Economía

'Probado en combate', el sello que marca la economía de guerra de Israel

Imagen de la 'C?pula de Hierro' // Foto: Europa Press.
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"Ciudadanos de Israel, estamos en guerra", así de contundente fue el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu tras el ataque de Hamas. Pero la inversión no está preocupada por esto. La economía israelí se montó en torno a defensa y va a seguir funcionando como hasta ahora.

A priori podría parecer que ahora todos los esfuerzos económicos del país se van a destinar a la guerra pero, en realidad, Israel "siempre ha estado en guerra". Esta es la frase que han pronunciado varias fuentes inversoras tanto israelíes como españolas, que no han querido desvelar su identidad por lo convulso del momento, a elEconomista.es . En líneas generales, la inversión española en Israel, y viceversa, transmite tranquilidad.

Israel es una potencia económica en materia de tecnología. Conocido como el Silicon Valley de Oriente, el país invierte un 5,4% de su PIB en I+D. Pero esto no quiere decir que solo sea inversión pública, sino que la economía del país ha creado un entorno muy favorable para que las empresas privadas se impliquen en el desarrollo de tecnología, sobre todo militar.

La industria de defensa israelí tiene un largo recorrido y clientes a lo largo de todo el globo. Las fuerzas aéreas de Estados Unidos o Italia cuentan con aviones con tecnología de este país, pero también países como Chad, Uganda, Corea del Sur, Australia e incluso España. Pero no es baladí que la tecnología del país de Oriente Próximo sea de las más utilizadas por los ejércitos del mundo, ya que Israel cuenta con el sello "Probado en combate". Es decir, toda su tecnología está probada en su conflicto con Palestina.

El gasto en Defensa, según los datos del ministerio de Finanzas del país, fue de 22.500 millones de euros en 2022 y supuso el 4,51% del PIB y se sitúa en el decimoquinto puesto de países del mundo en gasto militar.

El ecosistema perfecto

Israel es uno de los pocos países que emplea tal cantidad de su PIB en inversión en I+D, solamente le alcanza Singapur. Esto, sumado a un ejército potente y a un ministerio de Defensa que invierte ingentes cantidades de dinero a un conglomerado de empresas tecnológicas (grandes y pequeñas) para desarrollar tecnología junto con una red de universidades técnicas, ayudan a montar este ecosistema de economía de guerra que, posteriormente, llega a la población en general. Lo civil y lo militar coexisten en Israel.

Los grandes cerebros de la inteligencia israelí han desarrollado numerosas aplicaciones que hoy en día se emplean en la vida diaria.

La geolocalización de muchas redes sociales o incluso la captación de patrones de comportamiento del consumidor son tecnologías que comenzaron siendo de uso puramente militar y que hoy en día están incorporadas a la vida civil.

Pero esto tampoco se podría producir sin el apoyo de los Estados Unidos. Una de las tecnologías de protección de las que Israel se siente más orgulloso es la denominada "Cúpula de Hierro" (Iron Dome, en inglés), la principal defensa que tiene el país ante los ataques desde la Franja de Gaza. Este sistema de defensa móvil para interceptar cohetes lo desplegaron hace diez años y Barack Obama contribuyó durante su mandato con casi 300 millones de dólares, casi el 10% del coste total.

Por tanto, el que ahora Israel esté bajo el mandato de un estado de guerra, hasta el punto de que Netanyahu ofreció a los principales líderes de la oposición formar un "gobierno de emergencia" para afrontar el conflicto, no va a afectar a la economía del país porque está, precisamente, 'probada en combate'.

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