
La gran escasez de monos de laboratorio amenaza el negocio de las grandes farmacéuticas. La falta de ejemplares por el veto de China a su venta, el control de contrabando de animales desde Camboya y las rígidas restricciones europeas han hecho que el precio de un macaco para fines científicos se dispare, incluso a llegando a costar 50.000 euros por animal. Un escenario, que pone en crisis de suministro a la comunidad de investigación biomédica.
La cantidad de monos de laboratorio para la industria farmacéutica se está reduciendo considerablemente, provocando una escasez en el sector y un consiguiente aumento en el precio de estos.
Al compartir entre el 90 y 93 % del código genético con el ser humano, son los animales ideales para los experimentos médicos, por lo que se ha creado un negocio de granjas de monos, mayormente en el sudeste asiático, que provee de estos a los laboratorios de investigación y desarrollo, que no pueden recibirlos hasta que no alcancen los tres años de vida.
Este negocio se ha vuelto lucrativo por la necesidad de las compañías farmacéuticas de disponer de estos animales para sus pruebas clínicas, ya que el valor unitario de estos monos ha pasado de los 968 euros en 2014 a los 22.156 euros en 2022, un aumento de más de 23 veces en siete años. Actualmente, existen especies que se pueden conseguir por 50.000 euros por macaco. Cifras que llegan a ralentizar o frenar estudios a nivel global realizados por grupos científicos que se ven imposibilitados en poder invertir estas altas sumas de dinero para sus experimentos.
Contrabando de Camboya que frena al negocio
A modo de antecedente, el arresto en Estados Unidos de Masphal Kry, director de vida silvestre y biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Bosques y Pesca (MAFF) de Camboya por contrabando de primates salvajes, pone en manifiesto la situación que vive el negocio de los monos de laboratorio.
Kry no imaginó que su arresto lo enredaría en un drama internacional épico y desordenado que aún se prolonga, según señala Fortune.
"Desencadenó una cadena de acontecimientos que ha dejado a más de 1.200 monos enjaulados en el limbo en laboratorios corporativos estadounidenses, sacudido un sector comercial lucrativo para su país y puesto en jaque a la industria multimillonaria de pruebas farmacéuticas de Estados Unidos, fundamental para el desarrollo y la aprobación de fármacos y tratamientos médicos", señala una reciente publicación del medio financiero.
Crisis de suministro en las empresas en desarrollo
Para la industria biofarmacéutica de Estados Unidos, valorada en 586.000 millones de dólares, el arresto de Kry creó una crisis: detuvo efectivamente la importación de macacos de cola larga camboyanos, que representaban alrededor del 60% del suministro de monos de laboratorio de la industria.
Este tipo de primate se utilizó en el rápido desarrollo de vacunas para el ébola y el COVID, y en investigaciones que involucraban todo, desde trastornos de fertilidad hasta terapias génicas.
"La repentina ruptura de la principal cadena de suministro de monos de la industria fue una debacle para las empresas de desarrollo de medicamentos que dependen en gran medida de los monos para probar la seguridad de los nuevos medicamentos. (Por lo general, las compañías farmacéuticas no hacen este trabajo por sí mismas, sino que lo subcontratan a organizaciones de investigación contratadas)", sentencia el medio.