Aunque a menudo se piensa en el cobro de una pensión como un acto que imposibilita el desarrollo de un trabajo por el que se cobre un salario, es algo la Seguridad Social puede conceder sin problemas siempre y cuando el pensionista cumpla con una serie de condiciones, incluso en el caso de cobro de una pensión tan particular como es la de incapacidad permanente.
Así, se puede cobrar una pensión de incapacidad permanente a la vez que se realiza un trabajo por el que se cobra un sueldo mensual. La clave está en respetar las compatibilidades derivadas de la propia pensión, que dependerán del grado de la misma.
Tal y como explica el bufete especializado Campmany Abogados en su página web, "un empleo será compatible con una pensión de incapacidad permanente si no entra en conflicto con las limitaciones que generaron la incapacidad". O, mirado desde el otro punto de vista, el trabajo será incompatible con el cobro de la pensión "cuando padezcamos una enfermedad o lesión invalidante que no nos permita desarrollar el cometido de esa actividad laboral".
La Ley General de la Seguridad Social explica en su artículo 198 las compatibilidades en el cobro de las pensiones de incapacidad permanente, detalladas por el grado de dicha incapacidad:
-Las pensiones de incapacidad permanente en el grado total serán compatibles con el trabajo, desarrollado en la misma empresa o en otra distinta, "siempre y cuando las funciones no coincidan con aquellas que dieron lugar a la incapacidad permanente total".
-Las pensiones de incapacidad permanente en los grados de absoluta o gran invalidez serán compatibles con "el ejercicio de aquellas actividades, sean o no lucrativas, compatibles con el estado del incapacitado y que no representen un cambio en su capacidad de trabajo a efectos de revisión".
-Aunque no se incluye en este apartado, una incapacidad permanente parcial, que conlleva el cobro de una indemnización en pago único en la mayoría de los casos, es compatible con cualquier trabajo.
Cómo comunicárselo a la Seguridad Social
La teoría queda claramente reflejada, pero la demostración de la compatibilidad de cualquier actividad laboral con el cobro de la pensión por incapacidad no es tan sencilla y requiere de un proceso concreto. Para ello es clave (y obligatorio) comunicar a la Seguridad Social esa intención de trabajar, detallando todo lo referente a la naturaleza de esa tarea por la que el pensionista pretende cobrar.
En su página web, el organismo dispone de un formulario de comunicación del inicio de la actividad laboral simultánea a la condición de pensionista. En este escrito no solo debe indicar qué tipo de pensión recibe, también ha de informar acerca de la nueva actividad:
-Si se trata de una actividad por cuenta propia o ajena.
-La profesión que desarrollaba anteriormente.
-Las funciones a desarrollar en el nuevo trabajo.
-Otros detalles sobre la jornada como el tipo de jornada o si existe reducción (y en qué porcentaje) y la fecha de inicio de la actividad.
Ser minuciosamente detallista en la información aportada a la Seguridad Social en este escrito es clave, ya que será crucial a la hora de determinar que el nuevo trabajo respeta las compatibilidades de la pensión que recibe el ciudadano. Además, la comunicación previa de esta intención de trabajar constituye un seguro de vida para el pensionista.
La razón es que, ante estas comunicaciones, la Seguridad Social no emite respuesta, tal y como informan los expertos de Campmany Abogados. Por eso, si en el futuro el organismo considera que el cobro de pensión no es compatible con la realización de ese trabajo y decide retirar la pensión a esa persona, el ciudadano podrá alegar ese aviso previo y comenzar un proceso de recurso contra la denegación de la Seguridad Social sin tenerlo perdido de antemano.