Economía

La cumbre de Madrid: un avance para la OTAN y un reto para la UE

  • A partir de ahora, más europeos que nunca confían su seguridad a Washington
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¿Una OTAN más europea o una Europa 'otanizada'? Esta semana no hemos dejado de escuchar que la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebrada en Madrid ha sido "histórica", y no solo para la Alianza, sino también para la Unión Europea. Hasta el día de hoy, son 21 los países de la Unión Europea que son a su vez aliados, pero pronto serán 23, con lo que sólo austríacos, irlandeses, malteses y chipriotas estarán fuera del paraguas aliado. Este es uno de los resultados más tangibles de la esperada cumbre de Madrid, pero algunos más que otros notarán el mayor despliegue de tropas norteamericanas en el viejo continente.

El presidente norteamericano, Joe Biden, anunció así pues, con la cumbre de Madrid, que la Unión Europea ha renovado también su dependencia de Estados Unidos en el ámbito militar y defensivo. "El antes y el después de la cumbre de Madrid es sobre todo para la OTAN, no para la UE", reflexiona la investigadora del Barcelona Centro Internacional de Estudios y Observación de Barcelona (CIDOB) Carme Colomina, Como recuerda esta experta en asuntos europeos, según lo anunciado en la capital española, empieza ahora el mayor refuerzo militar de los Estados Unidos en Europa desde hace más de 30 años.

Así pues, es difícil negar que quién sale claramente reforzada de esta cumbre es la OTAN, que ha conseguido atraer dos países tradicionalmente neutrales que no se sienten suficientemente protegidos con el artículo 42.7 del Tratado de la Unión Europea, la llamada cláusula de asistencia mutua por la cual si un Estado Miembro es víctima de agresión armada en su territorio, el resto tiene la obligación de asistir.

La Europa de la Defensa

Justo en los últimos meses bajo el liderazgo del presidente francés Emmanuel Macron en la presidencia rotatoria de la UE, se había fijado la voluntad política de avanzar en la llamada Europa de la Defensa. De la cumbre de Versailles del pasado marzo, salió el compromiso de aumentar "sustancialmente" el gasto en Defensa. Al principio de la invasión rusa de Ucrania, fueron destacados los discursos del Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, intentando despertar conciencias sobre las debilidades estratégicas de la UE y la necesidad de ponerse las pilas para ser autosuficientes y dejar de depender de unos Estados Unidos que después de Donald Trump dejaron de ser un hermano mayor incondicional.

Son de la época de Donald Trump las famosas declaraciones de Macron que proclamaron la "muerte cerebral" de la OTAN. Aunque todo indica que con Biden la UE vuelve a subordinar su seguridad más inmediata a la protección de Estados Unidos y que la Europa de la Defensa salida de la Declaración de Versailles puede perder momentum en favor de la Alianza. La experta del CIDOB, sin embargo, cree que ambos compromisos pueden ser compatibles a pesar de presentar riesgos: "Mientras Europa refuerza su vínculo transatlántico también pretende desplegar una política de autonomía estratégica propia que va más allá del plano militar, esto siempre ha provocado recelos en el seno de la OTAN".

Según Colomina, a diferencia de anteriormente, el grado de coordinación política y de cooperación militar entre los socios europeos también se ha fortalecido, aunque es cierto que ante la guerra en Ucrania, Europa empieza a mostrar señales de desunión, por ejemplo con el bloqueo húngaro al sexto paquete de sanciones y que el rearme y el aumento de gasto también se tienen que adaptar a historia y tradición nacional europea para que pase de ser una declaración política a una realidad. Y esta desunión, que también se ha visto en la OTAN con el veto de Turquía a la entrada de Finlandia y Suecia, es el punto débil que Putin intenta explotar.

Hanna Ojanen, la directora de investigación de la Facultad de Administración y Empresa de la Universidad de Tampere en Finlandia anticipaba en un análisis para Carnegie Europe, que la cumbre de Madrid pondría énfasis justamente en la protección de las normas del orden internacional, el multilateralismo y el estado de derecho: "Aquí es dónde la OTAN necesita la UE y dónde ambos necesitan hablar con una sola voz, para su propia credibilidad y para la seguridad del continente", añadió la investigadora finlandesa.

Cooperación o rivalidad

A su vez, Ojanen admitía que si bien ha habido un mayor espacio para la cooperación entre la UE y la OTAN recientemente, también ha habido (y todavía hay) "rivalidad" entre ambas, por ejemplo en la creación de fuerzas de reacción rápida para la gestión de crisis. Los Veintisiete socios europeos dieron luz verde recientemente a la creación de una fuerza rápida de respuesta con unos 5.000 efectivos para reaccionar en caso de emergencias.

Pero está claro que esta incipiente militarización de Europa no ha sido suficiente para que Suecia y Finlandia se sientan seguras fuera de la OTAN ahora que Rusia vuelve a a ser considerada la principal amenaza estratégica para el continente, es Europa pues quien se "otaniza" en palabras del mismo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y refuerza la Alianza con su promesa de invertir más en armas, larga reclamación pronunciada desde la Casa Blanca, no solo por Trump, sino por el mismo Barack Obama.

Con todo, pues, mientras queda claro que la Alianza Transatlántica ha podido resucitar de su "muerte cerebral", reforzarse y fijar un nuevo rumbo estratégico, la Unión Europea se enfrenta al reto de conseguir mantener viva la Europa de la Defensa y compaginar sus aspiraciones de autonomía estratégica y defensiva con una mayor presencia de las tropas norteamericanas en su terreno. La Unión tiene el reto ahora de impedir que sea la Europa de la Defensa quien entre en muerte cerebral.

Los aliados firman mañana la adhesión de Finlandia y Suecia

Los aliados de la OTAN firmarán este martes el protocolo de adhesión de Finlandia y Suecia en Bruselas, tal como se confirmó en la cumbre de la semana pasada en Madrid. La firma será en el marco del Consejo del Atlántico Norte y será en paralelo a las negociaciones de adhesión, que previsiblemente no presentarán mayor dificultad.

Este protocolo es el documento que después se envía a las treinta capitales para su ratificación en los distintos parlamentos nacionales. Este es el proceso que se prevé más largo, dado que los procesos parlamentarios son distintos en cada país, en muchos casos con una votación requerida. Esto hace prever que la adhesión definitiva de los dos nórdicos no se espere hasta como muy pronto finales del 2022 o principios de 2023.

Por eso tanto Helsinki como Estocolmo han pedido garantías de seguridad durante el proceso, pues no descartan represalias de Rusia. Después, los documentos serán trasladados a Washington, donde quedarán bajo custodia del gobierno norteamericano.

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