
Crear y desarrollar con éxito un negocio es una tarea complicada, pero los obstáculos del mundo del emprendimiento pueden ser algo más sencillos si se tiene a la gente adecuada cerca. De acuerdo con JP Morgan, las mujeres negras forman el grupo de emprendedores que más crece en Estados Unidos, a pesar de que se enfrenten a barreras financieras mayores.
Además, un informe realizado por American Express en 2019 encontró que los negocios liderados por mujeres les reportan una media de 142.900 dólares anuales, mientras que en el caso de las mujeres negras esta cifra se reduce hasta la media de 24.000 dólares de beneficios cada año.
De acuerdo con la compañía sobre información comercial de empresas Crunchbase, las mujeres negras obtienen "una fracción minúscula" de fondos de capital riesgo, concretamente, el 0,34% de todo el capital riesgo gastado en Estados Unidos en el último año.
"No lo hice yo sola"
Chelsea C. Williams es la fundadora y CEO de la firma de retención de talento y desarrollo laboral Reimagine Talent. La misma fue capaz de llevar su negocio hasta unos ingresos de siete dígitos, pero asegura que las relaciones que ha mantenido son una buena parte del éxito de su trabajo.
"No lo hice yo sola", comenta Williams. "Hay un montón de personas que me sirvieron de guía, que fueron un apoyo, que abrieron la puerta y realizaron el primero contacto con algunas de estas organizaciones".
Así, Chelsea C. Williams explica las cuatro relaciones cercanas que ella considera indispensables para todo aquel dueño de un negocio que quiera "aumentar su impacto":
La fuente de inspiración
De acuerdo con la emprendedora, esta persona es "la representación visual de lo que quieres hacer". La misma asegura que: "Puede que no lo esté haciendo de la manera en que tú deberías. Puede tener un fondo totalmente diferente, pero la ves y la manera en que organiza su negocio, la forma en que facilita la conversación, y cómo crea un impacto con su trabajo, es algo que quieres emular a tu manera".
Williams es licenciada en economía por Spelman College, y dice que cuando comenzó como becaria en Wall Street, se topó con una experta en trabajo multigeneracional y autora reconocida del New York Times, que causó un gran impacto en ella. "Recuerdo sentarme en mi silla y escribir, mientras ella terminaba su presentación, eso es lo que aspiro de cara al futuro".
Williams se introdujo a la otra mujer, que más adelante se convirtió en su mentora. A pesar de que sus trayectorias eran "muy diferentes", esa relación mantuvo un rol clave a la hora de que Williams crease su compañía. "Cuando di el primer paso para crear mi negocio, ella me dio algunas introducciones, me habló de los eventos en los que debería participar. Ella realmente me defendía, y todavía lo hace".
El entrenador de la mentalidad
Como mujer negra que creó una empresa en sus veintes, Williams cuenta que se enfrentó con un montón de batallas internas que "se entrometieron a la hora de comenzar el emprendimiento y crecer hasta el siguiente nivel". La misma dice que: "En mi primer año no podía llamarme una CEO, sino más bien una estratega".
Williams afirma que una especie de terapeuta, o "mentor de actitud", puede ayudar a alinearse con las metas. "Mi terapeuta fue importante para mi a la hora de alcanzar una identidad... para ayudarme a entender mi mérito y valor y por tanto ser perceptible como realmente soy. No tengo que imitar a los hombres, ni su manera de crear negocios".
El equipo
Williams asegura también que crear relaciones cercanas con otros emprendedores con los que uno se identifica pueden ayudar a optimizar el éxito del negocio. "Para mi, era importante que mi grupo estuviese formado por mujeres de color porque, de nuevo, todas navegamos por un lugar muy distinto al que recorren otras personas". La misma reconoce la utilidad de acercarse a otros con diferentes identidades, pero cree que probablemente las experiencias profesionales serían distintas".
"Tener mi grupo de chicas CEO a las que poder preguntar, con las que poder protestar y comentar, es vital. Tengo una trifecta de exitosas dueñas de negocios y quedamos semanalmente, para compartir recursos entre nosotras", comenta. "Contamos con un hilo de mensajes para cuando suceden cosas, como 'hay una oportunidad de préstamo para ti'".
"Esto ha sido fundamental. Porque aunque nos situemos en industrias o sectores distintos, el hecho de ser capaces de pasar por estos recorridos juntas, así como contar con un espacio seguro para poder hablar de los buenos y malos momentos... es un punto de inflexión".
El acelerador
Mientras que el grupo está conformado por la gente con la que se mantiene un trato cercano, el acelerador es "a donde vas a buscar oportunidades educativas y de red", dice Williams. Para ella este puede ser una persona, o una comunidad como una hermandad, poniendo como ejemplos Tech Stars o Tory Burch Foundation como grandes comunidades para mujeres y negocios liderados por personas negras.
"Es el sitio donde el compartir conocimientos y contactos tiene lugar en un lugar a mayor escala que con un grupo de amigos. Estos programas ofrecen educación para escenarios como la creación de equipos, así como la creación de unas finanzas óptimas para desarrollar los negocios".