Los últimos datos monetarios y crediticios de la zona euro muestran que el endurecimiento de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) en el último año sigue pesando sobre el endeudamiento de los hogares y las empresas, además de influir en lo que hacen con sus ahorros. La debilidad del crecimiento monetario y crediticio respalda la tesis de que la economía de la eurozona pasará apuros en los próximos trimestres.
Los datos publicados este miércoles muestran que, en agosto, el crédito al sector privado siguió desacelerándose, con un descenso de 0,3 puntos porcentuales respecto a julio hasta el 1% interanual para los hogares y de 1,6 puntos porcentuales hasta el 0,6% interanual para las sociedades no financieras. Sobre una base mensual, se produjo una gran caída del crédito a las empresas, en particular de los préstamos a corto plazo que tienden a utilizarse para financiar inventarios, solo ligeramente compensada por un flujo positivo de crédito a los hogares.
En el mismo periodo, los agregados monetarios de la eurozona profundizaron en sus descensos anuales. El agregado monetario más amplio M3 (dinero en efectivo + depósitos a la vista + depósitos de ahorro + depósitos a plazo) descendió 0,9 puntos porcentuales, hasta el mínimo histórico del -1,3% interanual, mientras que el agregado monetario más estrecho M1 (dinero en efectivo + depósitos a la vista), descendió 1,2 puntos porcentuales, hasta un impactante -10,4% interanual.
"La continua debilidad de los flujos de préstamos en la zona euro no es una sorpresa, ya que la política monetaria funciona con retraso. Dado que la mayor parte del endurecimiento se produjo en el segundo semestre del año pasado y en el primer semestre de 2023, es probable que veamos un impacto máximo en los próximos meses", explica Daniel Kral, analista de Oxford Economics.
Respecto a las métricas de la oferta monetaria, Kral fundamenta esta evolución en "el continuo abandono por parte de los hogares de los depósitos a la vista, que suelen ofrecer tipos de interés muy bajos y registraron un descenso interanual del 6,7%, en favor de los depósitos a plazo, donde los tipos suelen ser mucho más elevados, y que se duplicaron con creces en un año". Es probable que esta tendencia continúe en los próximos meses, vaticina, ya que el diferencial entre los depósitos a plazo y a la vista sigue ampliándose.

"El brusco descenso en el agregado M1 es una respuesta directa a la subida de los tipos de interés, ya que los ahorradores están desplazando su dinero de los depósitos bancarios a la vista, de bajo rendimiento, a los depósitos a plazo fijo, de mayor rendimiento pero menos líquidos, y a los bonos emitidos por los bancos", coincide Jack Allen-Reynolds, de Capital Economics.
Respecto al agregado M3, el economista enumera las tres razones por las que se está contrayendo: "El endurecimiento cuantitativo (reducción de balance) del BCE, la salida de depósitos M3 hacia bonos bancarios a más largo plazo y depósitos no M3 (es decir, aquellos con vencimientos más largos o con periodos de preaviso más largos antes de que los depositantes puedan retirar sus fondos) y la debilidad de los préstamos al sector privado".
"Tras meses de descenso del crédito bancario a las empresas a finales del año pasado, la situación se estabilizó en líneas generales entre enero y julio. En agosto, sin embargo, se produjo una fuerte caída de los préstamos bancarios. Esto introduce un elemento de incertidumbre en torno al ritmo de transmisión monetaria para el BCE, que se sentirá aliviado al disponer de otro mes de datos sobre préstamos bancarios un día antes de su reunión de octubre para fijar los tipos. Si esta tendencia se mantiene, la transmisión monetaria habrá vuelto a repuntar considerablemente", valora Bert Colijn, de ING.
El experto avanza que la debilidad de las perspectivas económicas y la subida de los tipos frenarán la inversión empresarial en los próximos trimestres. "No son buenas noticias para la economía de la eurozona, que ya está estancada y muestra cada vez más signos de debilidad. Esperamos que continúe la atonía generalizada como consecuencia del impacto de la política monetaria restrictiva sobre la economía. Esperamos que esto ocurra en los próximos trimestres, lo que se sumará a unas perspectivas económicas muy débiles hasta principios de 2024", augura.
"Junto con los datos disponibles para julio y agosto, esto dibuja un panorama sombrío para las perspectivas a corto plazo de la eurozona. Ahora pensamos que es probable que el PIB se contraiga en el tercer trimestre y se estanque en el último trimestre de este año", se pronuncia en un sentido similar Kral, de Oxford Economics.
"El crédito neto a hogares y sociedades no financieras se desplomó en los últimos meses del año pasado y ha seguido cayendo este año. En agosto, el crédito a estas sociedades ha experimentado una fuerte caída intermensual. El crecimiento de los préstamos hipotecarios residenciales también ha disminuido, mientras que el crecimiento del crédito al consumo se ha mantenido bastante bien. Sobre la base de la asociación pre-covid, el impulso del crédito (que sitúa el préstamo global en una base comparable con el crecimiento del PIB) es coherente con descensos muy pronunciados del PIB", pondera Allen-Reynolds.
El experto de Capital Economics concede que la debilidad del crecimiento monetario y crediticio no es garantía de recesión ni de desplome de la inflación y no cree que el PIB se vaya a caer tanto como sugieren estas métricas, pero, considera que "los datos son coherentes con nuestra opinión de que la economía se comportará peor que las proyecciones del BCE y las previsiones de consenso en los próximos trimestres, y que una recesión leve es más probable que el que no haya recesión". "La economía pasará apuros en los próximos trimestres", remata.