
La inflación parece haber alcanzado su pico en el conjunto del euro. La actual crisis de precios, avivada por la guerra en Ucrania y la energía, bajará del doble dígito. Es la proyección de Bloomberg para el IPC armonizado interanual de diciembre, que espera que baje al 9,5% desde el 10,1% previo. Sin embargo, la presión de una inflación subyacente enquistada aún mantiene en alerta al Banco Central Europeo, que abordará otras dos subidas de los tipos de interés de 50 puntos básicos este trimestre.
Los datos más recientes tienen, a grandes rasgos, dos lecturas. La inflación interanual de las principales economías ha bajado más de lo esperado por los economistas, sorprendiendo de forma positiva gracias a la moderación del gas y a la asistencia de las políticas económicas públicas. En Alemania, los precios cayeron hasta el 9,6% (desde el 11,3%). En España, la inflación parece que definitivamente ha cedido y mira a la baja, con una tasa interanual del 5,6%. El dato más reciente francés también rebaja al 6,7% la tasa interanual, mientras los italianos bajaron del 12%.
Detrás de estas sorpresas a la baja se esconde la inflación subyacente, que excluye la volatilidad energética y la de alimentos sin elaborar y manifiesta los encarecimientos seis meses más tarde que la tasa general. El IPC general "enmascara", explican desde Bloomberg, la presión de la tasa subyacente, que mira al alza y en la economía española, por ejemplo, ya es más elevada que la propia tasa general. Christine Lagarde mirará de cerca la tasa subyacente para decidir las próximas subidas de tipos.
Misma tónica sugiere el consenso de Oxford Economics, en cuyo análisis consideran que la moderación de la tasa general supone un alivio marcado esencialmente por la energía, pero se aleja aún del objetivo del 2%, mientras el mercado laboral resiste y la recesión no será profunda. Esta sentencia refuerza la propuesta del BCE, y desde el think tank observan que "las presiones subyacentes sobre los precios siguen siendo demasiado fuertes para detener el endurecimiento por ahora", explican.
Aún así, Javier Collado, profesor del Centro de Estudios Financieros (CEF) e Inspector de Hacienda del Estado, recuerda en conversaciones con elEconomista.es que el efecto estadístico de reversión de la media conocido como efecto escalón provoca que se acumulen subidas menores sobre otras subidas previas, no que la inflación baje: "lo que sube, ya ha subido", señala, sobre la trampa del cálculo interanual.
Decisión y previsiones
Los expertos, por tanto, dan por descontado que el pico de la inflación se haya dejado ya atrás, mientras centran el objetivo en el enquistamiento de la inflación subyacente. Según el jefe de estrategia del Danske Bank, Piet Christiansen, "la decisión [de subir 50 puntos básicos] de febrero está marcada en piedra". El mercado proyecta no una, sino dos subidas de 50 puntos básicos incluso pese a que la economía española está registrando datos sorprendentemente buenos.
Collado considera que habrá subidas de 25 ó 50 puntos básicos en las próximas reuniones. Una previsión que tiene en cuenta otros factores, como el Euríbor, que mira al alza y encarece las hipotécas a tipo variable aunque no se contabilice en el cálculo que realiza el INE o, en este caso, Eurostat sobre el IPC.
¿Hay solución? Una opción es borrar dinero, la liquidez, algo que el BCE no está por la labor de forma considerable, indica Collado. La opción restante es subir el precio del dinero para frenar la demanda al endurecer las condiciones.
La política monetaria del BCE también gira sobre sus propias previsiones, que descartan llegar al objetivo del 2% al menos hasta el próximo 2025. Mientras, desde el departamento económico de Bloomberg proyectan que dentro de un año el alza de la inflación será del 3%. "La inflación subyacente será más rígida en el corto plazo, el incremento de costes del sector manufacturero aún no se ha reflejado por completo en los precios de consumo, y las mejoras salariales alimentarán la inflación del sector servicios. Esperamos que el rally del BCE se mantenga al menos este primer cuarto de 2023", explican.
Ayer, el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, lanzó un mensaje al resto de Europa: su inflación de 2023 será del 7%, lejos del objetivo del 2%, pero consideran positivo el "aterrizaje suave" de la economía pese a la crisis de precios que ha provocado la contracción de la principal economía del continente. El reto a corto plazo de los alemanes, el centro de atención de la UE, es evitar la estanflación.