
Portugal se suma a los países que han puesto en marcha experimentos en torno a la semana laboral de cuatro días. Tras una prueba piloto con funcionarios, ahora lo hará con empresas privadas, aunque lo hará de forma distinta a como en España se ha planteado y también en la Comunidad Valenciana, donde ya se ha puesto en marcha la primera prueba en nuestro país.
En el estado vecino no habrá recorte salarial. Tampoco se subvencionará a las empresas que se adhieran en la prueba, como es el caso de España, y tampoco se marcará una reducción de las horas fijas. Así, permitirán que se pruebe de forma voluntaria con distintos modelos, como los que concentran horas en cuatro días o los que reducen, en una horquilla que ira de las 36 horas a las 32.
Volviendo a nuestro país, el Ministerio de Industria, tiene planeado un plan incentivado que afectará de ponerse en marcha a 6.000 empleados de 200 pequeñas y medianas empresas que podrán prolongar un día el fin de semana, manteniendo su sueldo durante un año. En España las empresas sí que recibirán una subvención por acogerse y tendrán normas más marcadas, según se ha ido sabiendo hasta ahora.
Cada vez más países prueba la semana de 4 días con sus propias normas
Con ello, Portugal se suma a una lista de países que ha ido haciendo pruebas de muy distinta índole.
Bélgica va a introducir la semana laboral de cuatro días para aquellos que lo soliciten. Sin embargo, los empleados no trabajarán menos. En lugar de apostar por una semana de 32 horas laborables en cuatro días (como se ha propuesto en la mayoría de experimentos hasta ahora), el plan belga propone que se trabajen 40 horas divididas en cuatro jornadas. Es decir, simplemente condensarán sus horas en menos días si así lo desean y la propuesta incluye que los trabajadores podrán decidir con flexibilidad si trabajan cuatro o cinco días a la semana.
Islandia probó un modelo similar entre 2015 y 2019 que se considera el mayor experimento hasta la fecha. Sin embargo, redujo la semana laboral de 40 a 35 horas y mantuvo los niveles salariales. Unas 2.500 personas participaron en la fase de prueba, todos ellos funcionarios.
Un estudio realizado por la organización islandesa sin ánimo de lucro Alda (Asociación para la Democracia y la Sostenibilidad) y el think tank británico Autonomy constató que el bienestar de los participantes había mejorado notablemente, los procesos de trabajo se habían optimizado y había una colaboración más estrecha entre compañeros. La productividad se mantuvo o mejoró. Aunque como veremos más adelante, todo esto puede tener un sesgo posterior.
Escocia también está probando la semana laboral de cuatro días, y el Estado apoya a las empresas participantes con unos 10 millones de libras (unos 12 millones de euros). De momento el plan sigue adelante.
Por su parte, en Suecia, se probó en 2015 una semana laboral de cuatro días con salario igual, con resultados dispares. Incluso los partidos de izquierdas pensaron que sería demasiado caro aplicarlo a gran escala. Pero algunas empresas optaron por mantener la jornada reducida para sus trabajadores.