
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reunirán este lunes y martes con sus homólogos de América Latina y el Caribe en Bruselas, en un encuentro en el que el posicionamiento sobre la guerra de Ucrania tiene todos los visos de generar más tensiones que los intentos por acercar posturas en la esfera comercial. Tras ocho años sin celebrarse una Cumbre UE-CELAC, este encuentro está llamado a tender puentes entre ambas regiones y afianzar la posición del bloque como socio estratégico de los países latinoamericanos. Una avanzadilla que busca contrarrestar el peso que China está ganando, con sus inversiones, en el sur del continente.
La reunión de líderes tiene como finalidad cerrar varios acuerdos de entendimiento con países de América del Sur. Unas alianzas en las que ha trabajado la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen en sus recientes visitas a Brasil, Argentina Chile y México y por lo pronto se saldarán con alianzas en el segmento de materias primas críticas, como se espera con Chile, así como en materia energética con Argentina.
Lo que no está claro es que diatribas seguirá la conversación de los líderes respecto a la invasión militar de Rusia en Ucrania. El texto de conclusiones de la reunión preveía un párrafo de condena a la agresión del Kremlin. Pero la postura imparcial respecto al conflicto de países como Brasil parece dificultar una orientación común en este punto, pese a haber condenado la actuación de Moscú ante las Naciones Unidas.
Se prevé, no obstante, que Ucrania sea, sin duda, uno de los principales puntos de la conversación. También los efectos colaterales de la contienda en otras regiones, desde las repercusiones en la cadena de suministro como la crisis alimentaria.
Y pese a los rumores que apuntaban a una intervención, e incluso asistencia presencial del presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, en el encuentro; finalmente el líder ucraniano no se unirá a la reunión. Ha sido, en parte, por el veto de algunos presidentes latinoamericanos. Fuentes europeas justifican que la intención del encuentro es profundizar en debates que afectan a la UE y la América Latina.
Si bien el acuerdo Mercosur estará de fondo en las conversaciones, no es el objetivo de esta Cumbre cerrarlo. Aunque la esperanza de la presidencia española del Consejo de la UE es llegar a un encuentro de posturas a finales de año, la reunión de esta semana busca limar las asperezas que suscita a ambos lados del Atlántico. La idea es dar un empuje a las negociaciones. La Comisión Europea redactó un anexo, todavía pendiente de ser evaluado por los países latinoamericanos, en el que plantea cláusulas equitativas para ambas regiones en lo que respecta a las condiciones medioambientales y de sostenibilidad.
Francia ha sido uno de los principales defensores en la UE de que el acuerdo de libre comercio vaya ligado a estos compromisos adicionales en términos medioambientales. Una serie de cláusulas espejo que buscan que los productores a ambos lados del Atlántico se amparen bajo las mismas reglas del juego. Se trata, esta cita, de una ventana de oportunidad para acercar posturas entre ambas regiones, considerando que el propio acuerdo Mercosur cuenta dos décadas siendo redactado.
De fondo, están también los acuerdos comerciales que la UE pretende cerrar este año con Chile y con México. Y en las conclusiones del encuentro se espera que los líderes de la UE y los de América Latina y el Caribe ponga el foco sobre un compromiso para establecer reuniones periódicas cada dos años, en un intento por evitar que se dilaten los tiempos a ocho años como en esta ocasión.
Previo al inicio de la Cumbre de líderes se realizará un foro de negocios que contará con la participación de empresas españolas entre las veintisiete que participan, con nombres como Telefónica, Iberdrola, Acciona, Balearia, BBVA, Banco Santander.
Y es que la agenda de inversiones comunitaria, la bautizada como Global Gateway, es una de las grandes protagonistas de la Cumbre. Esta fórmula que busca contrarrestar la ofensiva de otras potencias, como China, en materia de inversiones en terceros países cuenta con capacidad para movilizar 300.000 millones de financiación para proyectos en todo el mundo.
Es así que en este foro de negocios se presentarán proyectos vinculados a la descarbonización de la economía, a la reindustrialización y a las materias primas críticas para la transición verde. La idea es visibilizar al sector privado a ambos lados del atlántico para dotar de recursos a esta agenda de inversiones.