
Una de las consecuencias inesperadas de la reforma laboral ha sido el incremento de personas que han tenido que firmar más de un contrato indefinido al mes. Desde enero de 2022 su número aumentó exponencialmente desde las 2.911 hasta superar las 41.000 en octubre. Sin embargo, desde entonces su cifra venía moderándose para situarse en niveles inferior a los 30.000 trabajadores. Hasta que los datos de mayo han roto abruptamente la tendencia con un nuevo récord de casi 45.000 personas, un 66% más que en el mes anterior.
Este inesperado repunte lleva a que el 7,74% de las personas que firmaron un contrato fijo tuvieron que hacerlo más de una vez. Supone 2,4 puntos porcentuales más que en abril y la tasa más alta hasta ahora después de las de diciembre y enero, cuando se llegó al 8,12% y el 8,01% respectivamente.
El dato de las personas que firman más de un contrato indefinido al mes se ha considerado tradicionalmente un síntoma de precariedad del mercado laboral asociado a los contratos temporales y la estacionalidad. Y de hecho, la cifra de estos es muy superior a la de los indefinidos: en mayo alcanzaron los 209.881, un 36% del total. En abril se situaban en el 28%. Lo extraño es que también se haya producido un trasvase al alza de la rotación hacia los indefinidos que, además de considerarse tradicionalmente 'blindados', suponen el 86% de los asalariados afiliados a la Seguridad Social.
Para entender la relevancia de esa evolución, hay que tener en cuenta que el número absoluto de personas que firman más de un contrato al mes se ve afectado por el repunte de la contratación estable tras la reforma laboral. La tasa, si se mantiene la calidad de los empleos indefinidos, no debería variar. Sin embargo, ha pasado de un 1% antes del cambio legal a multiplicarse por ocho a cierre de 2022.
Algo que, según diversos analistas, implica que se está produciendo una nueva dualidad no solo debida al incremento de los fijos discontinuos, sino por la diferente estabilidad en el empleo entre aquellos con contratos indefinidos ordinarios que los firmaron antes o después de la reforma laboral.
Pero el repunte de mayo también les ha sorprendido: su previsión para 2023 era que se estabilizará en un nivel inferior al 6%. De hecho, en mayo de 2022 estaba en el 5,4% y no se incrementó por encima del 6% hasta los meses de otoño. ¿Qué puede haber pasado este año?
Los datos del SEPE del número de personas que firman cada tipo de contratos no están desglosados por sector de actividad. La clave parece estar en el repunte de las actividades propias de la temporada turística en mayo, que ha permitido también una reactivación de la contratación indefinida frente al enfriamiento del mes anterior. Pero el dato indica que la evolución viene marcada por una mayor volatilidad.
Tampoco dejan claro cuántos de estos trabajadores son pluriempleados, una modalidad que se ha mantenido por encima del umbral de los 500.000 ocupados desde la aprobación de la reforma laboral según la EPA pero cuya traslación a las cifras de Seguridad Social y SEPE no está clara.
Incertidumbre tras el verano
La supuesta precarización del empleo indefinido ha sido denunciada por organismos como Fedea o BBVA Research pero también el Banco de España. Aunque expertos como Valentín Brota, de Randstad, desvinculan esta cuestión de la polémica por los fijos discontinuos y ponen el foco en los despidos.
El Gobierno, por su parte niega el problema y asegura que los contratos indefinidos son igual, o incluso más, estables que antes de la reforma laboral. A pesar de que los datos de Seguridad Social apuntan a que las bajas de afiliación por despidos, dimisiones, no superar el periodo de prueba se han disparado, al igual que las causadas por el pase a la inactividad de los trabajadores con contratos fijos discontinuos.
En cualquier caso, habrá que esperar a los datos de los próximos meses para ver cómo evoluciona la tendencia de personas que firman más de un contrato fijo al mes. En 2022, la tasa se moderó en los meses de verano pese al incremento de los empleos indefinidos, para empezar a repuntar tras el verano. Pero el año pasado las empresas seguían adaptándose a la reforma laboral. Este año, con una plantilla con mayor número de indefinidos los datos pueden ser muy diferentes, e incluso registrar nuevos máximos.