
Las exportaciones, la fortaleza del mercado laboral, el descenso de la inflación, el menor impacto del shock energético en nuestro país, y la no destrucción capital constituyen los elementos principales que tirarán del crecimiento de la economía española, y parece que sorteará la recesión que pronosticaban la mayoría de organismos.
No en vano -señalan los economistas consultados por eE-, recesión o no, el crecimiento de nuestro Productor Interior Bruto seguirá siendo limitado, tanto que, las perspectivas de recuperar los niveles prepandemia es muy posible que tengan que esperar a 2024.
Para Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos, "el crecimiento de España, en un entorno de alta incertidumbre, será mucho más moderado que el de 2022. Aun así, vamos a crecer por encima de nuestro entorno y registrar una mayor resiliencia, con el empuje, tanto de la menor inflación como por el margen de recuperación del retraso en la vuelta de la situación precovid". Un puntal crítico -sostiene Izquierdo- "viene de la relativa fortaleza de nuestro mercado laboral, que evitando espirales de precios y de salarios, ha impedido entrar en situaciones de destrucción de empleo".
La previsión de Lorenzo Bernaldo de Quirós, presidente de la consultora Freemarket, es que "la economía española cerrará 2023 con un crecimiento no superior al 1% como ya predijo en 2020, y tampoco cree que recuperará los niveles precovid hasta 2024". Y es que -destaca Bernaldo de Quirós-, con las actuales políticas del Gobierno de Sánchez, "no solo no se producirá una reducción sustacial del déficit público (4,5% en 2023), sino que además, el diferencial entre el PIB per cápita español y del promedio de la zona euro se seguirá ampliando, lo que significa un empeoramiento del nivel del vida de los españoles".
En opinión de Miguel Ángel Bernal, socio del Despacho Bernal & Sanz Bujanda, las claves del crecimiento registrado hasta ahora se deben al repunte del gasto público y a que la caída de la demanda privada ha estado en niveles muy controlados. Y también la exportación que, aún con caída, ha sido positiva, pese a que las importaciones han crecido por los precios del gas y petróleo".
Sin embargo, Bernal señala que las expectativas de crecimiento de 2023 son muy ligeras -entre el 1 y el 1,5%-, y si bien "no entraremos en recesión, nuestro PIB será raquítico, porque uno de nuestros grandes problemas sigue siendo el desempleo, aun con las trampas de los fijos discontinuos". Y advierte, el crecimiento que se está ponderando "es el nominal, sin deflactor del PIB, , porque con el real, el que descuenta la elevación de los precios, estaríamos ante un crecimiento prácticamente nulo", defiende.
Los expertos sostienen que es difícil hacer previsiones con los cambios en contabilidad
El economista Javier Santacruz añade que, "con un crecimiento mediocre y de trámite, sin olvidar que las rentas de las familias seguirán cayendo y el empelo se estacancará, la no destrucción de capital y las exportaciones tendrán un comportamiento positivo". Pero, ¡"ojo! -adelanta-, el PIB del 4T de 2022 será parecido al 0,5 del 3T, "por lo que no estaba mal anclada la expectativa de que no íbamos a recuperar los niveles prepandemia", apostilla.
Para María Crespo, profesora de Hacienda Pública de la Universidad de Alcalá de Henares, con el cambio de metolodogía observado en organismos públicos como el SEPE, Seguridad Social o el INE "es muy difícil afirmar si estamos mejor o peor, porque ahora no se pueden comparar series históricas". Por eso insiste, con los datos como la deuda pública, la capacidad adquisitiva de las familias o la cuña fiscal, "llámese como se quiera, la recisión está encima".
El economista Daniel Rodríguez Asensio defiende que el "General Invierno" ha ayudado a que el precio del gas continúe en niveles reducidos. En su opinión, el turismo y las exportaciones no están penalizadas y eso tirará del PIB. Ahora -remarca-, recesión o no, -él cree que habrá una recesión moderada, el debate es cómo salir de de estanflación que tenemos".
Para el economista Daniel Lacalle, la expectativa de crecimiento será del 1,1 al 1,6% del PIB, un PIB que a su modo de ver "supone un rebote insuficiente, con aumento de la deuda pública del 20%, y un crecimiento económico artificial con enchufe de gasto público, lo que empobrecerá salarios y renta líquida".