
Viajar a la Copa del Mundo de fútbol nunca es barato, pero cuando se realiza en Qatar menos. El alojamiento y transporte es el más caro de los últimos años. Lo que nadie esperaba es que la moneda del país anfitrión todavía complicara más la estancia de los aficionados. Especialmente sufrida está siendo para los seguidores de Corea del Sur, Japón e Inglaterra. La culpa la tiene el rial. Bueno, en realidad la tiene el dólar.
Desde los años ochenta, Qatar mantiene con su moneda, el rial, una paridad con el dólar de 3,64 dólares. La fortaleza desatada este año por el billete verde está afectando al bolsillo de los aficionados al Mundial de Fútbol, sobre todo a coreanos, japoneses e ingleses. El rial se ha fortalecido casi un 9% frente al won coreano este año, que se vio afectado por el debilitamiento de las exportaciones y las tensiones del mercado inmobiliario local. Ha subido casi un 17% frente al yen, debido a la divergencia de la política monetaria de Japón con los EEUU y casi un 10% frente a la libra, tras la crisis política que vivió el país hace unos meses. Los europeos sufren una depreciación del 7%.
"Prepararse para el viaje de la Copa del Mundo ha sido una carga tanto física como financiera", comenta Choung Jongchan, comerciante de artículos electrónicos de 32 años de Corea del Sur, a Bloomberg que comenzó a prepararse para su viaje hace un año.
Choung recordó el proceso con noches sin dormir. Las entradas se liberaron poco a poco y muchos seguidores no estaban satisfechos con los primeros asientos asignados. Choung terminaba revendiendo sus entradas para obtener mejores asientos, a pesar de que eso significaba perder dinero por el dólar más fuerte y el pago de una comisión del 5% por usar la plataforma de reventa oficial. Tras conseguir los asientos que quería, había gastado más de dos millones de wones unos 1.500 dólares.
El alcohol está prohibido en Qatar, pero el público pueden comprar una botella de Budweiser en áreas designadas por alrededor de 50 riales (13,60 dólares), casi 10 veces el precio del mismo producto en una tienda de Corea del Sur o los tres dólares que puede costar en EEUU.
Para los japoneses, que están acostumbrados a precios a la baja, los altos precios están teniendo un impacto especial. El yen alcanzó un mínimo de tres décadas frente al dólar en octubre. "Una pequeña botella de agua cuesta alrededor de 400 yenes (3 dólares), y Coca-Cola cuesta alrededor de 600 yenes, es un gran esfuerzo", dice Kazunori Takishima, de 46 años, dueño de un negocio inmobiliario en Torio.
Qatar ha implementado medidas para mitigar la subida de precios de los productos y servicios, prohibiendo cualquier reventa ilegal y gestionando los alojamientos a través de un sitio web oficial. El transporte público y las tarjetas de móvil para la conexión a Internet son gratuitos para los visitantes con entrada. Aun así, tales esfuerzos no fueron suficientes para compensar la fuerza de la inflación y la fortaleza del dólar.
"Algunos hoteles liquidan los pagos seis días antes de la estancia, por lo que debo pagar un precio mayor por el cambio de divisas más elevado", comenta Choung. Para evitar que el coste de las entradas se dispare en libras; Aminoor Rashid, un empleado de His Majesty's Revenue and Customs, la autoridad fiscal del Reino Unido de 40 años de Newton-le-Willows, cerca de Liverpool, le pidió a su amigo de Doha que los comprara en su nombre en julio. En ese momento, la libra esterlina había caído un 12% frente al rial. "Estaba preocupado porque la libra esterlina se depreció mucho frente al dólar", comenta Rashid, quien ha asistido a su primera Copa del Mundo. "No he gastado demasiado, el principal gasto es el alojamiento y me quedo en casa de un amigo".
Im Sung Min, de 29 años y vendedor de móviles, se siente afortunado por haber pagado de forma anticipada antes de que el dólar. A pesar de los precios, a los aficionados les compensa ir al mundial- "No me perdería lo que podría ser la última Copa del Mundo para Son Heung-min, Lionel Messi y Cristiano Ronaldo", dice Choung.