la Cumbre mundial de la OTAN en Madrid, los días 28 y 29 de julio, y ante la eminente votación en el Congreso de los Diputados esta semana del techo de gasto o gasto no financiero, el Gobierno de Pedro Sánchez se ve ahora en la necesidad de matizar los compromisos alcanzados en esa cita, y que pasaban por incrementar la partida al 2% del PIB, antes de 2030. Es decir, unos 1.200 millones de euros al año, como ya calculó eE.
La razón de este cambio de concepto no es otra que la fuerte oposición que Unidas Podemos muestra por destinar más dinero a ese cometido, y por tanto, de poner piedras en el camino del techo de gasto, que es el paso previo a los Presupuestos Generales del Estado. De ahí que el Ejecutivo socialista quiera contentar a Yolanda Díaz y a los ministros podemitas, moviendo la partida de un lado a otro.
Así pues, y ante la oposición de Unidas Podemos, el Gobierno dejará fuera del capítulo de gasto corriente el compromiso con la Alianza Atlántica. Y en todo caso, lo incluirá en el capítulo de Inversiones, pero ya dentro de las Cuentas Públicas del próximo año, cuyo anteproyecto está previsto que llegue al Consejo de Ministros en el primer martes de octubre.
El cambio de concepto no es baladí. Unidas Podemos solo apoyará partidas para aumentar el sueldo de los militares, pero en ningún caso para mejora de material. La cuestión de fondo es que al pasar de gasto corriente al capítulo VI de inversiones, la discrecionalidad del compromiso del presidente del Gobierno, hace que pierda solidez, porque las inversiones se pueden desarrollar sí o no en el ejercicio presupuestario.
Claro que, también hay expertos economistas que entienden que este cambio puede deberse a que, desde hace tiempo, Bruselas quiere que en los pactos de estabilidad se excluyan partidas que computan déficit y directamente se sustancien en inversiones estratégicas.
No obstante, cabe recordar, que fue Pedro Sánchez quien, en la Cumbre de la OTAN en Madrid anunció el compromiso ante la Organización Atlántica de subir el gasto de España en Defensa del actual 1,3% del PIB, al 2%.
Entonces, en su argumentación esgrimió la necesidad de garantizar y reforzar la seguridad en Europa, asumiendo que "debemos protegerla y dedicar recursos económicos", dado el actual escenario geopolítico y la invasión de Rusia sobre Ucrania.
Pero su socio en el Gobierno no comparte esta postura. Y precisamente esta semana pasada lo hacía manifiesto absteniéndose en el Parlamento a la incorporación de Suecia y Finlandia en la OTAN.
Moncloa confía en que el incremento del gasto en Defensa no suponga un escollo
No en vano, el ala socialista del Gobierno confía en que el incremento del gasto en Defensa previsto para los próximos Presupuestos Generales no suponga un escollo para lograr un acuerdo con su socio de coalición, al tiempo que Unidas Podemos alega que buena parte de este incremento quedará fuera del techo de gasto y por tanto no compite con el gasto social.
Para Unidas Podemos, este aumento podría hacerse "a medio plazo" o destinando inversión para subir el salario de las tropas (que es una propuesta de Podemos) en lugar que "gastarlo en empresas armamentísticas americanas". Con todo, en la parte socialista del Ejecutivo señalan que para su socio de coalición lo más importante es que el gasto en Defensa no colisione con el gasto social y por tanto confían en que esta fórmula sea satisfactoria y les permita un acuerdo.
Examen presupuestario
Las fuentes consultadas descartan sacar adelante este capítulo de los PGE con el apoyo del PP, en caso de no llegar a un acuerdo en el seno del Gobierno, a pesar de que los populares a priori están a favor de subir el gasto en Defensa. En este sentido, piensan que si el PP "huele sangre", al ver discrepancias internas, aprovechará para tumbar los PGE.
La línea roja de la Ley de Vivienda sigue ahí
Lo cierto es que, de cara a los Presupuestos, Unidas Podemos ya ha expresado su queja de que las negociaciones están atascadas, y de que la línea roja de la Ley de Vivienda sigue ahí.
Entretanto, los socialistas quieren que Unidas Podemos aparquen la larga lista de enmiendas que están frenando el trámite de la Ley de Vivienda, pero éstos entienden que la misma es un instrumento de presión, y de ahí que no descuelguen de sus reivindicaciones la congelación de alquileres, demanda prioritaria.
Por otra parte, aunque ya dentro del definitivo plan de contingencia que ha de presentar el Gobierno en breve ante el Congreso de los Diputados -y que bien puede coincidir con el periodo de negociación de los Presupuestos de 2023-, la formación morada insiste en sacar adelante el tope de la subida de las hipotecas variables.
Claves no financieras
Sin reglas fiscales. El pasado mes de julio, el Gobierno aprobó en Consejo de Ministros el techo de gasto, o más bien tasas de referencia, que un año más se escapan de las reglas fiscales, debido a que la cláusula de salvaguarda de la UE se mantiene. En esta ocasión, la cuantía se eleva a 198.221 millones, un 1,1% más que en 2022.
Next Generation. La partida del gasto no financiero incluye además 25.156 millones de euros de los Fondos Next Generation.
Por subsectores. Con la flexibilidad dada por Bruselas, las CCAA podrán llegar a un déficit del 0,3%; la Administración General al 3,2% del PIB; las entidades locales al 0,2% y, la Seguridad Social al 0,5%, con una partida de 19.888 millones de euros.