
El BCE ha incluido, en el comunicado sobre tipos de interés, la revisión de las nuevas proyecciones económicas que incluye una previsión de la inflación para este año al 6,8%. Los economistas de la institución ha revisado a la baja el crecimiento previsto. En concreto, espera que el PIB de la zona euro llegue al 2,8%, frente al 3,7% estimado en las perspectivas del pasado mes de marzo. También recorta el PIB previsto de 2023 en siete décimas al 2,1%.
Las nuevas proyecciones económicas del BCE suponen confirmar lo que era su peor pesadilla hace tres meses. En marzo, además, de la previsión oficial contemplaba tres escenarios, uno de ellos, el severo, incluía una tasa de inflación para 2022 del 7,1%. Hoy, en un hecho poco habitual al incluir los datos en el comunicado de decisión de tipos, ha anunciado que la nueva estimación prevé que la inflación alcance el 6,8%, muy por encima del 5,1% estimado en marzo y muy cerca del peor escenario que anticipaban los economistas del banco central.
Y prevén que disminuya al 3,5% en 2023 y al 2,1% en 2024, muy por encima de los datos presentados en marzo. "La inflación general al final del horizonte de proyección se sitúe ligeramente por encima del objetivo del Consejo de Gobierno", reconoce el propio banco central. El último dato de inflación en la zona euro escaló hasta el 8,1% en mayo.
Para la inflación subyacente, excluidos la energía y los alimentos, prevé que se sitúe en un promedio del 3,3% en 2022, del 2,8% en 2023 y del 2,3% en 2024, niveles también más elevados que los de las proyecciones de marzo. De esta manera, el BCE apoya con los datos de inflación la escalada de tipos prevista para julio y septiembre. Lagarde ha reconocido que la inflación "permanecerá indeseablemente elevada durante algún tiempo".
Durante la rueda de prensa, tras el comunicado, Lagarde ha enfatizado que la inflación "es el principal reto para nosotros y nos aseguraremos de que vuelva a objetivo a medio plazo", pero ha advertido que los salarios están empezando a crecer. Para el BCE es uno de los mayores temores, ya que significa que la espiral inflacionista y los efectos de segunda ronda se han puesto en funcionamiento.
Además, el BCE ha recortado sus previsiones de crecimiento para los próximos años. En concreto, el organismo rebaja el PIB de 2022 en nueve décimas hasta el 2,8%. Para 2023, el recorte es de siete décimas al 2,1%. Y para 2024, mejora cinco décimas al 2,1%. "La agresión injustificada de Rusia hacia Ucrania continúa pesando sobre la economía, está interrumpiendo el comercio, provocando escasez de materiales y contribuyendo al aumento de los precios de la energía y las materias primas", ha justificado el BCE. Y ha añadido que "estos factores seguirán pesando sobre la confianza y frenando el crecimiento, especialmente a corto plazo".
El organismo ha puesto el acento a más largo plazo y ha indicado que "una vez que los vientos en contra actuales disminuyan, se espera que la actividad económica se recupere nuevamente".
La presidenta, Christine Lagarde, ha dicho, en posterior rueda de pensa, que "hay condiciones para que la economía siga creciendo teniendo en cuenta la actual reapertura de la economía, la fortaleza del mercado de trabajo, el apoyo fiscal y el ahorro acumulado durante la pandemia".