
Son 47 los días las mujeres de la Unión Europea (UE) trabajan gratis al año con respecto a los hombres. La brecha salarial disminuye a paso lento y aún es del 13%, es decir, de cada euro que gana un hombre una mujer ingresa 0,87 euros, lo que se traduce en casi mes y medio de trabajo 'no remunerado'.
La Comisión Europea (CE) ha aprovechado el Día Europeo de la Igualdad Salarial que se celebra el 15 de noviembre para devolver el foco a una cuestión que se prolonga en el tiempo. Y es que la brecha salarial solo se ha reducido un 2,8% en los últimos 10 años.
En datos de Eurostat -los últimos, referentes a 2020- los países de la UE con las mayores brechas salariales son Letonia (22,3 %), Estonia (21,1 %), Alemania (18,3 %) y Austria (18,9 %). En el caso de, España el nivel de desigualdad entre hombres y mujeres es inferior a la media europea, con una brecha del 9,4%.
Sueldos más bajos, techos de cristal...
La desigualdad laboral no solo provoca una diferencia salarial que se traduce en que de aquí a final de año ellas trabajen 'gratis' sino que también favorece al techo de cristal, o la dificultad que encuentran las mujeres para acceder a los altos cargos directivos.
La mayoría de científicos, ingenieros y trabajadores técnicos cualificados son hombres, mientras que las mujeres asumen de forma mayoritaria las tareas del hogar y de cuidados de menores o ancianos. Según Bruselas, el 90% de la fuerza laboral de cuidados está compuesta por mujeres y 7,7 millones de mujeres no tienen empleo debido a las responsabilidades vinculadas con el hogar.
Una encuesta difundida por la Comisión arroja que el 90% de los europeos considera "inaceptable" que las mujeres ganen menos dinero que los hombres por un mismo trabajo. Sin embargo, en la práctica, el arraigo de la infrarrepresentación de las mujeres y su infravaloración como profesionales en la toma de decisiones mantiene lejos el fin de esta situación.
La vicepresidenta de Valores y Transparencia, Vera Jourová, y la comisaria de Igualdad, Helena Dalli, señalaron ayer que la Comisión ha "redoblado" los esfuerzos en materia de igualdad de género pero también reconocieron que no se puede resolver la "injusticia" de la brecha salarial de género sin cambiar los desequilibrios estructurales de la sociedad. En esto se basa su petición al Parlamento Europeo y al Consejo par que adopten la propuesta de Directiva sobre transparencia salarial "sin demoras indebidas" para acabar con el sesgo de género en la remuneración y empodera a los trabajadores para hacer valer su derecho a la igualdad salarial por el mismo trabajo.
La lucha no es nueva, la igualdad es un derecho fundamental para la UE. Así se refleja en el artículo 157 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), que establece desde hace 45 años en su primer apartado que los Estados deben instar a que trabajadores y trabajadoras reciban la misma retribución por realizar el mismo trabajo.
El 6 de diciembre de 2021, los Estados miembro acordaron un sistema de vigilancia para las empresas de más de 250 empleados por el que deben informar de los salarios a los empleados y presentar anualmente un informe sobre la brecha de género existente.
La Eurocámara también apela a todas la empresas con al menos 50 empleados a ser totalmente transparentes con los salarios. Lo hace a través de las comisiones de Derechos de la Mujer y Empleo. Además, Europa también refleja su compromiso contra la desigualdad en la ratificación de la Estrategia para Igualdad de Género para alcanzar una Europa más igualitaria.
Tampoco es un asunto aislado. Esta desigualdad forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. El quinto tiene por título 'Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas'.