
Ahorrar. Seguramente el primer objetivo que cualquier persona preocupada por sus finanzas personales se marca
Tener un respaldo económico en caso de emergencias y alcanzar nuestros objetivos a largo plazo es un deseo común a todos. Sin embargo, determinar cuánto debemos ahorrar puede resultar complicado.
Existen diferentes métodos y enfoques para calcular la cantidad adecuada que debemos destinar al ahorro cada mes. Vamos a ver varios de ellos y cómo llevarlos a cabo.
1. La regla del 20%
La regla del 20% es un enfoque comúnmente utilizado en finanzas personales que sugiere destinar al menos el 20% de nuestros ingresos mensuales al ahorro.
Esta regla se deriva de la popular regla del 50/30/20, que establece que aproximadamente el 50% de nuestro presupuesto debe destinarse a gastos esenciales, como el alquiler o la hipoteca, el pago de alimentos y suministros básicos. El 30% se destina a gastos discrecionales en ocio, ropa y elementos no esenciales, y al menos el 20% se reserva para el ahorro.
Si bien esta regla puede ser una guía útil, es importante tener en cuenta que su aplicabilidad puede variar según nuestras circunstancias individuales. Nuestros ingresos, nivel de gasto y posibles deudas pueden influir en la cantidad que podemos destinar al ahorro. Por ejemplo, si tenemos ingresos elevados, es recomendable mantener nuestros gastos bajos y ahorrar un porcentaje mayor.
Por otro lado, si ahorrar el 20% de nuestros ingresos resulta imposible en este momento, no debemos desanimarnos ni sentirnos presionados por seguir ese patrón. Cada persona tiene circunstancias y metas financieras diferentes, por lo que es importante adaptar el porcentaje de ahorro a nuestra situación particular.
2. Ahorrar con un objetivo concreto
Si los porcentajes no se ajustan a nuestras preferencias o situación financiera, otra opción es ahorrar con un objetivo específico en mente. Podemos establecer metas de ahorro para diferentes propósitos, como la compra de un teléfono nuevo, un viaje, un automóvil o la creación de un fondo de emergencia.
Cuando apenas podemos ahorrar, es importante comenzar con una cantidad pequeña. Podemos comenzar ahorrando un porcentaje mínimo, como el 1% de nuestros ingresos mensuales. Por ejemplo, si tenemos un sueldo de 1.000 euros, podríamos destinar 10 euros al mes al ahorro. Aunque pueda parecer una cantidad insignificante, es importante empezar en algún lugar y tratar de aumentar gradualmente ese porcentaje a medida que nuestras posibilidades y situación financiera mejoren.
3. El reto de las 52 semanas
Una estrategia efectiva para acostumbrarnos a ahorrar de forma progresiva es el reto de las 52 semanas. Este reto consiste en depositar una cantidad creciente de dinero cada semana durante un año completo, con el objetivo de acumular un fondo de emergencia o alcanzar un gasto adicional.
El reto de las 52 semanas se puede adaptar a nuestras posibilidades y capacidad de ahorro. En su versión más sencilla, podemos comenzar ahorrando un euro la primera semana, dos euros la segunda semana, tres euros la tercera semana, y así sucesivamente hasta llegar a ahorrar 52 euros en la semana 52. Si tenemos la capacidad de ahorrar más cada semana, podemos aumentar la cantidad según nuestras posibilidades. Al finalizar el año, habremos acumulado un total de 1.378 euros.
4. Programar una cantidad fija automáticamente
Para aquellos que tienen dificultades para ahorrar debido a tendencias de gasto excesivo, una recomendación es programar una transferencia automática a una cuenta de ahorro al comienzo de cada mes. Esta transferencia debe ser por un monto que podamos afrontar sin afectar nuestra capacidad de cubrir nuestros gastos necesarios. Es importante revisar periódicamente si podemos aumentar esta cantidad para acelerar nuestro proceso de ahorro.
Al programar una transferencia automática, nuestro ahorro se convierte en una prioridad y se considera como una factura que debemos pagar. Al tener una cuenta de ahorro separada, fuera de nuestra vista diaria, evitamos la tentación de gastar el dinero destinado al ahorro y nos aseguramos de que se destine a nuestro objetivo principal.
En resumen, ahorrar es una práctica financiera esencial que nos permite tener estabilidad económica y alcanzar nuestros objetivos a largo plazo.
La cantidad que debemos ahorrar cada mes puede variar según nuestra situación financiera y nuestras metas individuales. Podemos seguir la regla del 20%, ahorrar con un objetivo en mente, participar en el reto de las 52 semanas o programar una cantidad fija automáticamente. Lo más importante es adaptar estas estrategias a nuestras circunstancias personales y hacer del ahorro una parte integral de nuestra vida financiera.