Economía

La presión fiscal sobre las empresas españolas es un 36% superior a la media UE

  • El Índice de la Tax Foundation coloca a España a la cola de las economías desarrolladas
  • España cae al puesto número 34 de 38, con Francia o Irlanda a la cola
El director general del IEE, Gregorio Izquierdo, y el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa. EE
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El esfuerzo fiscal sobre las rentas españolas es ya un 53% superior a la media de la Unión Europea (UE). El año pasado, la presión fiscal sobre las empresas fue del 32,5%, frente al 23,9% de media en la UE, un 36% más -el año pasado, esta brecha fue del 31%-. El Instituto de Estudios Económicos (IEE) destaca que España ya es uno de los cinco países dentro de la OCDE con peor competitividad fiscal y con un fuerte retroceso de este indicador en la actual legislatura, siguiendo el Índice de la Tax Foundation. La recaudación respecto al PIB fue del 42% en 2022.

El IEE ha presentado este martes, a manos de su presidente Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo, el informe 'Competitividad Fiscal 2022. España sigue perdiendo competitividad en el ámbito fiscal'. España ocupaba la plaza número 23 en antes de la pandemia, "lo que muestra una pérdida notable de competitividad fiscal en nuestro país en la actual legislatura, que ya se encontraba en posiciones rezagadas en el entorno internacional, posición que va a peor y seguirá empeorando si se continúa con continuadas subidas de impuestos y creación de nuevas figuras tributarias", explican desde el IEE.

Desde el Instituto, asociado a la patronal CEOE, consideran que la política fiscal en España desde la pandemia ha ido en dirección contraria a la europea. Lo matizan recalcando que, desde 2019, los ingresos fiscales han mejorado el doble (23,4%) de lo que ha crecido el Producto Interior Bruto (PIB) hasta la fecha (11,5%). Así, se corrobora un incremento de la presión fiscal sobre las empresas españolas, que amplía esta brecha de desventaja fiscal frente a Europa hasta el 36%.

Distorsiones normativas

En cuanto a la presión fiscal normativa, el IEE mide la distorsión que generan las nuevas figuras tributarias creadas. Es decir, el impuesto a la banca o a las energéticas se reflejará en el ránking de presión fiscal efectiva del próximo año, si bien ya "distorsiona" la presión fiscal normativa en el presente año. Fernández de Mesa ha criticado que el sistema fiscal español genera "distorsiones y escasa recaudación", y ha insistido en que el IEE siempre ha defendido "mantener un sistema fiscal eficiente, poco distorsionador y con bases amplias".

Este término de 'presión fiscal normativa' se entiende como la carga de gravamen que el diseño del sistema fiscal introduce en las economías, al margen de la recaudación que obtenga, y en 2022 dicho indicador se sitúa en 116,4 puntos, un 16,4% más elevada que la media de la UE y un 16,8% superior a la media de la OCDE.

En sí, España se coloca a la cola del ránking que elabora Tax Foundation e incluye el IEE en su informe: si antes de la pandemia ocupaba la plaza 23, ahora es la número 34 de 38. Para sorpresa, España tiene por detrás a Irlanda, Portugal Italia, y Francia -en ese orden-.

Francia queda en el farolillo rojo, de nuevo, y "su sistema queda en evidencia por la confluencia de tipos excesivamente altos y normas innecesariamente complejas". El caso de Irlanda, que atrae a grandes empresas por su Impuesto de Sociedades, obedece a una base estrecha del IVA y a un impuesto sobre la renta "demasiado oneroso".

En 2022 Estonia tiene el sistema fiscal mejor diseñado de la OCDE, según el ránking. En el Impuesto sobre Sociedades, por ejemplo, solo hace tributar el reparto de dividendos a una tasa del 20%, quedando libre de tributación aquellos beneficios que no se distribuyen y se reinvierten. Por otro lado, su IRPF consiste, simplemente, en una especie de 'tarifa plana' del 20%, y su IBI solo grava el valor del suelo. También destacan favorablemente los sistemas fiscales de Letonia, Nueva Zelanda, Suiza, República Checa, Luxemburgo, Hungría, Lituania, Turquía e Israel.

'Cuña fiscal' del 40%

Una desventaja competitiva en cuanto a fiscalidad que no se ejerce solo sobre las empresas. En concreto, la denominada 'cuña fiscal', el resultado de sumar los impuestos de la renta al trabajo (IRPF) y las cotizaciones sociales pagadas a la Seguridad Social, el resultado es que al trabajador le llega un salario neto que supone el 60% de todos los costes laborales asociados a su puesto. 

Las cotizaciones sociales son "particularmente altas" en España, y se añade que el IRPF se sitúa un 8,8% por encima de la media de la UE y un 7,6% por encima de la media de la OCDE, siendo este último impuesto uno de los más progresivos del entorno. El resultado es una 'cuña fiscal' del 40% del salario bruto, cinco puntos por encima de la media de los países del club de las economías desarrolladas, la OCDE.

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