
Convertirse en autónomo conlleva la realización de determinados trámites que no han de hacerse o pasan completamente desapercibidos cuando un trabajador lo es por cuenta ajena. Una de las materias más importantes es la fiscal, la de la gestión de los propios impuestos en un trabajo por cuenta propia.
En paralelo a otras obligaciones como la del pago de las cuotas a la Seguridad Social, los autónomos no pueden olvidar la tramitación de los impuestos derivados de su actividad profesional. Estar atento es fundamental, dado que hay que hacer frente a los impuestos de forma mensual, trimestral y anual, y cualquier olvido puede ser muy negativo para los intereses del autónomo y su negocio.
Por esta razón, desde TaxScouts, plataforma online de gestión fiscal para autónomos, ha elaborado una lista con los errores más frecuentes que cometen los profesionales por cuenta propia en materia de impuestos.
De acuerdo con la plataforma, "estos errores pueden tener consecuencias más importantes, como sanciones o la imposibilidad de desarrollar la actividad laboral", por lo que conviene tenerlos muy en cuenta a la hora de tramitar el pago de impuestos y evitar problemas innecesarios con la Agencia Tributaria.
El alta fuera de plazo
Uno de los errores más comunes de los autónomos es el alta el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos fuera del plazo indicado, que es en los 60 días anteriores al inicio de la actividad por cuenta propia. Puede ser especialmente duro en el caso de autónomos que tengan derecho a la tarifa plana, ya que de cometer este error perderían esta ventaja: puede suponer un coste de 2.800 euros en el primer año tomando en cuenta las cuotas actuales, informan en TaxScouts.
No pagar a tiempo a la Seguridad Social
Tener deudas con el organismo por no pagar las cuotas a tiempo tendrá consecuencias negativas para el trabajador. Estos problemas van desde la pérdida de la tarifa plana hasta recargos de entre el 10% y el 20%. La situación es aún más grave si el autónomo tiene empleados a su cargo, ya que se enfrenta a multas de entre 626 y 6.250 euros en función de la gravedad de la sanción.
No presentar la documentación a tiempo
Si el autónomo se despista y no presenta a tiempo el modelo 303 de autoliquidación del IVA o la declaración de la Renta por el IRPF puede tener problemas. En el primer caso, si recibe un requerimiento de Hacienda tendrá un recargo del 1% por cada mes y un 15% a partir de que se cumpla el añó. En el segundo caso, una multa de 200 euros si la declaración es informativa o negativa (aunque se reduce a 100 euros por pronto pago).
No pagar correctamente
En TaxScouts informan de que los modelos trimestrales suelen tener más errores por su propia naturaleza y las prisas de los autónomos. Así, puede darse el caso de que se ingresen cantidades por encima o debajo de lo necesario. En los casos en los que Hacienda considere que ha existido mala fe podrían darse sanciones de entre el 50% al 150% de la cantidad, con un máximo de 3.000 euros.