
Junts per Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya vuelven a chocar en el mando de la Generalitat. Si normalmente el enfrentamiento entre socios de Gobierno se produce por motivos soberanistas, la razón del desencuentro fue esta vez la eliminación de los impuestos de Patrimonio y Sucesiones. El consejero de Economía, Jaume Giró, defiende la supresión de dos tasas inexistentes en Madrid tras escuchar repetidamente como los empresarios justifican la fuga de inversiones a la capital por la política tributaria del Ejecutivo que lidera Isabel Díaz Ayuso (PP).
El congreso de Junts de la pasada semana aprobó pedir la eliminación de Sucesiones y analizar la supresión de Patrimonio. El documento salió adelante con un apoyo superior al 90%, por lo que recoge el sentir de la formación de pleno. Además, el partido independentista propuso rebajar el tipo máximo del IRPF del 50% al 45%, recortar el tipo de sociedades al 20% para aquellas empresas que destinen hasta el 50% de los beneficios a reservas.
En definitiva: una rebaja fiscal completa ante la política de otras regiones como es el caso de Madrid. La Comunidad bonifica al 99% el impuesto de Sucesiones a familiares de primer grado y al 100% el tributo de Patrimonio. "Las tecnológicas tienen a los ingenieros en Barcelona, pero los principales directivos con grandes patrimonio están en Madrid", explicaba un dirigente de un gran banco a elEconomista.es hace unas semanas.
Los empresarios catalanes piden desde hace meses eliminar el impuesto de Patrimonio y revisar el de Sucesiones
La diferencia en el caso de las Sucesiones también es clara, especialmente para las herencias superiores a 100.000 euros -hasta entonces están bonificadas-. Las diferencias se agudizan especialmente para las rentas altas. Un soltero que percibiese bienes por valor de 800.000 euros pagaría 1.580 euros en Madrid y 9.780 euros en Cataluña.
Junts se alinea así con los empresarios del territorio. La patronal Foment del Treball pide desde hace meses la supresión de estos tributos, que considera "confiscatorios" y no dudó en calificar la política fiscal catalana de "asfixiante". Más en un contexto de dificultad económica como el actual, en el que la autonomía mantiene hasta 15 impuestos propios.
Los socios de la organización catalana ya pidieron al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, su apoyo para eliminar Patrimonio en una visita reciente. Según los datos del Ministerio de Hacienda, en Cataluña se recaudan 554 millones de los 1.154 millones que consigue esta tasa.
Junts no tiene aliados en el 'Parlament'
El problema para Giró es que, a día de hoy, no cuenta con aliados para llevar a cabo la rebaja fiscal. Durante la última sesión de control en el pleno del Parlament, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, aseguró que no tocará ninguna de las dos tasas para la negociación de las cuentas públicas de 2023. "Los impuestos redistributivos hay que preservarlos, sobre todo en momentos de crisis económica como la actual", señaló el dirigente de ERC.
En 2011, Artur Mas ya intentó eliminar el impuesto de Sucesiones, pero se tuvo que volver a poner para incrementar la recaudación. Entre ambos tributos, la autonomía recauda 1.400 millones de euros al año.
"Estaremos de acuerdo en todo lo que sea redistribuir, pero no en lo que sea para los que más tienen tengan más", apostilló. El president dejó clara la posición de la formación soberanista.
Admitió eso sí que no tiene margen para ampliar la presión fiscal. ERC debe contentar también los deseos de En Comú Podem, que se ofreció a negociar los presupuestos de 2023 si se mantienen tanto Patrimonio como Sucesiones. Ambos partidos fueron la muleta de Giró para aprobar las últimas cuentas.