Para muchas personas es más complicado ahorrar dinero que gastarlo. Esta tendencia se acentúa en internet, donde la publicidad personalizada ofrece opciones atractivas, con las que un solo 'click' bastará para comprarlas. Si bien existen técnicas de ahorro como la regla 50-30-20, que sugieren crear presupuestos detallados, lo cierto es que comenzar por esto y desarrollar después la fuerza de voluntad que requiere es algo complejo.
Brenna Baucum, planificadora financiera, recomienda "evitar siempre la opción de un 'click'". Esta y otros expertos hablan de varias formas, basadas en trucos mentales, para incentivar el ahorro y dificultar el gasto.
1. Ahorros automatizados
El primer truco mental se basa en la premisa de "ojos que no ven, corazón que no siente". Se trataría de que parte del sueldo, el día en que se ingrese la cantidad, vaya dirigida directamente a un fondo a parte de la cuenta principal, sin tener que mediar para ello. Además, la mayoría de los bancos ofrecen esta opción a través de sus aplicaciones o páginas web.
Y con estos ahorros automatizados que llegan cada mes, es más sencillo centrarse en ahorrar. Según el planificador financiero Mike Biggica, la ventaja de este truco es que los gastos estarán "libres de toda culpa".
2. Ver las compras como horas trabajadas
El segundo truco mental recomendado por expertos en finanzas consiste en un cambio de perspectiva. Se trata de valorar las compras en horas trabajadas, y no en euros. Para ello, es obvio que el primer paso implica calcular cuánto dinero se gana cada hora.
Por ejemplo, si un trabajador gana 8,5 euros la hora (en un sueldo de 1500 euros al mes), y quiere comprarse una chaqueta que vale 150 euros, entonces esa prenda le cuesta casi 18 horas de trabajo, o lo que es lo mismo, algo más de 2 días laborables enteros (presuponiendo que trabaja 8 horas diarias).
Pero los expertos piden dar otro paso más, y preguntarse si una persona estaría dispuesta a trabajar hasta 18 horas extra en un mes (por ejemplo, dos sábados durante 9 horas cada uno) para recibir ese "regalo".
3. Hacer las compras con efectivo
Esta opción implica utilizar convertir la cantidad equivalente a todos los gastos mensuales en dinero efectivo, para posteriormente dividirlo en sobres o cajas etiquetadas como presupuestos específicos: alquiler, alimentos, gimnasio, etc. La ventaja de este método es que, al centrar la atención en el efectivo, que tiene un fin, pues ello ayuda a la persona a no superar las cantidades que haya presupuestado. Esto es, ayuda a quienes tienen problemas para controlar sus gastos con las tarjetas de crédito.
Pero este tipo de acciones puede ser tedioso para partidas recurrentes como el alquiler o la hipoteca. Es por esto que los expertos aconsejan utilizar este método para gastos discrecionales: entretenimiento, comidas fuera de casa, fiesta...
De nuevo, se debe resaltar que la persona tiene el efectivo a la vista en todo momento, por lo que controla a la perfección lo que ha gastado y cuánto le queda para el mes. Esto facilita transferir dinero entre presupuestos (por ejemplo si sobra para fiesta pero falta para salir a comer con amigos), e incluso añadirlo a los ahorros en el caso de que en un mes concreto sobre efectivo.
4. Eliminar gastos innecesarios
Este paso podría considerarse un reto, ya que consiste en no gastar dinero en nada que no sea necesario. Así, durante el tiempo que uno se proponga, tan solo se dedicará dinero a comida y a la vivienda. Este 'desafío' es adecuado para personas que compran de forma compulsiva, o para quienes hayan tenido gastos excesivos recientemente. Por tanto, no es tan recomendable para quienes ya realicen otros trucos, como por ejemplo el anteriormente explicado.
Esta recomendación, aunque puede ser complicada, ayuda a la persona a aprender a resistir sus tentaciones a la vez que ve una recompensa inmediata, ahorrando con cada día que pasa. Melissa Walsh, también planificadora financiera, asegura que este truco ayuda a romper malos hábitos en las finanzas personales, por lo que es más sencillo mantenerlos tras terminar este reto.
5. 24 horas de reflexión
También para frenar los impulsos, esta última recomendación de los expertos financieros consiste en, ante la perspectiva de realizar una adquisición costosa, esperar antes entre 24 y 48 horas. No se trata de simplemente demorar el gasto, sino de forzarse a tener un breve tiempo de reflexión para considerar si realmente el movimiento que se está a punto de hacer es realmente necesario o útil.
Como guía, los expertos califican de "gasto elevado" todo aquello que implique al menos el 1% del sueldo anual. Por ejemplo, y siguiendo con el ejemplo anterior, si una persona gana 21.000 euros brutos por año, entonces un "gasto elevado" será para él de 210 euros o más. Volviendo a Baucum, esta asegura que el truco es especialmente útil para compras en internet: "Te sorprendería todo lo que puedes dejar de comprar si, al día siguiente y habiendo esperado, vuelves a revisar tu cesta de la compra en Amazon".