Economía

El pleno de la Eurocámara pide más margen para inversiones y gasto social en las nuevas reglas fiscales

  • Fija su posición negociadora que permitirá iniciar las conversaciones con los Estados miembro.
  • Bruselas apremia a un acuerdo que permita terminar la revisión antes de las elecciones europeas
El pleno de la Eurocámara en Estrasburgo
Bruselasicon-related

La reforma de las reglas fiscales de la UE, que establecen los límites de deuda y déficit que tienen que cumplir los países, ha dado un paso más este miércoles y entra en la última fase de negociación. El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado la posición negociadora sobre el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, en la que pide que se dé más margen a las inversiones y al gasto social en la nueva versión de la gobernanza económica. Una postura que ahora pasará a ser negociada con los Gobiernos de los Estados miembro, en el Consejo, para cerrar un acuerdo.

El pleno de la Eurocámara aprobó con 431 votos a favor, 172 en contra y 4 abstenciones su informe sobre la revisión Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que establece la postura de los eurodiputados para pasar a negociar un texto definitivo con los Estados miembros desde este miércoles. Ha salido adelante con el voto en contra de los Verdes, de la extrema derecha y la extrema izquierda.

Lo óptimo, según fuentes diplomáticas, sería que la reforma estuviera acordada y aprobada antes de las elecciones europeas. Para tal fin, las negociaciones deben cerrarse la primera semana de febrero para concluir el proceso legislativo a tiempo. De no cumplirse tales plazos, la reforma pactada no saldría adelante y se volverían a aplicar las antiguas reglas fiscales.

En línea con lo acordado en diciembre por la Comisión del Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, el pleno de la Eurocámara respalda que los países tengan más margen de maniobra para aplicar la gobernanza económica. En esta fórmula se contemplan excepciones por las cuales un país no debe cumplir con ese 1% de desviación de la senda de gasto. Los eurodiputados abren la puerta que las inversiones vinculadas a las prioridades de la UE y el gasto social habiliten a los países desviarse de esa senda de gasto durante un plazo máximo de cinco años.

En un debate en el pleno de la Eurocámara sobre la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, llamó apurar las negociaciones: "con las elecciones europeas acercándose, la reciente desactivación de la Cláusula de Escape y la reintroducción de antiguas reglas, es importante y urgente que finalicemos este expediente y aportemos claridad y previsibilidad a la política fiscal. Porque todos conocemos los límites de las antiguas reglas".

El acuerdo alcanzado por los países el pasado diciembre constata lo difícil de la negociación. Se evidenciaron las tiranteces entre el motor de decisiones comunitario, Berlín y París. Y se hizo necesario que negociaran en paralelo para poder llegar a fraguar un delicado acuerdo a Veintisiete. Es por ello que no está del todo claro que la Eurocámara pueda conseguir influir en aspectos cruciales de la reforma de la gobernanza económica.

El texto adoptado en el pleno del Parlamento Europeo requiere que se fijen cifras de referencias para la reducción anual de la deuda y déficit para aquellos países que superen los umbrales del 60% y del 3% sobre el PIB, respectivamente.

El texto coincide con lo acordado por los ministros de Economía y Finanzas de la UE el pasado diciembre en cuanto a la reducción de la deuda. En línea con lo planteado en diciembre por la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo, la Eurocámara prevé senda de reducción anual de la deuda del 1% para aquellos países con niveles superiores al 90% sobre el PIB y del 0,5% para aquellos con niveles entre el 60% y el 90%.

Otros requisitos

Los eurodiputados han planteado también que la Comisión Europea elabore, en una nueva norma, cómo debe evaluarse la sostenibilidad de la deuda. Una medida con la que se pretende dotar de una base predecible y una capacidad análisis más efectiva a los países y a los eurodiputados.

El plazo en el que los Estados miembros deben emprender correcciones para volver a una situación fiscal saneada se amplía en 10 años, lo que les da un mínimo de 14 años y, potencialmente, hasta 17 años para corregir su situación, reforzando las dimensiones sociales y las inversiones. En caso de un cambio de gobierno los países podrán presentar un nuevo plan fiscal.

La Eurocámara también ha respaldado varias disposiciones para reforzar la responsabilidad y control por parte de los países sobre esos planes de reducción de la deuda, para aumentar el margen de inversión sin que repercuta en la evaluación de la sostenibilidad de la deuda de un país. Además, el texto aprobado también refuerza el papel del Consejo Fiscal Europeo y de las instituciones fiscales nacionales independientes

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky