La posibilidad de cerrar el grifo de gas para castigar a Rusia está desatando el pánico en los países más dependientes del mismo y poniendo en peligro la unidad en la Unión Europea en las sanciones frente a Putin. En este contexto en el que algunos países como Hungría han llegado al punto de admitir públicamente que aceptarían pagar en rublos el gas, desentendiéndose del plan del 'Club de los 27', el primer ministro italiano, Mario Draghi ha propuesto cambiar la legislación comunitaria para que las decisiones de política exterior se puedan imponer con mayorías y no por unanimidad.
"Debemos superar este principio de unanimidad que conduce a una lógica de vetos cruzados" afirmó el primer ministro. "Hay que avanzar a una toma de decisiones por mayoría cualificada" si los países quieren tener "una Europa capaz de tomar decisiones oportunas y que sea más creíble frente a sus ciudadanos y frente al mundo".
Recientemente Rusia detuvo el envío de gas a Polonia y Bulgaria debido a que ambos países se negaron a aceptar el pago en rublos del mismo. En ese momento saltaron todas las alarmas y diversas empresas mostraron su disposición a pagar en la moneda local rusa. Sin embargo, las mayores dudas fueron las de Hungría, que rompió la unidad en la UE y acató la exigencia del Kremlin de pagar en rublos.
Los países más dependientes del gas ruso como Alemania, Austria o Eslovaquia, se han mostrado reticentes a apoyar un embargo masivo sobre el gas y el petróleo ruso y, con el veto de Viktor Orban, el cisma en Europa parece servido. Los ministros de energía del Viejo Continente, en este contexto, están reunidos para solucionar este asunto y lanzar una batería de nuevas sanciones. Pero ya son varias las voces que, frente al problema de la unanimidad, piden que la UE avance hacía un nuevo sistema de mayorías que permitan que esta clase de situaciones se resuelvan con mayor rapidez.
Negociación en Bruselas
La Unión Europea intenta resolver las últimas reticencias en su seno para sancionar el petróleo ruso como represalia a los cortes en el suministro de gas a Polonia y Bulgaria, después de que estos dos países se negaran a pagar sus compras en rublos. En una reunión extraordinaria de ministros de Energía, los gobiernos de Alemania y de Austria, hasta ahora reacios, expresaron su disponibilidad a adoptar un nuevo paquete de sanciones que incluya el crudo procedente de Moscú, dejando a Hungría como único país que todavía lo rechaza.
"Austria está dispuesta a apoyar un embargo de petróleo de forma consecuente si la Comisión y los Estados miembros así lo deciden. Estamos preparados, puedo decirlo", afirmó la ministra austríaca de Energía, Leonore Gewessler. En la misma línea, el alemán Robert Habeck subrayó que, "tras dos meses de trabajo", su país "no está en contra de una prohibición al petróleo de Rusia" y, aunque reconoció que "no hay tiempo" para evitar que una sanción así provoque un problema "local" en una refinería que utiliza exclusivamente crudo ruso, enfatizó que "no golpeará a la economía en su conjunto".
Sí precisó Habeck la necesidad de que la sanción al petróleo de Moscú sea gradual para acometer "preparaciones técnicas", al tiempo que advirtió de que "otros países pueden tener problemas" más graves si se adoptara una medida así. El movimiento de Berlín y de Viena deja a Budapest como la única capital del club que todavía mantiene abiertamente su veto a que las sanciones europeas -que deben ser aprobadas por unanimidad- incluyan el petróleo y el gas procedentes de Rusia, según expresó en la red social Twitter el portavoz del primer ministro, Viktor Orbán. Y eso a pesar de que el Gobierno polaco, su principal socio en el bloque, exigió este lunes mayor contundencia contra Moscú en respuesta a los cortes en el suministro de gas a su país y a Bulgaria.
"Ya tenemos el carbón, ahora es el momento del petróleo y el siguiente paso es el gas. La mejor opción es que vayan juntos", enfatizó la ministra polaca de Clima y Medioambiente, Anna Moskwa. La Comisión Europea no ha querido detallar todavía el contenido del que será el sexto paquete de sanciones contra el Kremlin, en el que se bajara también sancionar a más bancos rusos y bielorrusos, nuevas sanciones individuales o aplicar correctivos también al sector nuclear ruso. La comisaria de Energía, Kadri Simson, emplazó a la prensa a la reunión del colegio de comisarios prevista para este martes.
Según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA), la Unión Europea ha comprado más de 47.400 millones de euros en productos energéticos a Rusia desde la invasión de Ucrania (19.700 millones en petróleo, 27.000 millones en gas y 780 millones en carbón). CORTES DE GAS Aunque el posible veto al petróleo ruso domina el debate energético en Bruselas, los ministros de Energía de los Veintisiete se reunieron para hablar de gas, tras los cortes unilaterales de Gazprom.
La Comisión Europea, Varsovia y Sofía aseguran que "no hay riesgo inmediato" ni para las empresas ni para los consumidores polacos y búlgaros y, a medio plazo, Polonia podrá recibir gas de Lituania y Bulgaria de Grecia. Pero la decisión de Gazprom "es un punto de inflexión en la actual crisis", según la comisaria, que no descarta que Moscú pueda ordenar un corte de gas a toda la UE de cara a la mitad fría del año. Las reservas subterráneas de los Estados miembros, que la Comisión quiere que lleguen al 80 % antes del próximo otoño, están actualmente al 32 % "y creciendo".
El Kremlin quiere que los importadores europeos se sometan al nuevo sistema de pagos de Rusia
Pero Bruselas -y Moscú- sabe que con almacenes y diversificación no bastará. "No podemos reemplazar 165.000 millones de metros cúbicos de gas con otros proveedores", reconoció Simson, quien indicó que habrá que apoyarse en las renovables y el hidrógeno y recordó que a finales de mayo la Comisión presentará los detalles de su plan para acelerar la desconexión de la energía rusa.
También a finales de mayo, el Kremlin quiere que los importadores europeos se sometan al nuevo sistema de pagos de Rusia, que exige que los compradores abran una cuenta en euros y otra en rublos en Gazprombank. Bruselas insiste en que las empresas europeas no pueden acceder a pagar en rublos porque esa maniobra implicaría al Banco Central de Rusia, sostendría su divisa y supondría "una violación de las sanciones" a Moscú.
Pero las compañías exigen más claridad y Bruselas, que dice no tener información de que ninguna empresa europea haya accedido a esos pagos, se ha comprometido a publicar "en los próximos días" nuevas orientaciones para que los importadores sepan cómo pueden comprarle legalmente energía a la Rusia de Vladimir Putin.