El Gobierno francés propone conceder un permiso de residencia especial a extranjeros en situación irregular para cubrir los vacantes en sectores "en tensión" que no encuentran mano de obra, como la construcción o la hostelería.
De salir adelante, la propuesta que han avanzado los ministros de Interior, Gérald Darmanin, y de Trabajo, Olivier Dussopt, al diario Le Monde, permitirá a inmigrantes sin papeles ya presentes en Francia trabajar en es estos sectores pero además prevé poner fin en ciertos casos al período de seis meses en el que los solicitantes de asilo no pueden trabajar en el país.
Según Dussopt, el permiso permitiría reducir el trabajo ilegal y los abusos de algunos empleadores sobre los inmigrantes indocumentados: "Hace falta que el trabajo vuelva a ser un factor de integración y de emancipación".
Darmanin, por su parte, insistió en que las organizaciones empresariales advierten que es necesario facilitar el reclutamiento de extranjeros, pero advirtió de que también se van a endurecer las sanciones para los empleadores responsables de trabajo ilegal.
Será a partir de enero cuando se discuta la medida que pretenden incluir entre otras modificaciones a la ley de inmigración, como la agilización del procedimiento de expulsión de los delincuentes extranjeros.
"Para resumirlo, diría que debemos ser malos con los malos y simpáticos con los simpáticos", ha indicado el titular de Interior, que ha recordado que los extranjeros suponen el 7% de la población de Francia pero representan el 19% de los delitos (en París y las diez mayores ciudades de Francia "suponen la mitad de los delitos). "No reduzco la inmigración a la delincuencia, pero sería absurdo no ver que una pequeña parte de los extranjeros son responsables de una gran parte de los delitos", ha añadido.
