Las recesiones, como las familias infelices, son todas diferentes. Y la próxima -que los economistas ven cada vez más posible que suceda a finales de 2023- probablemente lo confirme. Una recesión en EEUU puede ser más moderada en su profundidad, pero en este caso podría ser más prolongada de lo normal.
Muchos observadores esperan que cualquier declive sea mucho menos desgarrador que la Gran Crisis Financiera de 2007-09 y las 'mini recesiones' encadenadas de la década de 1980, cuando la inflación tocó por última vez los disparados niveles actuales. La economía simplemente no está tan fuera de control como en aquellos momentos anteriores.
Pero aunque la recesión puede ser moderada, podría terminar durando más que las breves contracciones de ocho meses de 1990-91 y 2001. La culpa es muy clara: la inflación elevada puede impedir que la Reserva Federal tome las mismas medidas urgentes para reanimar la economía que entonces.
"La buena noticia es que hay un límite en lo grave que será", dijo Robert Dent, economista sénior estadounidense de Nomura Securities. "La mala noticia es que se prolongará". El exanalista de la Fed de Nueva York prevé una contracción de aproximadamente un 2% que comience a finales del cuarto trimestre y dure hasta el próximo año.
Pero, independientemente de su dureza, una cosa parece segura: la caída causará mucho daño. En la docena de recesiones desde la Segunda Guerra Mundial, en promedio la economía se contrajo un 2,5%, el desempleo aumentó alrededor de 3,8 puntos y las ganancias empresariales cayeron un 15%. La duración promedio fue de 10 meses.
Incluso la recesión más leve de todas las vividas en los últimos 75 años dejaría sin empleo a cientos de miles de estadounidenses. "Esta sería la sexta o séptima recesión, creo, desde que comencé en este sector", dijo el gestor veterano de capital privado Scott Sperling. "Cada una de ellas es diferente, pero todas son igualmente dolorosas".
Todas las miradas, en la Fed
Los signos de debilidad económica se están multiplicando. El economista jefe estadounidense de JPMorgan Chase, Michael Feroli, respondió a los últimos datos recortando sus pronósticos de crecimiento para mediados de año hasta un nivel "peligrosamente cerca de una recesión".
La profundidad y la duración de la recesión estarán determinadas en gran medida por la persistencia de la inflación y por el daño que la Fed esté dispuesta a infligir a la economía para reducirla a niveles que considere aceptables.
Al asesor económico jefe de Allianz, Mohamed El-Erian, le preocupa un escenario intermitente similar al de la década de 1970, en el que la Fed relaje prematuramente la política monetaria en respuesta a la debilidad económica antes de que haya erradicado la inflación por completo, sembrando las semillas de otra crisis futura, probablemente aún mayor y con más desigualdad. El año pasado, El-Erian ya lideró el grupo de economistas que advertían de que la Fed estaba cometiendo un gran error al minimizar la amenaza inflacionaria.