
"No podemos afrontar la crisis energética con más medidas universales y permanentes". Así de claro ha sido el comisario de Economía Paolo Gentiloni a su llegada al Eurogupo, reunido para abordar el enfoque de los próximos presupuestos, con toda la preocupación centrada en la inflación desbocada. Hay consenso que la crisis derivada de la guerra en Ucrania no puede resolverse con la misma receta aplicada durante la pandemia, pues la situación macroeconómica no deja de deteriorarse. Es hora de ir cerrando la barra libre de ayudas para empezar a limitar el gasto.
Este enfoque, aunque con todos los matices posibles para recoger todas las sensibilidades, es compartido por el conjunto del Eurogrupo. En un comunicado, los Diecinueve llaman a la "prudencia fiscal" en 2023 para preservar la "sostenibilidad de la deuda" y constatan que esta crisis no puede abordarse indefinidamente con ayudas públicas.
"Reconocemos que el efecto negativo sobre los ingresos debido a los altos precios de la energía no puede abordarse de manera duradera a través de medidas fiscales compensatorias, sino que requerirá inversiones a medio plazo en eficiencia energética y el desarrollo de fuentes de energía locales ambientalmente sostenibles", relata el texto.
No es únicamente que la naturaleza de esta crisis sea distinta, sino que los ministros de Finanzas de la Eurozona vislumbran una tormenta peor de lo esperado. Como ha avanzado el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, la Comisión recortará sus previsiones de crecimiento económico para Europa en su actualización este jueves y, a su vez, revisará todavía al alza las de inflación.
En este duro contexto, el norte europeo empieza a estar preocupado por la estabilidad de la Eurozona y la elevada deuda que cargan a sus espaldas en especial los países del sur. Por eso, a lo largo de las últimas semanas, estados como Austria, Alemania o Países Bajos han llamado abiertamente a empezar a limitar el gasto y centrar las ayudas únicamente a los más vulnerables.
"Tenemos que ser justos y transparentes, con lo que es posible para nuestros ciudadanos y empresas, pero también con lo que no. No podemos continuar compensando a todos, pero tenemos que tener en mente a los que más lo necesitan", ha dicho la ministra holandesa Sigrid Kaag.
Incluso la vicepresidenta española Nadia Calviño lo ha secundado: "Frente a las bajadas de impuestos, es necesario tomar medidas que se adapten en apoyo a los más afectados".
Más riesgo de corte de suministro total
Ni siquiera las medidas que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, les ha detallado este lunes son suficientes para que Bruselas no admita ahora que para 2023 la inflación será más alta de lo esperado y la economía crecerá menos de lo deseado. ¿Habrá recesión? En la capital belga se resisten a pronosticarla, pero Gentiloni ha admitido que en caso de un corte de suministro absoluto de gas, ahora más probable que nunca, la recesión sería inevitable.
Por eso, además, los Veintisiete gobiernos de la UE y también la misma Comisión Europea están preparando planes de contingencia, que el ejecutivo comunitario presentará previsiblemente la próxima semana. Y ante el aumento descontrolado de los precios de la energía, el Eurogrupo también avisa que "en principio" es preferible tomar medidas relacionadas con los ingresos que con los precios.