
La inflación está obligando a muchos hogares de EEUU a endeudarse para poder afrontar sus efectos. En general, la deuda total de los estadounidenses aumentó un 2% entre el primer y el segundo trimestre del año, hasta los 16,15 billones de dólares, mientras que el déficit de las tarjetas de crédito creció un 5,5%. En lo que va de año, esa deuda se ha incrementado un 13%, lo que supone la mayor subida de los últimos 20 años.
De continuar la actual escalada de precios y materializarse la recesión económica a la que se acerca el país, los hogares estadounidenses pueden tener serios problemas para hacer frente al pago de su deuda. Sobre todo teniendo en cuenta que la Reserva Federal de EEUU (Fed) podría subir el coste de los préstamos -actualmente entre el 2,25 y el 2,5%- otros 75 puntos a finales de septiembre.
El incremento de la deuda de los hogares de EEUU proviene principalmente de préstamos hipotecarios, estudiantiles, los destinados a comprar un automóvil y el pago con tarjetas de crédito. Entre abril y junio de 2022, los hogares estadounidenses cargaron 46.000 millones de dólares más en sus tarjetas de crédito que en los tres meses anteriores. Además, los límites de las cuentas asociadas a dicho medio de pago aumentaron en 100.000 millones de dólares hasta situarse en 4,22 billones, el mayor aumento en más de una década.
En cuanto a las hipotecas, se firmaron 758.000 millones de dólares y el volumen de nuevos préstamos fue de 199.000 millones de dólares. Por otro lado, los préstamos estudiantiles se mantuvieron prácticamente sin cambios respecto al primer trimestre, situándose en 1,59 billones de dólares, según el informe de la New York Fed presentado esta semana.
En lo que se refiere a las tasas de morosidad, el importe de la deuda de las tarjetas de crédito con un retraso de 90 días aumentaron en un año un 0,31%, hasta el 3,35%. Por su parte, los retrasos en el pago de los préstamos para automóviles pasaron del 1,61% al 1,81%.
A pesar de que, en general, las tasas de morosidad han aumentado "modestamente para todos los tipos de deuda" -entre los prestatarios de alto riesgo y de bajos ingresos se acercan a los niveles prepandémicos-, la entidad sostiene que dicho importe sigue siendo "históricamente bajo".