Economía

La economía de EEUU se ralentiza más de lo esperado mientras la inflación sigue dando avisos serios

  • El PIB avanza un 1,1% anualizado hasta marzo, casi la mitad de lo previsto
  • El consumo se muestra fuerte y el gran lastre son los volátiles inventarios
  • El deflactor del PIB repunta ligeramente hasta el 4% en plena desinflación

Como ocurre con la mayoría de datos macro, estos incluyen cifras e interpretaciones para todos los gustos. Eso ha pasado con la estimación del Producto Interior Bruto (PIB) de EEUU del primer trimestre del año. Por un lado, la economía de EEUU empieza a pagar el año largo de subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal y el crecimiento se ha ralentizado más de lo esperado. Por otro, el motor de la economía (el gasto de los consumidores) se muestra fuerte y la inflación sigue dejando avisos preocupantes cuando los datos últimos datos de Índice de Precios al Consumo (IPC) mensuales ahondan en la senda de la desinflación.

El PIB real de EEUU avanzó en el primer trimestre de 2023 un 1,1% anualizado, según la estimación preliminar publicada este jueves por la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio. Es prácticamente la mitad del 2% que esperaban los analistas y notablemente menos que el 2,6% anualizado del anterior trimestre. El crecimiento se desaceleró más de lo esperado debido a que la tibia inversión empresarial y la reducción de los habitualmente volátiles inventarios moderaron el repunte del gasto de los consumidores. 

El consumo aumentó un 3,7% anualizado que contrasta con el 1% del último cuarto de 2022. "El núcleo de la economía fue más fuerte de lo que indica el PIB, ya que las ventas finales reales a compradores nacionales -nuestra medida preferida del impulso económico subyacente- aumentaron un sólido 2,9%. El mayor gasto de los consumidores impulsó la mayor parte del avance, aunque los datos mensuales muestran que el crecimiento se produjo a principios del primer trimestre", aprecia Oren Klachkin, de Oxford Economics.

"Los datos muestran una fortaleza aceptable del gasto de los consumidores. Esto se debió en gran medida al enorme repunte del gasto en enero, ya que el clima inusualmente cálido provocó un aumento de la actividad después de que las condiciones frías e invernales frenaran la actividad en diciembre", esboza James Knightley, estratega de ING.

Fue el sector empresarial el que frenó el crecimiento global, con una inversión mucho más débil de lo esperado. La inversión fija no residencial creció solo un 0,7% anualizado, mientras que la inversión residencial cayó un 4,2%, su octavo descenso trimestral consecutivo. Los inventarios fueron el gran lastre, restando 2,26 puntos porcentuales al crecimiento global.

"Los inventarios han sido muy volátiles en los dos últimos años, pero es algo con lo que tenemos que vivir hasta que se calmen los problemas heredados de la cadena de suministro y las perturbaciones en China", explica Knightley. El aumento de las existencias por parte de las empresas infló las cifras de la lectura de PIB del pasado trimestre.

El gasto público aportó una contribución positiva, mientras que, con un aumento de las exportaciones del 4,8% anualizado y un incremento de las importaciones del 2,9%, el comercio exterior neto fue prácticamente neutro para el crecimiento.

"El crecimiento del PIB de EEUU en el primer trimestre fue inferior al previsto, con una gran reducción de las existencias que oculta un impulso de crecimiento subyacente muy sólido. El consumo fue el principal motor del crecimiento en los tres primeros meses del año, lo que apunta a un sólido contexto de demanda", valora David Kohl, economista jefe de Julius Baer.

Para el experto, "es improbable que el gran lastre para el crecimiento derivado de la reversión de la acumulación de existencias sea sostenible, y una posible reconstitución de las existencias es un buen augurio para el crecimiento del PIB en el segundo trimestre de 2023". 

Klachkin, por su parte, cree que el stock seguirá cayendo este año a medida que se debilite la demanda. "La demanda interna se debilitará a partir de ahora, a medida que se dejen sentir los efectos retardados del endurecimiento de la política de la Reserva Federal y las normas más restrictivas para la concesión de préstamos", apunta.

Aunque el dato global de PIB invita a pensar en un menor crecimiento y eso frena las expectativas de una Reserva Federal persistente con el endurecimiento, el desglose de datos también recoge que su deflactor repunta ligeramente hasta el 4% frente al 3,7% estimado y el 3,9% anterior. Un aumento que no va en la dirección de lo que quiere el banco central.

Desde CaixaBank Research, el economista Ricard Murillo pone el foco en esta persistencia de las presiones inflacionistas: "El reporte de las cuentas nacionales mostró un repunte en la variación intertrimestral del deflactor subyacente (excluyendo energía y alimentos) del consumo privado (4,9% en el primer trimestre desde el 4,4% en el trimestre anterior, expresado en términos anualizados), la métrica favorita de la Reserva Federal".

"Esto sin duda traerá titulares de estanflación dado el bajo crecimiento del PIB", advierte Knightley, quien ve "exagerados" estos temores, si bien admite que la recesión parece cada vez más probable.

"Creemos que la elevada inflación y la relajación de las tensiones en el sistema bancario llevarán a la Reserva Federal a una subida de 25 puntos básicos en la reunión del FOMC de la próxima semana, lo que nos acercará al final del ciclo de subidas de tipos", defiende Klachkin.

"En conjunto, los datos confirman el mensaje de otros indicadores de que, si bien el crecimiento económico se está ralentizando, aún no se ha hundido. No obstante, dado que la mayoría de los indicadores adelantados de recesión siguen en rojo y que el endurecimiento de las condiciones crediticias aún no se ha dejado sentir, esperamos que pronto se produzca un debilitamiento más acusado", expone Andrew Hunter, analista de Capital Economics. "Seguimos esperando que la subida de los tipos de interés y el endurecimiento de las condiciones crediticias empujen pronto a la economía hacia una leve recesión", sentencia.

"Creemos que el primer trimestre acabará siendo el mejor para la economía este año. Esperamos un crecimiento marginal del PIB en el segundo trimestre y una leve recesión en la segunda mitad del año, ya que el endurecimiento de las condiciones crediticias, los elevados tipos de interés y las persistentes presiones sobre los precios llevan a los consumidores y a las empresas a frenar el gasto", apostilla Klachkin, de Oxford.

"Los riesgos para el crecimiento se inclinan decididamente a la baja a medida que los motores que impulsaron la actividad a principios de 2023 pierden fuerza, mientras que la contracción de las condiciones crediticias podría ser más grave de lo que ya hemos tenido en cuenta en nuestras previsiones", agrega.

"En cuanto al crecimiento del PIB en el segundo trimestre, tenemos que esperar un cambio de tendencia en el gasto de los consumidores, dadas las recientes tendencias de las ventas al por menor, mientras que el debilitamiento de los pedidos de bienes de capital no relacionados con la defensa, excluidos los aviones, sugiere que la inversión empresarial seguirá siendo moderada", plantea Knightley desde ING. Su previsión actual es que el PIB del segundo trimestre registre un crecimiento del 0-0,5%, con la clara amenaza de impresiones negativas del PIB en el tercer y cuarto trimestres a medida que las subidas de tipos de la Fed impacten en la economía.

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