
En Estados Unidos, la gran distribución, los supermercados y tiendas, son un reflejo de lo que ocurre en las tripas de la economía. Es decir, funcionan como un indicador adelantado del consumo, algo especialmente relevante en este país, ya que el gasto privado supone cerca del 70% del Producto Interior Bruto (PIB). Y los recientes avisos a la cautela de Walmart, Target o Home Depot parecen indicar que la recesión está entrando por sus puertas.
El gigante estadounidense de la distribución Walmart empezó a ver signos de debilidad en octubre, como ha explicado el director financiero, John David Rainey, en la presentación de resultados. Aunque las ventas de la compañía se han incrementado, esa señal de alerta le está costando un descenso del 7% en bolsa, su mayor caída en aproximadamente un año. Incluso, pese a haber elevado ligeramente su previsión de beneficios.
A los inversores no les ha gustado la prudencia que ha mostrado el supermercado sobre las perspectivas de los compradores estadounidenses. La caída "más aguda" en las ventas se produjo durante las dos últimas semanas de octubre, ha dicho Rainey, aunque después repuntó en noviembre, impulsada en parte por las ofertas de temporada.
El tono apagado de Walmart apunta a la incertidumbre en torno al gasto de los consumidores, incluso cuando la empresa arrebata más ventas a muchos rivales. Excluyendo el combustible, las ventas comparables en la unidad estadounidense de Walmart subieron un 4,9% durante los tres meses que terminaron a finales de octubre. Target y Home Depot registraron descensos en ese indicador esta semana, ya que los consumidores siguieron retrayéndose de las compras discrecionales.
Pese a elevar su perspectiva de ganancias (guidance) y aguantar mejor que sus competidores, las acciones de Walmart están sufriendo en esta sesión de Wall Street, en la que se cotizan sus cuentas. "La conclusión para nosotros es que estamos viendo la fuerza, estamos viendo ganancias de cuota frente a otros, pero todavía hay presión sobre el consumidor", ha explicado el directivo. "Somos más cautelosos sobre el consumidor de lo que éramos hace 90 días en este momento", puntualizaba.
Aunque los resultados de Target fueron distintos, debido a que la tienda superó las expectativas y logró una buena gestión de sus inventarios, las conclusiones fueron las mismas y las apuntaba la compañía directamente. "En general, los consumidores siguen gastando, pero presiones como los elevados tipos de interés, el fin de la moratoria de los créditos estudiantiles, los mayores intereses de las tarjetas de crédito y la merma del ahorro han provocado que los consumidores tengan menos ingresos discrecionales y ello les ha forzado a renunciar a algunas compras", apuntaba la estadounidense en su balance trimestral.
En su caso, las ventas comparables cayeron un 4,9%, el segundo descenso trimestral consecutivo y el segundo más pronunciado desde 2009, según datos de Bloomberg. Target ya ha avisado de que la recta final del año será similar, ya que también esperan una caída en esta métrica, de un solo dígito, han puntualizado.
En su diagnóstico también comparten la cautela, pese a la temporada festiva en EEUU, con Acción de Gracias, Black Friday y Navidad. Aunque son fechas de mayor consumo, hay mucha competencia y cientos de ofertas, lo que puede acabar siendo perjudicial, especialmente si se reduce el gasto discrecional. En esta ocasión, optan por la prudencia, incluso en días tan señalados en el calendario de la distribución.
La tienda Home Depot, distribuidora de muebles y bricolaje, también hace el mismo pronóstico. El gasto discrecional es el que les preocupa y, en su caso, por el tipo de negocio, las compras más caras, como cocinas o los productos de decoración de madera.
"Vemos cómo continúa una tendencia que llevamos observando todo el año, con una moderación en las compras de tickets más elevados y discrecionales. En vez de embarcarse en grandes proyectos [de mobiliario o decoración], los clientes continúan centrándose en pequeños proyectos", explicaba en la presentación de resultados William Bastek, vicepresidente ejecutvo de merchandising.
Sus ventas han estado en línea con sus expectativas y estas han caído un 3,4% en el tercer trimestre. Llevan descendiendo durante todo el ejercicio. Reconocen que el periodo actual es de moderación y han rebajado sus perspectivas para el conjunto del ejercicio, justo cuando llega la época de mayores compras.
El tramo final del año va a ser clave y reflejerá el apetito que le queda al consumidor americano. Pese a que el último dato de PIB mostró un crecimiento de casi el 5%, muchos analistas han anticipado que este dinamismo no va a ser el que se vea en el trimestre actual. A principios de mes, desde ING lo resumían así: "El consumo es clave y sus fundamentales se están debilitando". Las razones vuelven a ser las mismas y es que los ingresos disponibles de las familias siguen cayendo, los ahorros se van agotando y el crédito al consumo se ha desplomado.