
En el tercer día de la huelga de los agricultores y transportistas, la reivindicación está "amenazando" a la cadena de suministros de productos. Ya lo decían ayer miércoles las organizaciones del transporte sobre que se avecina el "desabastecimiento de productos" por causa del bloqueo de los centros logísticos del país. Un punto que hace preguntarnos sobre los impactos que podrían traer estas medidas si los sindicatos mayoritarios llegaran a bloquear los puertos y al comercio marítimo.
La reivindicación de los agricultores españoles, y ahora de los transportistas, se expande y está afectando directamente a los intereses de los consumidores, quienes se ven amenazados por un posible "desabastecimiento de productos". "Puede haber una falta importante de productos", advertía en Telecinco Manuel Hernández, transportista y presidente de la Plataforma Nacional del Transporte, quien, además, convocó un paro indefinido de su sector para el próximo 10 de febrero.
Mientras las principales organizaciones de la huelga toman el relevo de las manifestaciones para planear la paralización de ciudades como Ciudad Real, Huesca, Salamanca y Ávila, las amenazas vinculadas al bloqueo de los centros logísticos del país se expanden hacia los principales puertos.
El malestar del campo, minoritario, está pasando de los cortes de carreteras a bloquear puertos como el de Castellón, Málaga y el de Algeciras. Un escenario que empeora el conflicto y que, de llevarse a producir de forma mayoritaria, por parte de las organizaciones como en 2022, "el impacto sobre la actividad económica de España podría ser mayúsculo", ha señalado a este periódico Cristian Castillo Gutiérrez, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, investigador del grupo SUMAT, y experto en áreas de logística, producción y operaciones.
Impacto económico y mirada hacia 2022
Según el experto, este escenario obligaría al Ministerio del Interior a reforzar su seguridad en los puertos y velar por que se mantenga su actividad. "En este sentido, no considero que produzca un desabastecimiento, pero sí retrasos que pueden complicar la circulación de las mercancías. Estas manifestaciones intentarían probablemente obstaculizar las entradas y salidas del transporte terrestre a los puertos", ha puntualizado Castillo.
"En 2022, con la huelga general de transportes, en la que sí hubo sindicatos mayoritarios, los puntos con más tensión logística fueron los puertos. Esto provocó que parte de la mercancía que estaba varada esperando su recogida, provocase un colapso en la capacidad de los puertos, retrasando la llegada de nuevas mercancías. En el caso de aquella mercancía perecedera, por no distribuirse a tiempo, se tuvo que acabar destruyendo", ha recordado el especialista.
El coste de la huelga de 2022 para los supermercados
"Todo esto señalado anteriormente, sumado a los costes de almacenaje y de electricidad, nos puede ayudar a entender qué podría pasar en función de cómo evolucionen estas huelgas y, especialmente, si se suman los sindicatos de transporte mayoritarios que de momento no es lo que parece", ha aclarado.
En esta línea, el experto ha señalado que lo importante es tener en cuenta que, de momento, se ha añadido el sindicato minoritario de transportistas a la huelga y esto puede ayudar a "minimizar el impacto". Aun con ello, "manifestaciones prolongadas, especialmente aquellas que se producen de manera imprevista y no informada, pueden provocar tensiones en la cadena de suministro".
A lo antes señalado, Castillo ha sumado que la paralización de 2022, en la que únicamente estuvo implicado el sindicato de transportistas, costó unos 130 millones de euros diarios únicamente al sector de la distribución alimentaria (supermercados).