Economía

Crece el misterio de los fijos discontinuos: ¿maquillan o no el paro?

  • Siete de cada diez no crean empleo
  • Los que cobran paro o subsidios han aumentado un 21%
  • Son la principal causa de baja de afiliación de los indefinidos

Los datos de paro y afiliación de octubre arrojan un retroceso del paro sorprendente para ese mes y un incremento de la afiliación, pese a que la contratación cayó un 19,5% interanual. El Gobierno lo achaca a que la reforma laboral ha frenado la volatilidad de los contratos al reducir el número de temporales, al tiempo que aumenta el número de indefinidos. Pero este argumento tiene un pero importante: el elevado peso de los fijos discontinuos.

La cuestión clave que se plantean los analistas es la capacidad de estos contratos para crear empleo real (en términos de afiliación).

Según la metodología del 'índice de calidad del empleo' acuñado por el Gobierno  (que compara contratos firmados con variación de la afiliación media al Régimen General), en lo que va de año ha habido que firmar 3,2 contratos fijos discontinuos para lograr sumar un afiliado 'neto', frente a los 2,2 contratos indefinidos ordinarios a tiempo completo.  

El pasado mes, la proporción se situó en 3,5 contratos, lo que supone que el 72% de estos contratos fijos discontinuos mes fueron 'fantasma': es decir, no crearon empleo neto. Aunque es un dato mejor que los de julio y agosto, cuando se firmaron más de 400.000 contratos pero la afiliación neta cayó. Esto da una idea de la volatilidad de este tipo de contratos. 

Y nos lleva a la siguiente pregunta: ¿dónde están esos trabajadores? ¿Han encontrado otro empleo? ¿Fueron al paro? Aquí es donde las estadísticas complican las cosas.

En este punto, hay dos matices importantes que hacer: la reforma laboral no creó los fijos discontinuos. Existen desde hace décadas, aunque multiplicó su uso de desde niveles reducidos a cotas inéditas en la historia del mercado laboral español.

Pero, por otro lado, tampoco se ha modificado la forma de contabilizarlos, lo que hace muy difícil  analizar el impacto de los cambios legales.

El problema es que los fijos discontinuos son empleos de carácter estacional (pensados para actividades como el turismo), que alternan periodos de actividad con otros de inactividad en los que el contrato sigue vigente, aunque no se trabaje en realidad. Y esta situación se traduce en cuatro formas diferentes de contabilizarlos estadísticamente.

El SEPE los 'esconde'

En términos de paro registrado, según las estadísticas del Servicio Público de Empleo Estatal, los fijos discontinuos "inactivos" no aparecen, ya que, sobre el papel, siguen trabajando. Su situación estadística se diluye entre otras casuísticas.

Cuando un fijo discontinuo pasa a la inactividad y no tiene otro empleo puede apuntarse como demandante de empleo para optar a una prestación o subsidio, si ha cotizado los suficiente para ello. Aunque también puede hacerlo para beneficiarse de formación y oportunidades laborales, aunque técnicamente tenga un trabajo.

Sin embargo, su 'ubicación' en la estadística es confusa. Oficialmente, al ser inquirido por esta cuestión, desde Trabajo aseguran que constan como DENOS (demandantes no ocupados). 

Pero según la nota metodológica que acompaña cada mes a la propia estadística de paro se contabilizan como demandantes ocupados. Es decir, con un trabajo.

Estos han aumentado 123.464 el pasado mes, hasta los 960.000. Se trata de un incremento que no es en absoluto habitual en este mes. Todo lo contrario: lo normal es que se reduzcan (en 2019 2018 lo hicieron en una media de 40.000 demandantes).

Aunque la cifra es 400.000 inferior a la de hace un año, ya que aquí también se incluyen los afectados por ERTEs (que han ido retrocediendo desde 2020), todo apunta a que este incremento se debe a los fijos discontinuos.   

Sin embargo, este análisis exige cierta prudencia: entran otras categorías, como los trabajadores en prácticas o con empleos a media jornada o aquellos susceptibles de compatibilizar un empleo con una ayuda pública

Un auge de estos demandantes sería coherente con el hecho de que el único colectivo en el que aumentó el paro registrado en octubre fueron los parados sin empleo anterior, procedente de jóvenes que han terminado sus estudios oficiales.  

Temporales para cobrar ayudas

Para avivar esta 'ceremonia de la confusión', en su estadística de prestaciones el propio SEPE les engloba en la misma categoría de los temporales como beneficiarios por la "finalización de la relación de carácter temporal". En los nueve primeros meses del año fueron 415.286 personas, (sumado prestaciones y subsidios), un 21% más que hace un año.

La medición en términos de EPA tampoco resuelve las dudas. Los datos de ocupación refuerzan la tesis de la mayor volatilidad de este tipo de contratos, pero no queda tan claro cómo se traduce esto en términos de desempleo.

Al tratarse de una encuesta, los fijos discontinuos que dicen no estar trabajando por encontrase en un periodo de inactividad cuentan como "no ocupados". De aquí pasan a ser declarados inactivos o parados en función de si buscan empleo y están dispuestos a incorporarse a corto plazo a uno.

Sin embargo, los datos del INE no clasifican a los parados o inactivos por el tipo de contrato del que provienen, lo cual hace que no sepamos cuántos de ellos son fijos discontinuos.

A a cabeza de las bajas

En términos de Seguridad Social, la situación es simple: cuando un fijo discontinuo pasa a la inactividad se da de baja como afiliado. Eso explica que su peso en la creación de nuevo empleo quede tan por debajo de los indefinidos a tiempo completo.

Sin embargo, departamento que lidera José Luis Escrivá no contabiliza el paro, pero sí mide las bajas de afiliación. Y aquí nos encontramos con que el pase a la inactividad es la primera causa por la que los indefinidos dejan de trabajar.

Aún más, son la segunda causa entre el total de asalariados, superados solo por el fin de un contrato temporal pero muy por encima de las dimisiones, incluso sumando las de indefinidos y temporales. Y a mucha distancia de los despidos, pese al incremento de estos en el último año.

Sin embargo, las estadísticas no clarifican cuántas de estas bajas se trasladarían a desempleo o inactividad. Sin embargo, las estadísticas no están actualizadas para aclarar su impacto real, lo cual dispara las especulaciones. Habrá que esperar al 'autoanálisis' que el Ejecutivo prepara sobre su propia norma.

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