Economía

Los directivos anticipan una desaceleración de la economía española hasta el 1,6%

  • Los participantes del panel de PwC lo achacan a una caída de la demanda, de las exportaciones y del empleo
  • Sitúan el PIB de este año en el 2,1% y para el que viene la previsión baja hasta el 1,6%
  • Prevén que los tipos se mantengan en el 4,5% el próximo junio y bajen al 3,5% en diciembre 
Los directivos creen que la economía española se desacelerará en 2024

Los directivos españoles creen que el año 2024 podría ser un ejercicio marcado por el enfriamiento de la economía española. La pérdida de fuelle de la demanda interna y de las exportaciones estarían detrás de esta desaceleración de la actividad, que cerraría el año con un crecimiento del 1,6%. Así lo pronostica el Consenso Económico y Empresarial correspondiente al cuarto trimestre del año, que elabora la consultora PwC desde 1999 a partir de la opinión de un panel de 450 expertos, empresarios y directivos.

El informe de la consultora refleja un deterioro de la opinión de los panelistas sobre la coyuntura económica ahora y en los próximos trimestres. De ese modo, cae casi veinte puntos respecto al informe de junio pasado (del 50,5% al 32,6%) el porcentaje de los encuestados que califican como buena la situación actual, y suben en una proporción casi idéntica, hasta el 61,2%, aquellos que la consideran regular.

Por su parte, a la pregunta sobre cómo evolucionará la actividad dentro de un año, una mayoría del 53,1% prevé que vaya a peor. Todo ello se concreta en una previsión de crecimiento de la economía española del 2,1% para 2023; y del 1,6% para 2024, tres décimas menos que en nuestro estudio anterior.

Asimismo, de forma mayoritaria, los expertos, empresarios y directivos, hasta un 76,3% de ellos, justifican este freno alegando que la demanda esperada no va a ser suficiente para incrementar la producción. En concreto, el 42,4% sostiene que las familias van a moderar su consumo en los próximos seis meses. No obstante, el parón más significativo, según el 74,7% de los entrevistados, lo va a experimentar la compra de vivienda.

En lo tocante a las empresas, el factor determinante será el impacto que tendrá en la actividad el deterioro de nuestros principales mercados exteriores en las exportaciones. En consecuencia, crece en diez puntos, hasta el 53,1%, el porcentaje de quienes dicen que la situación económica y financiera de las compañías es regular; y sube, desde el 13,7% al 46,5%, el de los que creen que las perspectivas de los mercados exteriores son desfavorables.

El freno a las exportaciones obedece a que los principales mercados exportadores españoles, los grandes países europeos y EEUU, han bordeado la recesión o entrado en ella. Esto ha detenido la actividad exterior: en junio, el 43% creía que la situación era favorable, ahora solo el 15% lo sostienen. El arranque de 2024 lo ven igual el 67%, pero será peor para el 23%, un ratio que en junio pasado solo lo creían el 10%.

Los directivos españoles prevén una desaceleración de la demanda
Los directivos en España pronostican una caída de las exportaciones

Este sentimiento, razona el informe de PwC, se traduce en un desplazamiento de la opinión hacia posiciones menos optimistas que hace unos meses sobre la evolución de la inversión productiva, la exportación y la creación de empleo. El 43,4% asegura que la inversión productiva va a disminuir en los próximos seis meses, el 37,4% dice lo mismo acerca de las exportaciones, y el 55,6% espera un freno en la creación de empleo.

Otro aspecto que según PwC afectará a la marcha de la economía en 2024 será la evolución de los tipos de interés. La mayoría de los encuestados prevén que se mantengan en el 4,5% en junio del año que viene. Sin embargo, en diciembre de 2024, el 53,6% cree que el precio del dinero podría estar entre el 3,5% y el 4%. Respecto a la inflación, los entrevistados esperan que se mueva de forma paralela a los tipos de interés, y sólo anticipan cambios para diciembre del próximo año, cuando podría estar entre el 2,5% y el 3%.

Los panelistas consultados pro PwC adelantan un escenario de suave desaceleración para el año que viene. "La duda que queda en el aire es si la economía española se encuentra ante un punto de inflexión o ante un bache suave y pasajero".

Moratoria a la descarbonización

El informe de PwC del cuarto trimestre de 2024 está dedicado a a conocer la opinión de los expertos, empresarios y directivos sobre cuál debe ser el futuro modelo energético para España y para Europa.

Así, los directivos que conforman el Consenso se muestran de acuerdo con el empeño de la Unión Europea para impulsar la transición hacia una economía baja en emisiones de carbono y la lucha contra el cambio climático. Solo el 6,9% cree que los objetivos de reducción de emisiones de la UE "no tienen sentido porque no está demostrado que el cambio climático esté relacionado con la quema de combustibles fósiles".

Otra cuestión es si los objetivos marcados son demasiado ambiciosos y el ritmo de descarbonización es el adecuado. El 40,2% de los entrevistados creen que son difíciles de lograr, pero que se conseguirán con grandes sacrificios y un 37,2% dicen que supondrán un gran golpe para la industria europea y se modificarán.

Probablemente, la idea que mejor se ajusta a la realidad es la que refrenda el 52,9% de los encuestados, que se muestran partidarios de asumir los objetivos de descarbonización, pero piden a las autoridades comunitarias plazos más largos y realistas para poder adaptar la industria y la tecnología.

El informe aborda los efectos que pueden tener las guerras en Ucrania y en Oriente Medio sobre la conciencia ecológica. La respuesta con más seguidores ha sido que sí acelerará esta preocupación porque "se ha demostrado el alto precio que paga Europa por su vulnerabilidad energética frente a Rusia o los países árabes", con un 41,2% de los apoyos. Pocos, solo un 14,7%, apuntan que una vez que se resuelvan los conflictos, la tendencia será continuar con los combustibles fósiles, "que son más baratos".

También se plantea si tiene sentido mantener las ayudas públicas vinculadas a los combustibles fósiles (que en 2022 ascendieron a 6,5 billones de euros, según el Fondo Monetario Internacional), mientras que también se subvenciona a las renovables. Casi el 50% dice que sería lógico que ese dinero se destinara a la investigación y promoción de energías verdes.

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