Los nuevos y estrictos cierres por covid en algunas regiones chinas amenazan con volver a afectar a la producción de sus fábricas y, por tanto, golpear de nuevo a las cadenas de suministro mundiales. Es por ello que las factorías están empezando a crear 'burbujas' de empleados aislados durante semanas en las instalaciones para que la producción no se detenga.
El mayor brote de covid-19 en el país desde que a principios de 2020 la enfermedad arrasase la ciudad de Wuhan ha hecho a Pekín endurecer su ya célebre estrategia de 'cero covid' y ha llevado a duras restricciones en regiones como Shenzhen y Dongguan, desembocando en el cierre de fábricas y polos tecnológicos. Este nuevo agravante en los cuellos de botella ya existentes desde el estallido de la pandemia podría ser la puntilla al comercio mundial, sacudido también por lo que está ocurriendo en Ucrania.
A pesar de las estrictas restricciones, algunas plantas del sur de la provincia de Guangdong consiguieron un permiso oficial para seguir operando siempre que los trabajadores no salieran de sus instalaciones, lo que les obligó a trabajar en 'burbujas' socialmente aisladas.
El compromiso de los trabajadores ha sido fundamental para que esto fuera posible. Es el caso de Bosch Unipoint, uno de los mayores fabricantes de piezas de automóviles del mundo, que ha podido mantener la producción en su fábrica del distrito de Longgang, en Shenzhen, gracias a que unos 200 trabajadores aceptaron vivir en dormitorios en las instalaciones durante un cierre de una semana este mes. "Su compromiso para ayudar a la empresa a sobrevivir esta semana ha sido increíble", relata al Financial Times Marco Morea, director general de Bosch Unipoint en China. "La gente llamó para preguntar cómo seguíamos produciendo", asegura.
Un director general de otra empresa manufacturera con sede en Guangdong explica al mismo diario que se está asegurando de que sus fábricas en otros lugares de China tengan suficiente alojamiento para que los trabajadores no tengan que abandonar el lugar en caso de cierre. También se está abasteciendo de materias primas y suministros. La variante ómicron es difícil de contener y muy contagiosa y los preparativos ponen de manifiesto las previsiones entre las empresas de China de que las duras restricciones en el país continuarán de alguna forma al menos hasta el próximo año.
Esta situación ha hecho que los fabricantes agudicen el ingenio para mantener la producción sin contravenir las duras restricciones. Uno de los fabricantes citados detalla cómo está intentando crear un centro de test de covid en la rampa de acceso a la factoría desde una autopista cercana. Sin embargo, la lectura global de esta dinámica en las fábricas chinas no es precisamente positiva.
En Shanghái, donde se han impuesto restricciones de movimiento localizadas en algunos recintos residenciales concretos, algunos trabajadores se han visto forzados a dormir en el suelo de las fábricas para asegurarse de que pueden llegar al trabajo y así seguir cobrando.
La reacción ante alguna de estas penalidades de los trabajadores fabriles chinos no ha tardado en llegar y en Internet no pocos usuarios han expresado su preocupación por el hecho de que los empleados se vean obligados a vivir en condiciones deficientes durante largos periodos en las instalaciones de la empresa.
Dongguan Fuqiang Electronic, un proveedor taiwanés de Apple que instaló tiendas de campaña alrededor de su fábrica para alojar a los trabajadores que viven en otros lugares, las retiró de nuevo después de que se compartieran fotos de la instalación en Internet. Una trabajadora de la empresa que optó por quedarse en la fábrica ha dicho que, en lugar de una tienda de campaña, se encontró un pequeño espacio en el suelo de la fábrica durante seis días. "Todos dormimos en el suelo con cartones que servían de colchón", cuenta al FT.
¿Hasta cuándo seguirá esta política de 'cero covid' por parte de Pekín? "Sigo sin ver ningún cambio significativo en la política actual hasta después del Congreso del Partido, quizá no hasta 2023", señala a Bloomberg George Magnus, investigador asociado del Centro de China de la Universidad de Oxford. "Las fronteras cerradas son un dolor y suponen grandes costes, pero no estoy seguro de que el gobierno se oponga tan visceralmente a esta idea". Cambiar el rumbo será difícil hasta que China disponga de vacunas eficaces de ARNm, añade.
Por otro lado, agrega Magnus, permitir cierta flexibilidad entre los fabricantes puede no ser suficiente, ya que otras partes de la economía, como el sector de los servicios, seguirán sufriendo como consecuencia de las restricciones vigentes. El margen de maniobra concedido a las fábricas en medio de los cierres por el gobierno de Xi Jinping no significa que China esté desmantelando la estrategia 'cero covid', apunta Bruce Pang, jefe de estrategia e investigación macro de China Renaissance Securities. "China mantendrá su enfoque de tolerancia cero", considera Pang.