
El Comisario de Economía de la Unión Europea (UE), Paolo Gentiloni, hizo pública su intención de presentar después del verano la reforma del Pacto de Estabilidad. Conscientes del actual escenario inflacionario y los efectos de la guerra de Ucrania en las economías europeas, el organismo está debatiendo cómo flexibilizar las normas sobre déficit y deuda pública.
A finales de mayo, el Ejecutivo comunitario decidió prorrogar hasta 2023 la suspensión de dicha normativa que, entre otras cosas, establece un límite máximo del 60% para la relación entre la deuda pública y el PIB de cada Estado miembro. La idea es que este margen de maniobra permita a los países de la Unión Europea reducir su deuda de la manera "más gradual, más creíble y menos peligrosa para el crecimiento", según señala Gentiloni y recoge Reuters.
Para lograrlo, es probable que sea necesario que cada país presente un plan para frenar su propia deuda pública, que luego se negociaría con la Comisión. Una vez alcanzado un acuerdo, el Consejo de la UE le pondría su sello y saldría adelante. Este planteamiento permitiría que los planes y sus objetivos sean diferentes y se adapten a la situación de cada país.
Las ayudas estatales y los programas de inversión para hacer frente al impacto económico de la pandemia han disparado los niveles de deuda de muchos Estados miembro muy por encima del límite del 60% establecido en el Pacto de Estabilidad. Además, el objetivo medio de deuda en relación con el PIB de la eurozona se sitúa a día de hoy en el 97,5%.
En el caso de España, la deuda pública se situó al cierre de 2021 en el 118,4% del PIB, el equivalente a 1,6 puntos menos con respecto al dato de 2020 (120%) y más de un punto por debajo del objetivo marcado por el Gobierno (119,5%), según publicó a finales de marzo la Agencia EFE.