Economía

La liraización, o por qué Turquía sigue bajando los tipos pese a sufrir una inflación del 80%

Foto: Alamy

Los bancos centrales han sido los grandes protagonistas económicos de la semana. La Reserva Federal de EEUU anunciaba el miércoles una subida de 75 puntos básicos en los tipos de interés, lo que esperaba la mayoría del mercado, aunque su presidente, Jerome Powell, metía el miedo en el cuerpo de los inversores endureciendo su hoja de ruta. Unas horas después, Suiza imitaba al banco central estadounidense y dejaba atrás las tasas negativas, mientras Inglaterra limitaba a 50 puntos básicos su incremento. En los tres casos, la cifra de inflación -el gran enemigo a combatir- no llega a doble dígito. Pero Turquía insiste a navegar a contracorriente.

El banco central turco anunciaba el jueves una bajada de los tipos de interés de 100 puntos básicos hasta un 12%. Pero la relajación de la política monetaria se produce cuando el dato de inflación más reciente, del mes de agosto, se sitúa en el 80,2%, su nivel más alto en lo que va de siglo y su 15º incremento mensual consecutivo. De hecho, en los últimos dos años el país solo ha registrado un mes en el que la inflación haya disminuido.

Como se aprecia en el gráfico, el banco central turco bajó los tipos durante los primeros meses de la pandemia, pero se aumentaron en el otoño e invierno de 2020 y se estabilizaron durante la primavera de 2021. Pero precisamente cuando la inflación rozaba ya el 20%, el banco empezó a disminuir los tipos de interés.

En el comunicado anunciando la bajada de tipos, el banco central admite que "los efectos debilitantes de los riesgos geopolíticos en la actividad económica mundial", y que sus homólogos de las economías avanzadas subrayan que "el auge en la inflación puede durar más de lo previamente anticipado por el incremento del precio de la energía, desequilibrios entre oferta y demanda y rigidez en los mercados laborales". Entonces, ¿por qué Turquía toma la dirección opuesta?

La entidad dirigida por Sahap Kavcioglu apunta a un "fuerte crecimiento" en el primer semestre que se ha ralentizado en los últimos meses por la caída de la demanda externa. "Es importante que las condiciones financieras sigan apoyando para preservar el impulso del crecimiento en la producción industrial y la tendencia positiva en el empleo en un periodo de creciente incertidumbre sobre el crecimiento global y el aumento del riesgo geopolítico", justifican.

"El CBRT (banco central turco) continuará usando con determinación todos los instrumentos disponibles en el marco de la estrategia de liraización hasta que los indicadores sólidos apunten a una caída permanente de la inflación y se logre el objetivo a medio plazo del 5% en pos del objetivo principal de la estabilidad de precios", indican al tiempo que el dato oficial de agosto registra un 80,21% de inflación interanual.

Liraización

El gobernador Kavcioglu alababa a mediados de este mes los buenos resultados que está dando la estrategia de liraización. El presidente del banco central explicaba que la "alta dolarización aumenta la sensibilidad de la economía a los shocks internos y externos y lleva a la formación de precios en los tipos de cambio que se desmarcan de los fundamentales económicos". Esta alta dolarización y el alto nivel de déficit de cuenta corriente "reducen la efectividad de la política monetaria", por lo que el objetivo marcado desde hace meses por el CBRT es revertir esa situación, aunque esté siendo en la actualidad a costa de una desmesurada tasa de inflación.

La realidad es que la lira turca lleva años atravesando una caída constante de su valor. En lo que va de año, se ha devaluado un 27% frente al dólar, y en el último lustro el retroceso ha sido del 80%. Tras la decisión de esta semana del CBRT, la divisa turca ha reeditado mínimos en su cruce frente al billete verde.

Los expertos señalan al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, como el gran responsable de esta tendencia contraintuitiva de bajar tipos mientras suben los precios, poniendo el foco en las elecciones que se celebrarán en el país el próximo año. El mandatario, que lleva como presidente de la República desde 2014 y ejerció como primer ministro durante más de una década, ha afirmado esta semana que "la inflación no es una amenaza insuperable".

Mientras tanto, en los últimos meses el déficit comercial y de cuenta corriente del país se ha disparado y sus reservas de divisas son bajas.

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