Economía

Euskadi recorta su crecimiento para 2023 ante nuevos "focos de riesgo"

Iñaki Barredo, Pedro Azpiazu y Alberto Ansuategi. IREKIA
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El Gobierno vasco ha revisado a la baja el crecimiento previsto para 2023 hasta el 1,5% frente al 2,1% anunciado en octubre del pasado 2022 y para 2024 sí prevé ese 2,1%. En esos dos ejercicios se crearán 20.000 empleos, 10.000 en cada uno.

Esta revisión -dada a conocer por el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu- se debe a la incertidumbre en torno a la evolución de la inflación subyacente, de la política monetaria y de la guerra en Ucrania, "focos de riesgo a los que se unen los problemas que está atravesando el sistema bancario", explicó el consejero vasco.

Previsiones ajustadas

Las nuevas previsiones para la economía vasca se ajustan más a las realizadas a finales de año por organizaciones como Confebask y Laboral Kutxa.

La patronal vasca estima que la economía crecerá en el entorno del 1,5%, aunque en función de las incertidumbres y su evolución podrá oscilar entre el 0 y el 2,%. Por su parte, la entidad cooperativa de Corporación Mondragon prevé PIB del 1,3%.

"Estas previsiones se han realizado desde una óptica "conservadora y prudente", señaló Azpiazu, ya que el Banco Central Europeo podría continuar elevando los tipos ante la persistencia de la inflación subyacente, "lo cual lastraría el crecimiento".

No obstante, el consejero vasco de Economía y Hacienda recordó que este mismo año van a comenzar a llegar al tejido socioeconómico los fondos europeos para la recuperación y la resiliencia. "De hecho, su impacto podría llegar a añadir al crecimiento previsto entre el 1,6% y el 2,3% del PIB anual en el período 2021-2026, sin contar los efectos de arrastre que puedan llegar a tener", apuntó.

Por su parte, el "térmometro de la economía vasca", elaborado mensualmente sobre la base de más de 100 indicadores, apunta al mantenimiento en la zona de crecimiento sólido en febrero, con 101,1 frente a los 110,9 puntos de enero.

La desaceleración se explica por una moderación del crecimiento de la inversión, pese a que el del consumo privado se mantiene respecto a enero. La construcción y los servicios pierden intensidad y la industria repunta ligeramente.

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