Economía

El déficit público estructural de España crece y ya se aproxima al 5% del PIB

  • Según los expertos, la brecha entre gasto público e ingresos deja un agujero de 50.000 millones
  • El FMI eleva el descubierto hasta 60.058 millones para 2022, y de 66.529 para 2025
  • Las inversiones de los fondos generarán déficit estructural en las CCAA
Pedro Sánchez en la firma del convenio de la Operación Campamento.

La brecha entre el creciente gasto público de España y unos ingresos récord, que no sirven para corregir los desequilibrios de nuestras cuentas, han generado un déficit estructural cerca de un 5% del PIB. Muy lejos del compromiso adquirido por Pedro Sánchez con la UE, de alcanzar en 2025 la senda de estabilidad por debajo del 3%.

Los expertos consultados por elEconomista.es hablan de un agujero para las arcas del Estado, de entre 50.000 y 66.529 millones de euros -según datos del FMI, el segundo más alto de las grandes economías europeas para 2025, después de Francia-. Agujero que acarrea insostenibilidad de la financiación del Estado, subida de la prima de riesgo, mayor vulnerabilidad de la deuda, debilitamiento de nuestros servicios y, rebaja de la calificación crediticia y mayor dependencia del Banco Central de Europa.

A España le resultará prácticamente imposible lograr un déficit por debajo del 3% en 2025

La gravedad de esta subida, -que ha pasado de un déficit estructural de 2,5%, en 2018, a uno de casi 5% en 2022-, no solo afectará al próximo ejercicio presupuestario. Las malas previsiones se extienden a años venideros, por encima del 2027 -como estima el Fondo Monetario Internacional-. Y eso quiere decir que a España le resultará prácticamente imposible lograr un déficit por debajo del 3%, como ordena la senda impulsada por la Comisión Europea, hoy bloqueada por la cláusula de salvaguarda, fundamentalmente porque España y Portugal no han recuperado todavía el PIB prepandemia. 

Ante esta situación -coligen los expertos-, no cabe que un plan de reequilibrio a medio plazo y entretanto recortar el gasto improductivo para recuperar confianza en los mercados, crecimiento y empleo.

El incremento de impuestos no funciona

Para Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, el déficit estructural se mueve en estos momentos entre 48.000 y 50.000 millones . "Y lo más importante de esa enorme diferencia entre ingresos y gastos, crezcas o no crezcas, es que genera un problema a largo plazo de insostenibilidad de las cuentas públicas. El gran problema de la consolidación fiscal, vía ingresos -añade-, es que estás considerando que los gastos estructurales consolidados y anuales, no cambian en un entorno en el que los ingresos, por definición son cíclicos y sujetos a los vaivenes, y no solamente tiene en cuenta el PIB, sino también factores monetarios y de coyuntura sectorial".

Para Salvador Marín, director del Servicio de Estudios del Consejo General de Economistas, la cuestión de fondo es que "no se dedica tiempo y atención suficiente a atacar con rigor la disminución del denominado gasto público no productivo, al tiempo que se fía todo al otro lado de la ecuación (subida de tributos). Pero -señala- ésta no es infinita, al tiempo de no ser eficaz (pues trae salida de capitales, cierres y empresas)". 

Ejercicio de populismo inédito en la UE

Lorenzo Bernaldo de Quirós, presidente y socio de la consultora Freemarket describe que, "en estos momentos, el déficit estructural supone entre un 4 y un 5% del PIB. Y eso significa que será imposible reducirlo cuando se reactive el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, sin acometer un recorte o reforma de las partidas estructurales del gasto".  

"El PGE 2023 -mantiene- es la última traca de la orgía de gasto realizada por este gobierno desde su llegada al poder. Un ejercicio de populismo presupuestario y fiscal inédito en Europa occidental desde el final de la IIGM".  Así, "con un déficit estructural tan elevado y sin un plan creíble de consolidación presupuestaria y en medio de una crisis económica -expone-, el riesgo de una crisis de deuda es muy alto".

"El gasto por intereses se va a disparar un 25% en 2024. Y eso hace de España un país vulnerable ante cualquier tipo de perturbación financiera"

Advierte el economista Daniel Rodríguez Asensio que, además, "el gasto por intereses se va a disparar un 25% en 2024. Y eso hace de España un país vulnerable ante cualquier tipo de perturbación financiera. Inglaterra, Finlandia y Estados Unidos ya dice que, 'cuidado con la liquidez'. Así pues, un déficit estructural del 4% nos hace extraordinariamente vulnerables, porque un día u otro podemos salir de los mercados financieros, y eso nos hace muy dependientes del BCE y de Europa. Si Europa cierra el grifo -señala-, inmediatamente España entra en suspensión de pagos".

Para José María Rotellar, profesor de Economía de la Universidad Francisco de Vitoria, este Gobierno ha incrementado el gasto "como nunca antes había sucedido. De hecho, desde los decretos de los viernes previos a las elecciones de abril de 2019, no ha dejado de aumentarlo".

Es tal el incremento -valora-, "que pese a la recaudación extraordinaria derivada de la inflación, el déficit apenas baja y, es más, las previsiones es que aumente en 2023 y 2024, quedándose muy lejos para 2025 del 3% que marca el pacto de estabilidad".

De esta manera, "dejará una situación económica horrorosa, basada en gasto, déficit, deuda, impuestos e inflación". En definitiva, "una losa enorme para recuperar la actividad económica y el empleo", manifiesta.

Una losa, que el economista Javier Santacruz prevé, puede dejar "el déficit estructural de España enquistado, y por encima de los 60.000 millones de euros". 

90.000 millones de ingresos

Gregorio Izquierdo, director del Instituto de Estudios Económicos, describe así el momento:  "En el año 2022, el déficit estructural va a estar en el orden del 4%. Y es muy preocupante porque hemos perdido tiempo para su corrección. Y eso a pesar de que en los últimos 4 años hemos recaudado 90.000 millones más en ingresos". 

"Crecemos menos que antes, y además con déficit e inflación"

Sin embargo -puntualiza-, "tenemos más inflación y medidas fiscales máximas históricas; sin olvidar que, entre 2021 y 2023 habremos consolidado 120.000 millones en gasto público de carácter estructural".

En resumen -apostilla-, "crecemos menos que antes, y además con déficit e inflación, más endeudados y con más impuestos".

Desde la Universidad de Alcalá de Henares, la profesora titular de Hacienda Pública, María Crespo, pone el acento en otra curiosidad, y es que, paradójicamente, "tenemos un déficit estructural y unas medidas fiscales que hoy  benefician a quienes viven temporalmente en España".

El peligro de las de los fondos

El economista Santiago Sánchez López remarca otra dificultad añadida, y es que muchas de las inversiones que se están realizando -a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia-, acabaran generando más déficit público estructural, especialmente en el ámbito de las comunidades autónomas, a las que el Gobierno está haciendo incurrir en gastos estructurales para los que no se ha previsto financiación en los próximos años.

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