
Tras superar dos trimestres de crecimiento negativo, lo que recibe el nombre de recesión técnica, el Bundesbank se muestra optimista en su último boletín mensual. No en vano espera que el país vuelve a crecer en periodo comprendido entre julio y septiembre.
Unas buenas perspectivas con las que discrepa el Fondo Monetario Internacional (FMI) que condena al país germano a alargar su recesión al conjunto del año, ya que espera una contracción del 0,3% en el periodo.
El FMI se muestra más optimista de cara al próximo ejercicio y confía en que la economía germana se reimpulse entre 2024 y 2025, tras superar los lastres que está padeciendo este año, centrados en las tensiones del mercado energético y las duras condiciones financieras.
En concreto, el FMI anticipa un repunte del PIB en un 1,3% para el próximo año, al tiempo que ha elogiado las políticas del ejecutivo germano y su fortaleza económica.
En cuanto a la inflación el organismo espera que cierre en 5,8% este año con objetivo de disminuir hasta un 3,3% el próximo. Mientras, con la inflación subyacente (que descuenta la volatilidad implícita de la energía y los alimentos elaborados) se estima que se encuentre en un 6,2% al finalizar el año y, en 2024, en un 3%. En este marco, el FMI aconseja y considera necesario un alivio fiscal cortoplacista para favorecer la desinflación.
Para el FMI, la estabilización del consumo privado y las subidas salariales no batan para salvar a Alemania de la crisis, ya que el mal desempeño de sectores clave de la economía germana, como la industria o construcción, cuya producción se vio estancada el trimestre anterior, han pasado factura al crecimiento.
Por el contrario, el Bundesbank destaca la estabilidad del mercado laboral germano, aún con un débil desarrollo económico y sin perspectivas de un aumento del empleo, estancado desde mayo tras un notable aumento.
Y, aunque desde distintos enfoques, ambas entidades coinciden en una situación truncada para la economía germana este año, así como coinciden en su previsión de una mejora, tanto del PIB como de la bajada de la inflación, para el próximo año.