
La menor productividad, con menor inversión en intangibles y en I+D, sigue siendo uno de los grandes lastres de la economía valenciana, según recoge el informe Situación y retos de la economía valenciana realizada para analizar la situación actual y el cambio del modelo productivo en el marco del V Congreso de Economía Valenciana que hoy y mañana se celebra en Valencia.
Según explicó Joaquín Maudos, director del estudio, "la renta per cápita en términos reales de la Comunidad Valenciana ha caído un 5,3% desde 2007 frente a la reducción del 3,7% de media española". Desde ese año, en que se inició la anterior gran crisis, la comunidad autónoma pasó del puesto 10 al 12 en la clasificación de riqueza por habitante.
El PIB per cápita valenciano se sitúa doce puntos por debajo del promedio nacional y la distancia ha crecido desde los 10 puntos menos registrados en 2007. Los pobres resultados en productividad explican buena parte de esa brecha en la riqueza de la región con respecto al conjunto de España.
Maudos consideró que uno de los motivos es la baja productividad por ocupado total de la economía valenciana, que es un 5% inferior a la media nacional y, en el caso de la productividad del sector privado, la diferencia se eleva hasta el 6,5% por debajo de la española.
Así, la especialización en actividades que generan menor productividad de los sectores empresariales valencianas es uno de los motivos de esta menor productividad. Solo en 11 de las 60 ramas de la actividad de la economía, la productividad de la Comunidad Valenciana supera la media nacional y esas ramas aportan el 14,8% del valor añadido del sector privado. Eso significa que el 85,2% del VAB de las empresas privadas autonómicas depende de sectores con niveles de productividad inferiores a sus homólogos en España.
Entre los sectores con mayor productividad, se encuentran las finanzas, el sector del agua o la fabricación de coches, mientras que en los que están por debajo de la media española destacan la alimentación, hostelería, comercio e inmobiliario y construcción. Además, otra de las debilidades del sector privado es el menor empleo de capital humano más formado.
También otro de los puntos débiles es la menor inversión en I+D, especialmente en las empresas, que suponen el 46% de la inversión total autonómica en I+D, diez puntos menos que la media nacional. Un panorama en que el pequeño tamaño de las empresas valencianas también es uno de los grandes responsables, según Maudos.
La parte pública
El documento elaborado por el Ivie también alude a las debilidades del sector público que afectan a la productividad. En primer lugar, apunta a la menor dotación de infraestructuras públicas en relación al tamaño de la economía, con un stock de capital público un 17% inferior a la media y carencias importantes como el reclamado Corredor Mediterráneo.
Además, la Administración valenciana dispone de menos recursos para apoyar la actividad económica debido a la infrafinanciación sufrida desde hace años. Así, el gasto per cápita en políticas de apoyo a las actividades productivas y las inversiones siempre ha estado por debajo de la media (un 15% por debajo del promedio de España en 2020) ya que todos los recursos se han de destinar a garantizar los servicios fundamentales (sanidad, educación y dependencia).