Las grandes patronales CEIM, Foment y Cepyme evitaron pronunciarse ayer sobre la renovación de estatutos que plantea el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que abriría la puerta a optar a más de dos mandatos como líder de la Confederación. Ese cambio, permitiría su propia reelección más allá de 2026, en caso de que Garamendi decidiera presentarse.
La Junta Directiva de la patronal madrileña CEIM, que se reunió ayer de urgencia al mediodía, le pidió a su presidente, Miguel Garrido, que no se posicionase en el encuentro que mantuvo por la tarde Garamendi con los vicepresidentes de CEOE para tratar este tema, según fuentes consultadas por elEconomista.es.

En principio, Garrido se mostraba proclive a apoyar esa reforma, pero pospuso el posicionamiento oficial debido a la división mostrada por los vicepresidentes de la patronal madrileña que él preside.
Por su parte, el líder de la patronal catalana Foment (y también vicepresidente de CEOE), Josep Sánchez Llibre, no acudió a la reunión en Madrid y ha convocado a su Ejecutiva el lunes. En cuanto al primer espada de Cepyme, Gerardo Cuerva, tampoco asistió al encuentro, alegando desde su organización "cuestiones de agenda". De esta forma, diversas fuentes aseguran que Cuerva manifestó su discrepancia con la modificación estatutaria planteada por Garamendi.
Queda por tanto en el aire el apoyo de las tres organizaciones que, actualmente, cuentan con mayor representación en cuanto a número de vocalías en la Asamblea General de CEOE.
Destopar las reelecciones
Lo cierto es que el propósito de Antonio Garamendi de eliminar el límite máximo de los mandatos (situado ahora en dos), junto con las acciones que ha tomado para poner en marcha esa reforma, han causado sorpresa en ámbitos empresariales por diversos motivos.
En primer lugar, la reunión con los vicepresidentes de CEOE no era necesaria para el cambio que quiere acometerse, ya que los órganos realmente decisivos para que la iniciativa prospere son la Junta Directiva y la Asamblea de la Confederación.
Todo apunta así a que el encuentro de ayer buscaba simplemente escenificar un respaldo a la decisión de Garamendi, que se podía dar prácticamente por descontado desde el inicio. No en vano la mayoría de los actuales vicepresidentes se consideran afines al actual líder de CEOE.
Por otro lado, ha sorprendido también que Garamendi abogue ahora por un cambio de estatutos al que no se hacía referencia alguna en el programa con el que se presentó a las elecciones de la organización celebradas muy recientemente, en noviembre del año pasado.
Pero todavía más chocante resulta el modo en que Garamendi contradice la postura que mantuvo en 2013, cuando rivalizaba con Juan Rosell por dirigir CEOE, y se aprobó la limitación a dos mandatos. Fue el propio Garamendi quien promovió la actualización ese año de los estatutos en dicho sentido, desde la Comisión de Régimen Interno de la organización.
De esta forma, Garamendi evitó la reelección de Rosell en 2018 y fue elegido por aclamación como presidente de los empresarios.
Siete meses después de su reelección en 2022, suenan con fuerza las palabras de Garamendi tras ganar los comicios de CEOE, ante la pregunta sobre un tercer mandato. "No sé, de momento mi horizonte está de aquí a cuatro años; de momento ni me lo planteo. Yo no soy el que manda aquí, si la Asamblea lo decide o no...", dijo en una televisión pública.
Desde CEOE mantienen que el discurso no ha cambiado y que Garamendi está "centrado" en el trabajo que tendrá por delante hasta 2026, a pesar de que tratará de cambiar los estatutos en la Asamblea General del 19 de julio, cuando se confirmaría la renovación del texto estatutario.
Otras fuentes, sin embargo, apuntan a que el actual líder empresarial se siente ahora especialmente reforzado para acometer el cambio, y quizá incluso postularse en el futuro de nuevo como candidato, por dos razones.
En primer lugar, cuenta con la posibilidad de presentarse como uno de los responsables del regreso del clima de paz social que ha fomentado el reciente acuerdo salarial a tres años pactado con los sindicatos.
En segundo lugar, también se considera un viento a favor para Garamendi la posibilidad de que el PP gane las elecciones generales del mes próximo. De hecho, la Asamblea General en la que se ratificará el cambio de estatutos tendrá lugar solo unos días antes, el 19 de julio, antes de la celebración de esos comicios.
Tras la reunión, será el turno de la Comisión de Régimen Interno de CEOE, que es el organismo encargado de estudiar los posibles cambios en los estatutos de la patronal y que estos se cumplan.
Este está pendiente de una renovación tras la elección de Mirenchu del Valle como presidenta de la patronal aseguradora Unespa, que se encarga de la presidencia de la comisión. La Comisión de Régimen Interno sigue presidida por Pilar González de Frutos, uno de los grandes apoyos de Garamendi en el seno de la patronal.
El siguiente paso consiste en que la Comisión, presidida por González de Frutos, apruebe esta renovación sin ningún impedimento.
Después, Garamendi tendrá que pasar por el Comité Ejecutivo y la Junta Directiva hasta llegar a la Asamblea General, donde se ratificaría finalmente el cambio.
Organizaciones sectoriales
Ante las intenciones de Garamendi de volver a destopar el número de legislaturas que se puede estar al frente de la patronal de patronales, organizaciones sectoriales consultadas por este medio muestran su disconformidad al cambio, ya que "debería primar la renovación de equipos, y más en CEOE". Desde otras organizaciones piden que se mantenga el actual sistema, ya que "debe haber una renovación" que mantenga "la higiene política" dentro de CEOE