
La mayoría de los cálculos electorales publicados hasta la fecha anticipan un endeble gobierno del Partido Popular tras el 23-J. Los pronósticos más optimistas para Génova le siguen recordando que necesitará de Vox para acceder a La Moncloa, lo que podría limitar acción de Feijóo sobre la política económica. Mucho está en juego, y 2024 será un año especialmente delicado. El débil tablero parlamentario que podría quedar tras las elecciones, amenaza con poner en riesgo la acción de un política económica firme, que impulse unos presupuestos sólidos y garantice de una manera adecuada el despliegue de los créditos europeos. Todo depende del nivel de dependencia que los populares terminen teniendo sobre los de Abascal, y de las condiciones que éstos pongan sobre la mesa.
Fuentes cercanas al popular reconocen que Núñez Feijóo lleva tiempo haciendo números. El candidato popular maneja varios escenarios, y ninguno está descartado. El más entusiasta apunta a una sólida victoria sobre el PSOE con 158 escaños. Llegado el caso, el líder del PP considera que ninguno de los grupos podría entorpecer su investidura. Sin embargo, el realismo prima. Los populares ven más factible optar a los 140. En ese caso, todo dependerá del resultado obtenido por Vox. Si suman una mayoría, Génova reconoce que se dejarán guiar por el criterio del 28-M. Es decir, Feijóo tratara -en primera instancia- de pactar un acuerdo programático introduciendo medidas clave de Vox en su programa de Gobierno, también intentará contentar a Abascal con puestos clave dentro de la Mesa del Congreso. No obstante, la formación no se lo pondrá fácil.
Desde la sede del partido de ultraderecha prometen dar la batalla por entrar en el Ejecutivo, y Génova también lo contempla. "No es lo mismo que Vox saque 28 escaños, a que consiga 48", reconocen fuentes populares que dejan entrever que, llegado el caso, Feijóo negociaría los puestos de su gabinete con Abascal. "Si la gente no le deja gobernar en solitario tendrá que hablar con Vox", reconocen. Feijóo podría tratar de conquistar a Abascal con ministerios como el de Agricultura y apartarle de las carteras más determinantes; sin embargo, no parece que esto sea suficiente. Su presencia en el Ejecutivo elevará las futuras negociaciones internas hasta La Moncloa, anticipando Consejos de Ministros en los que Vox pedirá su cuota de decretos, tal y como ha ocurrido con Unidas Podemos durante la pasada legislatura. En su programa, Abascal incluye una batería de rebajas de impuestos que afectan a prácticamente todos los tributos. Desde el IVA para productos de primera necesidad, pasando por la reducción de Sociedades, la eliminación de Patrimonio, Sucesiones y Donaciones y plusvalías municipales, hasta un tipo único reducido del IRPF del 15% a aplicar para rentas de hasta 70.000 euros. Además, Vox propone recortar el gasto a través de la eliminación de las comunidades autónomas, algo inasumible para el líder del PP.
La estrategia fiscal conjunta pondría en riesgo la senda de reducción del deuda y déficit comprometida con la Comisión Europea, y que en 2024 quedará plasmada en las nueva reglas fiscales que siguen negociándose en Bruselas. La reforma fiscal de Vox -y en parte también la popular- recortarán la recaudación, descuadrando las cuentas si un hipotético gobierno de Feijóo-Abascal no aplica un contundente ajuste en el gasto, más allá del final de las medidas incluidas en los paquetes antiinflación. A ello, se añade la presumible mano de Vox sobre las cuentas anuales. El reflejo de Castilla y León se extiende ahora sobre Feijóo.
La relación con Bruselas
Esto no será todo. La influencia de Vox sobre el Gobierno podría deteriorar las relaciones con la Comisión Europea. Abascal nunca ha ocultado su rechazo al Ejecutivo comunitario, y a parte de los compromisos acordados a cambio del despliegue de los fondos europeos, en especial aquellos relacionados con la energía verde y la lucha contra el cambio climático. "Rechazamos los proyectos globalistas que impulsan los burócratas de Bruselas con la coartada del fanatismo climático y la eficiencia energética", dice su programa. El despliegue de los 'NextGen' será determinante para consolidar el crecimiento de la economía, dado que la mayoría de expertos dan por agotado el fuerte impulso de las exportaciones que ha llevado al PIB español a ser uno de los que más crecen de la UE.
Sin embargo, aun queda partido. A pesar de que Feijóo parece disparado tras el cara a cara mantenido con Sánchez, el 28-M parece algo muy lejano y el entusiasmo post-victoria hace días que quedó extinguido. Reconocen que los indecisos tienden a votar a aquel que ven como ganador; sin embargo, desvelan que las olas de popularidad van y vienen. "Es imposible mantenerse arriba más de dos días, hay que ver donde estamos situados dentro de la ola el 23-J", apuntan. La clave se encuentra en aquellas provincias que reparten tres o cuatro escaños. Es ahí donde Vox podría desbaratar los planes del PP. Si los de Abascal arañan diputados, los de Feijóo tendrán más difícil ganar al PSOE. Además, temen que se produzca una fuerte movilización en torno a Sánchez, allá dónde Sumar no cuenta con opciones.