. Fuentes del mercado consideran que una victoria de Madrid sería sorprendente, especialmente desde que la UE nombrara a la exvicepresidenta Nadia Calviño para dirigir el BEI. En aquel momento se asumió que el Gobierno habría renunciado a la AMLA a cambio de este otro puesto.
Almeida: "No todo está perdido"
Al respecto, el alcalde de Madrid ha declarado este miércoles ante los medios de comunicación que la elección de la capital como sede de la AMLA sería un hecho "extraordinariamente importante y un reconocimiento a España y a Madrid", que no tiene a día de hoy ninguna agencia de la Unión Europea.
En palabras de Almeida, la elección de Madrid sería además una "excelente noticia" tanto por la agencia en sí como por la creación de empleo cualificado, que contribuiría a mejorar la imagen internacional de la ciudad.
"Tenemos el convencimiento de que hemos presentado la mejor candidatura posible, que tuvo una muy favorable acogida en el Parlamento Europeo, donde se quedaron favorablemente impresionados por todas las bondades de este proyecto" ha anotado el regidor madrileño.
No obstante, y pese a que Madrid no es la gran favorita, el alcalde de la capital ha recomendado que "no conviene echar las campanas al vuelo ni hacer un ejercicio de triunfalismo, pero tampoco hay que decir que todo está perdido. "Tenemos opciones y hay que esperar la decisión final" ha zanjado.
Mientras la española ve como punto a favor su distancia de los reguladores bancarios, la capital francesa defiende que la cercanía entre la AMLA y la Autoridad Bancaria Europea sería un activo, y la misma lógica usa Fráncfort al abogar por que comparta sede con el Consejo de Supervisión Europeo.
También pisan fuerte Dublín, que se vende como centro financiero sin sector bancario propio, lo que debería favorecer su independencia; y Roma, que tiene buena nota en lucha contra el blanqueo, aunque también un problema con el uso del efectivo -muy ligado al lavado de capitales-, según fuentes europeas.
En contra de Bruselas juega el equilibrio geográfico por ser sede de la mayoría de instituciones europeas, mientras que la mancha en el expediente de Riga es el escándalo de blanqueo en el banco letón ABLV en 2018.
Nuevo proceso de selección
El Parlamento Europeo participará por primera vez en la elección de la sede de una agencia comunitaria, que hasta ahora correspondía exclusivamente a los Gobiernos.
El Consejo y la Eurocámara tendrán cada uno 27 votos, que se repartirán en el primer caso uno por país y, en el segundo, entre los grupos parlamentarios en función de su peso: ocho para el Partido Popular Europeo, seis para Socialistas y Demócratas, cuatro para los liberales de Renovar Europa, tres para los Verdes, tres para los Conservadores y Reformistas, dos para la ultraderecha de Identidad y Democracia y uno para la Izquierda.
La votación será secreta y la ciudad elegida deberá obtener una mayoría simple de los votos válidos, es decir, 28 en el caso de que se emitan 54 votos, por lo que con nueve candidatas en liza podrían necesitarse varias rondas de votación hasta que una se imponga.
Los eurodiputados, por un lado, y los Estados, por otro, se reunirán desde primera hora de la tarde para llegar con una lista reducida de candidatas a la votación, que comenzará a las 18.00 horas.