
Andalucía creció en 2022 tres décimas por debajo de la media nacional. Y las previsiones económicas apuntan a que este año, aunque sea una décima, el incremento del PIB también estará por debajo del registro español. Una tijera, dicen los expertos apuntando a las gráficas. La sequía, que lastra al potente sector agroalimentario andaluz, es el factor determinante en un contexto marcado por la incertidumbre y la subida de tipos. Si la lluvia no aparece, la tijera dejará de ser sólo una figura en las gráficas de los economistas.
El Barómetro del Colegio de Economistas de Sevilla presentado hoy confirma los datos del último informe Loyola Economic Outlook de invierno de 2022 con una previsión de variación anual del 1,5% y 1,4% para España y Andalucía respectivamente en 2023. Cierto que la previsión es que esa décima se recupere en 2024, pero con el panorama económico actual un pronóstico a tan largo plazo no ofrece certeza alguna.
Los informes LEO y el Barómetro de los Economistas sevillanos están en la misma línea de lo que aventuraba el BBVA Research, que a finales del año pasado ya situaba el crecimiento andaluz por debajo del nacional: el 1,2% para España y el 0,9% para Andalucía. Este mes de marzo ha revisado al alza las cifras, pero llegando hasta el 0,4 en la media nacional y con un 0,3 en el dato andaluz, con lo que la brecha sería aún mayor. Los expertos de la entidad financiera señalan la sequía como causa de que la diferencia se amplíe.
Repercusión
Desde el ejecutivo andaluz se viene insistiendo que el crecimiento real del PIB regional acumulado de los últimos cuatro años, con la pandemia de por medio, ha sido del 1,2% En España el crecimiento acumulado ha sido del 0,7%. La pérdida de tres décimas de convergencia, con un crecimiento del 5,2% del PIB andaluz en 2022, tres puntos por debajo de la media española (5,5%), viene atribuyendo a la fuerte dependencia que la economía andaluza tiene del sector primario, que está siendo muy castigado por la sequía. En Andalucía el peso del agroalimentario representa un 6,9%, frente al 2,6% de España.
Una vez cosechados los olivos, la producción de aceite es un 60% inferior a la campaña anterior. La producción de arroz será el 30% de un año normal. Las siembras de primavera están arruinadas. Los regadíos tendrán restricciones. El campo sin agua no funciona. Y la producción agraria ha tirado de la economía andaluza en cuestiones estratégicas como las exportaciones, con más de 14.000 millones de euros de aportación al récord de 2022 de 43.000 millones.
Ni los récords de turismo, ni la industria ni la construcción pueden compensar el desastre en el campo
El buen comportamiento del turismo -que ya está en niveles prepandemia y listo para batir nuevos records este año- la atracción de inversión extranjera por encima de la media, o el incremento de la producción industrial y de la construcción no compensan el parón del sector primario. Tampoco el despliegue de los Next Generation está significando de momento tanto estímulo como se esperaba. Y los proyectos de calado para transformar la industria andaluza a partir del hidrógeno y las renovables aún están demasiado incipientes para tener efectos en la economía real.
Crecimiento moderado o desastre
El Barómetro de los Economistas apunta que el panorama económico permite hablar de un crecimiento moderado, resultado de la fase de transición tras la pandemia y con la guerra en Ucrania y de la política monetaria restrictiva, y aunque se espera una mejora en el empleo, las tasas de desempleo seguirán siendo altas tanto en España (12,5%) como en Andalucía (18%) en 2023 . Por otro lado, la inflación mantiene un crecimiento menor al que se registró a mitad del 2022, alcanzando una variación interanual del 6,1% en febrero. Por lo que se espera que en el 2023 y 2024 la inflación continúe con la tendencia a la baja, alcanzando un promedio anual del 3,5% en el 2023 y 2,3% en el 2024 para España y 3,6% y 2,5% para Andalucía.
Aunque esas previsiones están basadas en situaciones de normalidad meteorológica. Pero, ¿qué pasará si no llueve? El panorama es cuanto menos inquietante. Si no llueve, lo que ahora se mide en décimas pasaría a calcularse en puntos porcentuales completos. El profesor Manuel Alejandro Cardenete, en un estudio de la Universidad Loyola realizado con las Luz Dary Beltrán y Paula Villegas, indica que "de prolongarse durante un año más la sequía, la repercusión negativa en el Producto Interior Bruto (PIB) de Andalucía podría superar el 7 %".
Otro año de sequía afectaría a la economía andaluza un 7%, cuando la pandemia impactó un 11%
El dato es impactante, ya que en lo peor de la pandemia la caída fue del 11%. Las repercusiones para el empleo serían dramáticas en una comunidad con 750.000 parados actualmente. Están en juego 120.000 empleos, dependiendo de si llueve o no en los próximos meses.
Cardenete, que participa en la elaboración tanto del informe Loyola como del Barómetro de Economistas, destaca que los 4.000 millones que está desplegando el gobierno andaluz en el plan SOS contra la sequía puede atenuar el efecto negativo en el PIB a menos de la mitad, aunque advierte de la dificultad de movilizar ese volumen de dinero, más aún siendo fondos europeos en su mayoría.
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