Economía

Los Veintisiete confluyen hacia una supervisión macroeconómica "más dinámica" en la reforma de las reglas fiscales

  • Coindicen también en un enfoque a medio plazo basado en los planes fiscales estructurales de los Estados miembro
  • Berlín y La Haya muestran reticencias sobre cómo se diseñarán las sendas de reducción de deuda nacionales
El vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, y el comisario de Economía, Paolo Gentiloni.
Bruselasicon-related

La reforma de las reglas fiscales de la UE vuelve al centro del debate de los ministros de Economía de la UE. Y si bien el debate entre los Estados miembros se encuentra, todavía en un estadio inicial, ya se atisban ciertos puntos de coincidencia como en la necesidad de una supervisión macroeconómica "más dinámica" y un enfoque a medio plazo basado en los planes fiscales estructurales de los Estados miembro.

En rueda de prensa tras el encuentro, el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, ha puesto sobre la mesa que hay señales para un amplio consenso en algunos principios básicos de la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, como "una supervisión macroeconómica más dinámica que permita detectar mejor los desequilibrios incipientes" antes de que se agraven. Una idea en línea con la carta presentada por la presidencia sueca a los Estados miembro para encaminar la conversación de este martes, y cuyo contenido adelantó El Economista la pasada semana.

El comisario letón ha apuntado también el consenso hacia "un enfoque a medio plazo basado en los planes fiscales estructurales de los Estados miembro", en línea con los pilares establecidos en el escrito de la presidencia sueca, así como un "mejor reflejo de los retos financieros públicos específicos de cada país en el diseño de estos planes".

Se ha tratado de un debate "constructivo", a juicio del comisario letón, que ha agregado a estos puntos de consenso el objetivo de "asegurar finanzas públicas sostenibles combinando ajustes fiscales graduales con reformas e inversiones".

Berlín y La Haya reticentes

La discusión entre los Estados miembros se encuentra, todavía, en un estadio inicial pero ya se reconocen puntos de controversia entre los países. Por lo pronto, Alemania y Holanda han mostrado sus reticencias a la propuesta realizada por la Comisión Europea piden concreción sobre cómo se diseñarán las sendas de reducción de deuda nacionales. 

A su entrada al encuentro el ministro de Finanzas de Alemania, Christian Lindner, ha señalado que el debate aún está en sus inicios, pero para Berlín "es esencial que volvamos tan pronto como sea posible a unas finanzas públicas sostenibles". Así, ha puesto sobre la mesa que "necesitamos una senda creíble y fiable para reducir las ratios de deuda y de déficit en la UE". 

"Estamos abiertos a más flexibilidad en la perspectiva a medio plazo, pero necesitamos una senda realista de reducción y bajada de déficits en la UE", ha agregado el titular de finanzas alemán, que ha justificado que "tenemos que lidiar con altos niveles de deuda tras la pandemia y la guerra energética de Rusia".  

Una postura que comparte Países Bajos, que defiende que se establezcan métricas claras y el sistema debe contar "transparencia" y "supervisión". El mensaje lo ha recogido el vicepresidente Económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, al señalar en rueda de prensa tras el encuentro que el debate primordial radica en la divergencia, o más bien el difícil equilibrio, entre que los países establezcan una senda de ajuste fiscal específica propia y "asegurar un trato igualitario para todos los Estados miembro", por un lado, y "asegurar la predictibilidad y la transparencia".   

Una idea en línea con la carta presentada por la presidencia sueca, en la que tildó de "esencial" que esa senda de ajuste fiscal se sustente "en el compromiso de las autoridades nacionales". 

La Comisión Europea ha subrayado en sus orientaciones del pasado noviembre que establecerá sendas de referencia para cada Estado miembro "basadas en una metodología común", ha recodado el vicepresidente económico de la Comisión Europea. En un paso más, ha detallado que las discusiones se están volviendo más técnicas sobre cómo se realizará "ese análisis de la sostenibilidad de la deuda".

De lo que se trata, al final, es de tener "reglas más creíbles para impulsar la sostenibilidad de la deuda en toda la UE", según ha indicado Dombrovskis, ya que el "objetivo para todos los Estados miembros es conseguir "una posición fiscal sostenible utilizando una combinación a medida de ajustes fiscales, reformas e inversiones".

Este ha sido el foco que ha guiado la propuesta de la Comisión Europea del pasado noviembre, que planteaba sendas de reducción de deuda individualizadas y ajustadas a cada Estado miembro. Unos planes de ajustes tendrán una duración de cuatro años para los países con altos niveles de endeudamiento y pivotarán sobre un techo anual al gasto público neto de tal manera que el déficit se sitúe por debajo del 3% y la deuda encarrile la senda descendente. En caso de que se produzca alguna desviación sobre ese techo de gasto pactado, se aplicarán multas, con sanciones máximas del 0,2% del PIB.

Hay todavía, elementos que suscitarán discusión al amparo de esta reforma. Entre ellos la forma de alcanzar un mayor equilibrio entre que los Estados miembros establezcan su senda de reducción de deuda y las especificidades del país, por un lado, y la predictibilidad y la transparencia por otro lado, tal y como ha explicado Dombrovskis.

En todo caso, el debate entre los ministros continuará en las próximas semanas de cara a intentar tener un consenso a tiempo para el Consejo de ministros de Economía y Finanzas de la UE. Será el debate esperado al respecto en la Cumbre de líderes de ese mismo mes, la Comisión Europea presentará su propuesta legislativa sobre la reforma de las reglas fiscales.

En un paso más, Dombrovskis ha subrayado la necesidad de fortalecer la coordinación de la política económica y presupuestaria y la supervisión ya que, con la desactivación de la cláusula de escape, los Estados miembros deberán adoptar "posiciones fiscales más prudentes", especialmente en un contexto de altos niveles de inflación.

Será en 2024 cuando llegue el momento de desactivar la cláusula general de escape, que a causa de la pandemia sirvió de mecanismo suspender las reglas fiscales que obligan a mantener el déficit sobre el PIB por debajo del 3% y la deuda sobre el por debajo del 60%.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky