
Los días dorados en los que personas procedentes de todos los rincones del mundo se mudaban a Portugal podrían llegar a su fin muy pronto. Desde octubre de 2012, el país concede un permiso de residencia a los extranjeros que inviertan entre 350.000 y 500.000 euros en la compra de un inmueble o la creación de puestos de trabajo en el territorio luso. En la década que lleva en vigor la Golden Visa, se ha otorgado 11.180 visados y ha recaudado cerca de 6.600 millones de euros. Pese a esto, el Gobierno portugués considera que "ya no está justificado", por lo que ha decidido poner el programa en revisión.
Lo más probable es que esta medida sea la respuesta del primer ministro, Antonio Costa, al encarecimiento de la vivienda en Portugal. El 92% de todos los visados concedidos se han conseguido a través de la compra de inmuebles y eso se ha dejado sentir en su valor Entre abril y junio, el precio de las casas se incrementó un 13,2% con respecto al mismo periodo de 2021, representando el mayor salto anual de los últimos 12 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística portuguesa. Cabe mencionar que los extranjeros pagaron de media 831 euros más por metro cuadrado que los residentes.
Hasta hace poco, la mayoría de los inversores extranjeros que conseguían este tipo de visados procedían de China. Sin embargo, los estadounidenses les han superado este año. En total, 162 ciudadanos de EEUU consiguieron un permiso de residencia entre enero y septiembre, frente a las 160 visas concedidas a chinos, según datos del servicio de inmigración de Portugal. En Lisboa -la ciudad portuguesa con el precio más alto, 2.706 euros por metro cuadrado-, fueron los segundos mayores compradores foráneos de viviendas, solo por detrás de los franceses.
Otro de los motivos habría sido su posible uso para blanquear dinero, una preocupación que han manifestado tantos los funcionarios de la Unión Europea como miembros de la izquierda lusa. El Bloque de Izquierda, por ejemplo, aseguró en mensaje en Twitter que "los visados de oro sólo sirven a los oligarcas que quieren blanquear sus fortunas. No sirven a la población de ninguna parte del país, sólo la perjudican". A lo que el Partido Comunista Portugués añadió que los nuevos residentes no estaban ayudando a estimular la economía local.
El posible fin de este régimen ha sembrado la incertidumbre entre los promotores inmobiliarios y les ha llevado a fijarse en otros mercados, como el griego. No obstante, se encontrarán con una situación muy similar. El primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, duplicó en septiembre la cantidad mínima necesaria para obtener un permiso de residencia en el país, pasando de 250.000 euros a 500.000 euros, "con el fin de aumentar la asequibilidad de los bienes inmuebles para los griegos", según publicó International Adviser. Y lo mismo ha ocurrido en Turquía, donde la inversión requerida se ha incrementado en más de 144.000 euros, hasta los 385.000 euros. España también cuenta con un visado de este tipo, que se obtiene a cambio de 500.000 euros.
Visa para nómadas digitales
La noticia llega poco después de que haya entrado en vigor la visa para nómadas digitales. Este visado está disponible para personas con trabajo que puedan demostrar que gana al menos 2.820 euros, es decir, cuatro veces el valor actual del salario mínimo nacional, actualmente en 705 euros.
Con esta nueva visa, el Ejecutivo luso pretende mantener el flujo de residentes que comenzó la llegada de la pandemia y el teletrabajo. Según António Costa, los nómadas digitales son esenciales "para tener un país cada vez más innovador y con empresas que crecen a escala global".
Aquellos que consigan este visado, podrán residir en Portugal durante un año. En caso de querer ampliar su estancia, podrán hacerlo solicitando la residencia. También está abierto a los portugueses que no hayan sido residentes fiscales en el país en los últimos cinco años.